Política económica

¿Hacia unas nuevas reglas fiscales en la UE?

El grupo de opinión EuropeG defiende una reforma que evite los objetivos numéricos y se centre en la sostenibilidad de la deuda y la inversión pública

Archivo - Banderas de la UE en la sede de la Comisión Europea en Bruselas

Archivo - Banderas de la UE en la sede de la Comisión Europea en Bruselas / ALEXEY VITVITSKY / SPUTNIK / CONTACTOPHOTO

Agustí Sala

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Las reglas fiscales en la Unión Europea (UE), con objetivos de deuda y déficit y que en 2023 será el cuarto y último ejercicio en el que permanecerán suspendidas, deben ser revisadas y reformadas. Es la conclusión a la que se llega en el 'Policy Brief' número 19 presentado en el Cercle d'Economia en Barcelona por el Grupo de Opinión y Reflexión en Economía Política EuropeG, bajo el título ‘Hacia una nueva gobernanza fiscal en la eurozona” y elaborado por el economista y profesor universitario belga Paul de Grauwe. Menos objetivos numéricos y más estructurales como la sostenibilidad de la deuda y la inversión pública, reclama.

Se trata de un documento para contribuir al debate sobre la reforma de las reglas fiscales en la zona euro contenidas en el pacto de estabilidad y crecimiento (PEC), "actualmente roto tras constatar su complejidad y la ineficiencia del uso de los objetivos numéricos para asegurar la disciplina fiscal". Estas metas núméricas, según EuropeG, "pueden resultar contraproducentes e incluso peligrosos y deberían reemplazarse por análisis de sostenibilidad del presupuesto de cada uno de los Estados miembros y de las perspectivas de deuda".

A juicio de este grupo de expertos, la reforma también "debería priorizar las inversiones públicas posibilitando que puedan financiarse emitiendo deuda e integrar cualquier sistema de gobierno de la sostenibilidad fiscal en las políticas del Banco Central Europeo (BCE), relativas a sus tenencias de deuda pública".

Tras el inicio de la crisis por la pandemia del covid se suspendieron las reglas fiscales, lo que permite a los Estados miembros flexibilizar la respuesta de la política fiscal para hacer frente a los impactos inesperados como la pandemia, la crisis energética o la guerra. El año que viene será el ejercicio en el que se desactive dicha cláusula de escape y, para entonces, la UE espera tener listo un nuevo marco de gobernanza que corrija los elementos que no han funcionado del anterior.

Sin evidencia empírica

A través del pacto de estabilidad se estableció que los países debían evitar déficits presupuestarios superiores al 3% del producto interior bruto (PIB) y que garantizaran que la ratio de la deuda pública no fuera de más del 60% del PIB. Se consideraban estas reglas necesarias para el buen funcionamiento de la unión monetaria. Pero, según este documento, "no existe evidencia alguna de un crecimiento más rápido de la deuda en la zona euro que en Estados Unidos o el Reino Unido, por ejemplo". Desde el año 2000, la deuda se ha multiplicado por dos en EEUU y casi se ha triplicado en Reino Unido, mientras que la de los países de la zona euro creció un 50%.

Según De Grauwe, la reforma de las reglas fiscales "resulta inevitable y debería llevarse a cabo sin establecer objetivos numéricos y priorizando la inversión pública a escala nacional y europea". Los objetivos numéricos (3% de déficit y 60% de deuda) "no han funcionado bien". De hecho, en 20 años, la zona euro se ha visto obligada a dejar de lado estas normas en tres ocasiones (2002-2004, 2008-2009 y durante la pandemia). "Esto hace que hoy estas normas tengan poca credibilidad", agrega. Y con cada cambio, las normas se han hecho cada vez más complejas. Actualmente existe un gran consenso entre los economistas sobre la necesidad de desarrollar "una nueva gobernanza sin objetivos numéricos, que se rija por el análisis de la sostenibilidad de la deuda y centrada en una gobernanza de abajo a arriba y no de arriba abajo como hasta ahora".

Transferir competencias o renacionalizar la gobernanza presupuestaria

Los análisis de sostenibilidad de la deuda permiten a los responsables de diseñar las políticas centrarse en cuestiones que realmente importan, en vez de focalizarse en objetivos numéricos. De Grauwe plantea cambiar el modelo en el que los gobiernos nacionales son controlados por las instituciones europeas por la desconexión entre los que toman las decisiones (instituciones europeas) y los que asumen los costes políticos (gobiernos nacionales). Propone transferir "una parte significativa de la competencia en materia de gasto y de la facultad tributaria a las instituciones europeas, en especial al Parlamento Europeo y a un gobierno europeo que deba rendir cuentas ante el Parlamento Europeo". El programa Next Generation EU es "un primer paso tímido en esta dirección". La otra vía es la renacionalización de la gobernanza presupuestaria, que debe ir acompañada de un mayor grado de independencia, recursos y de autoridad a los consejos fiscales nacionales.

A juicio del autor, hay que evitar que las reglas fiscales obstaculicen las necesarias inversiones en infraestructuras y otras y que deberían poder financiarse con la emisión de deuda, ya que permite alinear los costes con los beneficios. De Grauwe entience que los Next Generation son "un significativo paso adelante y puede ser un modelo para la gobernanza de los programas de inversión pública a escala nacional, pero su impacto macroeconómico seguirá siendo limitado". A su juicio debería utilizarse al máximo la capacidad de préstamos de la Comisión Europea y de los gobiernos nacionales, que es mucho mayor.

También destaca que, como resultado del programa de compra de bonos del BCE, la sostenibilidad de la deuda apenas se ha visto afectada por la pandemia.

Son miembros de EuropeG Antoni Castells, que fue 'conseller' de Economia en el tripartito y es el director, Josep Oliver (codirector), Martí Parellada y Gemma Garcia. También formaba parte del mismo el recientemente fallecido Emilio Ontiveros.