Informe

Alerta por la sequía: agricultores andaluces acuden ya a Portugal y Marruecos para cumplir con sus exportaciones

Un informe de la Universidad Loyola avisa de que el efecto de la falta de agua podría recortar un 7% el PIB andaluz y que el Plan SOS de la Junta limitaría el recorte al 3,9%

Un terreno afectado por la sequía.

Un terreno afectado por la sequía.

Isabel Morillo

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La sequía hace ya estragos en la economía andaluza por el devastador efecto en el campo. La cosecha de cereales está ya perdida por más que lloviera, que no está previsto, en los próximos meses. El próximo martes, en el Parlamento de Andalucía habrá una larga lista de comparecientes dentro del grupo de trabajo convocado con carácter urgente para tomar medidas. Las grandes organizaciones agrarias aún no dan cifras pero avisan del drama en ciernes. Un día después, el Ministerio de Agricultura ha convocado la mesa de la sequía en España. Para los agricultores todos van tarde. Llevan meses clamando en un desierto, advierten. Un informe de la Universidad Loyola advierte de un impacto del 7% en el PIB andaluz por culpa de la sequía. El impacto de la pandemia, con un drástico parón económico, sobre el PIB andaluz fue del 11%.

Las grandes cooperativas andaluzas ya han tenido que acudir a mercados vecinos para cubrir sus compromisos de exportación. Son movimientos que se realizan con sigilo, ante las críticas porque el incumplimiento del etiquetado, dejando claro de donde viene el producto, redunde en una competencia desleal con los agricultores que manejan menores volúmenes y no acuden a otros mercados. Una directiva europea trabaja en endurecer el control de ese etiquetado. Ya hace años que la agricultura intensiva de Almería completa parte de su producción en Marruecos, donde llegan importantes cantidades de dinero de la UE para favorecer la modernización de su sector agrícola.

Este año, lejos de ser una excepción, se ha reforzado este movimiento, admiten desde el sector agrario andaluz. Normalmente, las grandes alhóndigas adquieren compromisos en sus exportaciones que tienen que cumplir. No solo la sequía, también el rigor del clima, con tres semanas de duro frío en enero, han complicado mucho las producciones. Se llegaron a ver estantes de supermercados vacíos en Reino Unido. Acudir al mercado marroquí, con la misma sequía pero costes mucho menores, ha sido más frecuente que en otras ocasiones para alcanzar los cupos previstos.

Envidia de Portugal

No solo a Marruecos, también el aceite se ha movido para completar sus producciones hacia Túnez, donde se prima de forma importante el olivar desde la UE, y hacia Portugal. La caída en la producción y la falta de enlace de campaña (no hay apenas excedentes guardados para enlazar una cosecha y otra, como es habitual) amenaza con disparar todavía más los precios, que los productores avisan de que no han tocado techo.

El otro país de la Península Ibérica, Portugal, es el único que ha seguido construyendo presas para envidia de los agricultores andaluces, que destacan que las últimas que se levantaron en España se hicieron en tiempos del socialista Felipe González, que dejó el Gobierno hace 27 años (1996). Los productores de aceite de Andalucía llevan también ya tiempo mirando al Algarve y el Alentejo portugués, donde la presa de Alqueva, terminada en 2002 y convertida en el embalse más grande de Europa Occidental, surte a 110.000 hectáreas de nuevos regadíos.

Brutal impacto

Un informe elaborado por la Universidad Loyola, coordinado por el catedrático de Economía Manuel Alejandro Cardenete con las investigadoras Luz Dary Beltrán y Paula Villegas, muestra un impacto importante en la economía como consecuencia de este fenómeno natural (-6,2% en términos de ingresos y -7,4% en términos de PIB). Ese impacto conseguiría reducirse en caso de una buena ejecución del Plan SOS (Soluciones y Obras frente a la sequía) de la Junta de Andalucía, aprobado en noviembre de 2022 y con 4.000 millones en obras hidráulicas previstas en cinco años, hasta 2027.

El Gobierno de Juan Manuel Moreno, que ha creado un comité de expertos como en la pandemia, también lleva toda la legislatura advirtiendo al Gobierno de la nación de la necesidad de tomar medidas urgentes y ejecutar obras ante la falta de lluvia y la peor sequía en décadas. Los pantanos andaluces tienen su agua embalsada al 29%, según el último dato oficial. Ese plan bien ejecutado permitiría reducir el impacto de la sequía un 3,2% en términos de ingresos y 3,9% en términos de PIB.

Un recorte del 50% en la agricultura

El informe de la Universidad Loyola constata que España se ha instalado oficialmente en la sequía. Las comunidades en una situación más grave son Galicia, Castilla y León, Extremadura, Andalucía, Cataluña y Navarra por la escasez de recursos hídricos (Boletín Hidrológico del Ministerio de Transición Ecológica, 2022). Por su parte, Andalucía se enfrenta a uno de los ejercicios hidrológicos más secos de los últimos 25 años. De acuerdo con la información ofrecida por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, los pantanos ya se encontraban al 28% de capacidad en el cuarto trimestre de 2022, 11% menos que la media nacional. La situación no ha mejorado.

El sector económico más afectado es el relacionado con la agricultura, ganadería y caza, con una caída estimada de 52,63% en términos del PIB. Este sector presenta la mayor reducción por ser el sector más intensivo en uso de agua, con notables pérdidas de producción. Seguido se encuentran las industrias alimenticias y tabaco, con una reducción de 15,48% en términos del PIB debido a la necesidad de agua en su proceso productivo. También se ve afectado el sector de actividades veterinarias, por su relación con la agricultura, ganadería y caza, con una caída de 14,56%. Los sectores de captación, depuración y distribución de agua así como de producción, transporte y distribución de energía eléctrica también se ven afectados, pero en menor medida, reportando una reducción de 13,73% y 6,54% respectivamente, señalan los expertos de la Universidad Loyola.

La caída es menor gracias a la inversión prevista en el Plan SOS de la Junta. El sector de la agricultura amortiguaría su caída en un 20% aproximadamente pasando de un impacto del 52% a un impacto de menos del 30%. Los cuatro sectores restantes reducirían el impacto alrededor de un 50%.

En términos de empleos, la simulación del impacto de la sequía refleja una pérdida de 122.000 empleos aproximadamente, que si bien se reduciría hasta los 63.550 en caso de una buena ejecución del Plan SOS de la Junta de Andalucía.