El ministro de Agricultura manda a su número tres a Barcelona para negociar con los agricultores catalanes

Tractores durante la marcha lenta por la N-II a la altura de Pontós

Tractores durante la marcha lenta por la N-II a la altura de Pontós / ACN

María Jesús Ibáñez

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Después de la exhibición de músculo que han hecho los agricultores de la Unión de Uniones por las calles de Madrid, el ministro de Agricultura, Luis Planas, enviará el viernes a Barcelona al número tres de su departamento, el secretario general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria, Fernando Miranda, para que negocie con representantes de Unió de Pagesos (UP), uno de los sindicatos convocantes de la tractorada de este miércoles. El encuentro, al que también asistirá el delegado del Gobierno en Catalunya, Carlos Prieto, fue una de las condiciones que pusieron los payeses catalanes para retirar los tractores que cortaron la autopista AP-7 en Girona durante 30 horas el pasado 14 de febrero.

El sindicato, mayoritario en Catalunya pero sin representación en las grandes organizaciones agrarias españolas, tiene previsto ponerle a Miranda sobre la mesa sus principales reivindicaciones: acabar con los que ellos consideran abusos en la cadena alimentaria, exigir la reciprocidad en las importaciones y reducir la carga burocrática. "Denunciamos lo insuficiente que es la ley de cadena alimentaria y el hecho de que el ministerio no parece que se implique en la corrección de estos abusos respecto a la parte más débil de la cadena, que es el agricultor, y en la consecución de unos precios en origen que estén por encima de los costes de los productores", denunció ya este lunes el coordinador nacional de UP, Joan Caball, en una comparecencia en la que también reclamó resolver la "competencia desleal" de importaciones de alimentos y productos de fuera de la UE que no cumplen con los requisitos que sí se les exigen a ellos.

"De hecho, en el próximo acuerdo de asociación comercial entre la Unión Europea y Chile no se hacen realidad las llamadas cláusulas espejo, por ejemplo en el uso de fitosanitarios", señaló Caball, que aseguró que España da el visto bueno al acuerdo, como al resto de pactos comerciales que tienen que ver con Mercosur. "Se llevará a aprobación en las próximas semanas en el Parlamento Europeo y nosotros pediremos a los grupos que voten en contra", adelantó el coordinador nacional de UP. "Si termina siendo el modelo a seguir y no se asegura la eliminación de la competencia desleal de países terceros, es preocupante", dijo.

Burocracia, jóvenes y sequía

En la misma intervención, la responsable del área de la Mujer y miembro de la Comisión Permanente de Unió de Pagesos, Raquel Serrat, detalló que el sindicato explicará al secretario general del ministerio su campaña 'Prou burocràcia'. No les convence, apuntó Serrat, que el polémico cuaderno digital se haya convertido ahora en un libro de registro de carácter voluntario, entre otras cosas porque el plan estratégico español sobre la PAC, que consideran "mal diseñado", no favorece al agricultor profesional ni compensa las cargas burocráticas y ambientales que impone. Los agricultores más jóvenes reclaman que se duplique la ayuda a la incorporación al campo, una reducción del 50% de los costes fiscales de las inversiones y la exención de impuestos en estas incorporaciones.

Unió de Pagesos reclama finalmente que la agricultura y la ganadería no sean los dos sectores sobre los que se carga toda la responsabilidad de la sequía y las restricciones de agua. "Nos dicen que debemos reducir un 50% y un 80% del gasto de agua cuando el resto de sectores solo hablan de un 25%. Esto es insostenible y puede poner en peligro muchas explotaciones", avisó el responsable de Sectores Agrícolas de UP, Miquel Piñol. "Pedimos que la restricción de agua sea igual y equitativa a otros sectores como el industrial", concluyó.