Entender más

Fatih Birol, el abogado de la transición energética

La inflación climática: que es y cómo nos afecta

El calentamiento del planeta está detrás de las inundaciones del Mediterráneo

Fatih Birol, director de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) A

Fatih Birol, director de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) A

Marta López

Marta López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Como director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) desde 2015, el turco Fatih Birol se ha erigido en una de las voces más potentes del mundo a favor de la transición energética. Bajo su mandato, el organismo -creado en 1974 (tras la crisis del petróleo) y del que son miembros 28 países de la OCDE-, se ha convertido en el abanderado de la sustitución de los combustibles fósiles y él en el azote de la industria energética, a la que reprocha su tibia respuesta al cambio climático. Birol es un firme convencido de que la lucha contra el calentamiento global requiere de una gran coalición de gobiernos, industria energética, sociedad civil e inversores.

De los 65 años que ha cumplido ya, lleva 35 trabajando en el sector de la energía, seis de ellos en la OPEP. Conoce bien a las petroleras “Adoro mi trabajo”, ha dicho recientemente en una entrevista a la agencia France Presse. Su ‘revolución’ la inició en el 2021, cuando la AIE publicó su hoja de ruta Net Zero para lograr la neutralidad de emisiones en 2050. El documento fue un “shock para la industria petrogasística”, según sus propias palabras, porque propuso renunciar ya desde ese mismo momento a todo proyecto de extracción de gas y petróleo.

El 80% de las emisiones

 “Me dije que era el momento de hacer de la AIE el líder de la transición a las energías limpias, porque más del 80% de las emisiones causantes del cambio climático vienen del sector de la energía”, ha señalado en esa misma entrevista. Y en otras sucesivas declaraciones ha lamentado la actitud del sector frente al calentamiento del planeta. “Cuando hablan, reconocen la importancia del cambio climático, pero con los números en la mano, hay una gran brecha”, ha denunciado a la revista ‘Time’, que lo ha incluido en su lista de 100 personas más influyentes del mundo.

Los números de los que habla los pone Birol, economista de formación, sobre la mesa. El año pasado, las empresas energéticas tuvieron unos ingresos de 4.000 billones, “que podrían haber utilizado para impulsar la transición energética, pero, en cambio, lo canalizaron en gran medida hacia dividendos, recompra de acciones y pago de deuda”. Además, las compañías petroleras y gasísticas dedicaron solo el 5% de su gasto total a áreas fuera de su negocio tradicional de suministro de combustibles fósiles, según un análisis de la AIE.

Hoja de ruta actualizada

Esta semana, la Agencia ha publicado la última actualización de su hoja de ruta Net Zero, en la que estima que la demanda de combustibles fósiles debe caer en un 25% en el horizonte de 2030 para limitar el calentamiento global. Según el documento, un aumento de la capacidad de energía limpia haría que la demanda de combustibles fósiles fuese inferior en ese porcentaje al final de la década. Ello reduciría las emisiones en un 35%, respecto al máximo histórico registrado en 2022. Para 2050, la demanda de combustibles fósiles debería caer en un 80%.

 De seguir esa hoja de ruta no se necesitarían nuevos proyectos de petróleo y gas de largo plazo. Tampoco nuevas minas de carbón. A cambio se necesitará invertir más de 4.000 millones de euros por año en la transición hacia una energía más limpia desde el comienzo de la próxima década, frente al gasto actual previsto de 1.600 millones en 2023. 

 “No necesitamos nuevos campos petroleros con una demanda que está cayendo”, sostiene. Y a la industria petrolera le recomienda que diversifique si no quiere perder el tren de las tecnologías limpias: “La demanda de petróleo va a bajar. Solo hay que mirar el aumento de los vehículos eléctricos”, sostiene. 

El 'peak' oil

La AIE sostiene que el pico de la demanda de petróleo –el punto conocido como ‘peak oil', la teoría según la cual se alcanza la máxima extracción de petróleo para luego entrar en un declive terminal- podría llegar en 2030 y no por escasez de recursos, sino por el ascenso de las tecnologías limpias.

 Esta semana, Birol ha pedido acelerar el ritmo para alcanzar la neutralidad de carbono, que los países ricos lleguen a esa meta en 2045 (cinco años antes) y China en 2050 (una década antes). En su opinión, eso es necesario para mantener los objetivos de limitar el calentamiento de 1,5 °C en relación con la era preindustrial. Este será sin duda uno de los asuntos espinosos que estará sobre la mesa en la Conferencia del Clima que se celebrará entre los próximos 30 de noviembre y 12 diciembre en Dubai.

El crecimiento en la producción de energía solar y los vehículos eléctricos hacen posible esa meta climática. “La ruta a 1,5 °C se ha estrechado en los últimos dos años, pero las tecnologías de energías limpias la mantienen abierta”, afirmó esta semana. “El sector de la energía evoluciona rápido, pero aún hay mucho por hacer y el tiempo apremia", insistió.

Suscríbete para seguir leyendo