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Miquel Barceló: "Copiar Silicon Valley es garantía de fracaso"

Miquel Barceló

Miquel Barceló / ZOWY VOETEN

Agustí Sala

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Miquel Barceló, experto en tecnología e innovación, doctor ingeniero industrial y economista, no para. En la actualidad asesora a 18 ciudades iberoamericanas del CIDEU (Centro Iberoamericano de desarrollo estratégico urbano) que aspiran a triunfar en el mundo actual a través del modelo de 'Distritos Innovadores' (Pirámide. Barcelona, Madrid 2023), que explica en su último libro el presidente de las consultoras Innopro y Fractalogy, director del máster en 'business innovation' de la Universitat de Barcelona y que entre otros cargos ocupó el de director general del Institut Català de Tecnologia.

Desde hace milenios, originariamente en Sumeria, los humanos se han organizado en ciudades, el pilar de la civilización. En la actualidad, son estas las que compiten en un contexto global, más que los países, "para atraer talento". Barceló afirma que los núcleos poblacionales que prosperan en el siglo XXI son los que centran su modelo económico en el factor conocimiento y en la creatividad de las personas, en un espacio físico basado en la mezcla de usos de viviendas, oficinas y servicios, atractivo para el talento internacional. Contrastan con las ciudades del siglo XX, un modelo propio de la segunda revolución industrial, con un urbanismo que dispersa y especializa los distintos usos del suelo, separando los residenciales de los de las actividades económicas y con un sistema productivo y movilidad con tecnologías del siglo XX, que no es sostenible. Por ello, la ciudades que no se transforman bajo los nuevos criterios caen en la decadencia económica y social.

"Las ciudades más competitivas del mundo son nodos de la red global de ciudades y atraen el talento y las inversiones de mayor valor añadido", afirma en su libro. No se trata de imitar porque "copiar Silicon Valley es garantía de fracaso", ya que es un modelo que respondía a una características muy específicas, apunta. Se trata de responder a un conjunto de indicadores que recoge el libro para determinar lo necesario para transformar la ciudad en un nodo de una red global y apoyarse en cinco subsistemas, que van del urbanismo y la estrategia económica centrada en actividades en las que la ciudad tiene ventajas competitivas, a una base fundamentada en el conocimiento, la ciencia y la tecnología, con un rol importante de las universidades, centros de I+D y tecnológicos; la integración social, con, por ejemplo la vivienda pública; y la gobernanza y la comunicación, mediante el liderazgo para atraer talento e inversiones internacionales, resume.

La ciudad deberá generar ecosistemas innovadores urbanos, en los que las aceleradoras son una pieza clave para renovar el tejido empresarial hacia nuevas actividades de mayor valor añadido y adaptadas a la comptencia global; o distritos innovadores como base fundamental para el desarrollo económico y la creación de empleo. Otras características han de ser la sostenibidad energética, la creación de un sentido de comunidad y la potenciación de servicios comunes y compartidos para la mejora de la calidad de vida de las personas.

Cuando se le pregunta sobre el 22@ de Barcelona, un distrito innovador que empezó bien, considera que "no se ha adaptado". A su juicio, "ha perdido el liderazgo y la colaboración público-privada" y ha reducido su potencia por la "lógica del colauismo" (en referencia a la anterior alcaldesa, Ada Colau). A su entender, este espacio dedicado a la innovación debería actualizarse. Recuerda que en el área metropolitana de Barcelona hay 10.000 hectáreas de suelo industrial y una parte de este, por ejemplo el 5%, unas 500 hectáreas, 2,5 veces el 22@, podrían transformarse en distritos innovadores aplicando el modelo que detalla en el libro, afirma.

De Palma a Viña del Mar

Barceló participa, colabora y analiza otros proyectos como el Distrito Llevant en Palma de Mallorca, donde el Cercle d'Economia de Mallorca, un ente de la sociedad civil de la isla, aprobó reclamar al nuevo Govern y Ayuntamiento surgido de las elecciones del 28 de mayo que se comprometan a potenciarlo; o el polígono Vara de Quart en València.

Uno de los elementos del cóctel para que prospere un distrito innovador es la conjunción del sector público (para el planeamiento y las infrestructuras) y el privado (inversión). Lo cierto es que los intentos de hacerlo solo desde la Administración fracasan. "Europa está llena de cadáveres" y parques tecnológicos desiertos, sentencia.

Cuando se combinan los elementos como corresponde se avanza. En EEUU, por ejemplo, no todo es Boston o Nueva York. Pittsburgh, en el estado de Pensilvania, con 300.000 habitantes y cerca de 2,4 millones en toda su área metropolitana, era la ciudad del acero, que, tras la crisis del sector, cayó en depresión. Ahora, gracias al impulso del Ayuntamiento y de las universidades Carnegie Mellon y Pittsburgh, ha creado un distrito innovador con unas 400 hectáreas en el centro de la ciudad, en el que se combinan tecnología, emprendimiento e innovación.

Barceló también destaca entre otros muchos casos en Europa, Latinoamérica, EEUU, o Asia y Oceanía, el Distrito V21 en Viña del Mar (Chile). Es un ejemplo similar al del 22@ de Barcelona, en un área que se basaba en el turismo. Se fundamenta en la actualidad en la logística y servicios tecnológicos de alta especialización para la industria.

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