¿Cómo ha cambiado el empleo con la reforma laboral?

La hostelería es uno de los sectores que más uso hace de los contratos fijos discontinuos

La hostelería es uno de los sectores que más uso hace de los contratos fijos discontinuos / MANU MITRU

Gabriel Ubieto

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150 días le han bastado a la nueva reforma laboral para dar un vuelco a las dinámicas de contratación del mercado de trabajo en España. Los tres primeros meses de transición (enero-marzo) tuvieron un efecto más psicológico que normativo, pues las nuevas reglas de contratación solo llevan imperando íntegramente desde abril. No obstante, en ese tiempo la contratación indefinida se ha multiplicado casi por tres respecto a los niveles previos al covid. Una parte sustancial es empleo fijo y a tiempo completo, aunque también han repuntado fórmulas parciales o intermitentes. Que si bien siendo más garantistas para los trabajadores que un contrato temporal, no son iguales que un indefinido a 40 horas semanales.

De la flexibilidad externa a la interna. Este es el cambio de paradigma que está empezando a introducir la reforma laboral en lo que va de vigencia. Sus efectos todavía no son medibles ni dimensionables en toda su magnitud, dado el corto tiempo que lleva en vigor. "Aún estamos en fase de transición", apunta Josep Lladós, del Col·legi d’Economistes de Catalunya. "La duda ahora es, y esto lo veremos en los próximos meses, si la rotación que había hasta ahora entre contratos temporales se traslada a una rotación entre las personas que ya tienen un contrato fijo", afirma el director de coyuntura de Funcas, Raymond Torres. "Si eso no pasa estaremos ante un auténtico cambio de cultura empresarial", añade.

De momento hay una parte minoritaria del empleo que sí está en esa rotación entre indefinidos, tal como destaca la consultora Randstad. "Solo en el mes de mayo, unas 37.000 personas firmaron, en dicho mes, más de un contrato indefinido, lo que supone que las empresas se ven obligadas a utilizar contratos indefinidos para actividades temporales, lo que lleva a observar firmando contratos indefinidos de forma recurrente, encadenando contrataciones y despidos", apuntan en su análisis de impacto.

200 millones de contratos

España ha tenido un mercado laboral abonado hasta ahora a los extremos. En épocas de contracción es de los que más empleo destruye y en épocas de bonanza de los que más crea. Y gran parte de esa hiperlaxitud se explica por los elevados índices de temporalidad, hasta hora los más elevados de la Unión Europea y motivo de reprimenda reiterada desde Bruselas. Como muestra, antes del covid, en 2019, se firmaron 22,5 millones de contratos en un año y en la última década se roza la cifra de los 200 millones. Y la reforma laboral nace con el objetivo de ordenar ese flujo inmenso de contratos. Los primeros resultados son los siguientes: si antes 1 de cada 10 contratos firmados eran indefinidos ahora estos son 1 de cada dos.

Tanto Lladós como Torres coinciden en que el escenario actual para el despliegue de la reforma es "moderadamente favorable". Es decir, pese a la inflación y la guerra, las perspectivas de crecimiento del PIB son de las más altas de los últimos años y eso favorece que las empresas estén dispuestas a invertir y contratar. "Los servicios de alto valor añadido, con un alto componente de digitalización, están tirando del empleo y ofrecen mejores condiciones laborales", apunta el miembro del Col·legi de Economistas.

Es decir, más allá de las reglas de contratación, el componente sectorial y de composición -el tipo de empleo que se está creando- empuja hacia esa mayor fijeza. En este sentido, el despliegue durante los próximos meses de los fondos ‘Next Generation’ son garantía, a ojos de este economista, de que la contratación indefinida se mantendrá -habrá que ver a qué niveles- debido a ese mejor empleo creado.

Luego hay un elemento generacional y que cada vez adquirirá mayor peso, según destaca Torres de Funcas. Y es que el mercado laboral cada día está más envejecido -como la propia pirámide demográfica- y en los próximos años por cada cinco personas que se jubilen habrá cuatro jóvenes que ingresan al mercado laboral. Lo que abre una guerra entre empresas por determinados perfiles que auspicia mejores y más estables condiciones laborales.

Aproximadamente de todo ese empleo indefinido creado entre enero y mayo, el 45% es indefinido a tiempo completo y el resto entre parciales y fijos discontinuos. Estos últimos se han multiplicado por siete. No es oro todo lo que reluce tras la etiqueta de indefinido, aunque "la situación es mejor que en el anterior modelo, donde hubieran sido temporales. Por lo menos mantienen un vínculo laboral con una o varias empresas, como en el caso de la construcción. Tenemos estudios que nos dicen que mantener una relación laboral te da mayores probabilidades de recolocación en otras empresas o sectores que si estás en paro, muchas veces por desmoralización", explica Torres, de Funcas.

"Más estabilidad para el trabajador tiene un impacto positivo sobre las decisiones de consumo, de fertilidad, de compra de vivienda, etc. Además también facilita que la empresa invierta más en formación puesto que sabe que la relación con el trabajador será más larga. Lo que tendría que contribuir a aumentar la productividad, que es la gran asignatura pendiente de nuestra economía", apunta el profesor de economía de la UB Raúl Ramos.

Amazon, un involuntario alumno aventajado de los fijos discontinuos

El formato de los fijos discontinuos era una ‘rara avis’ hasta ahora en el mercado laboral español. Pocas compañías optaban por esta vía, que exige de mayor papeleo y control, que la formalización de un contrato temporal, más cómodo para el empresario. La hostelería era uno de los pocos sectores que tiraba de esta figura, muy marcada su actividad por la estacionalidad. No obstante, no era la única. Pues el gigante logístico Amazon lleva desde 2020 utilizando fijos discontinuos de manera habitual entre sus plantillas para cubrir los picos de actividad a lo largo del año.

Como si de determinado árbol frutal se tratase, el trabajo en la macro nave de 63.000 metros cuadrados que tiene Amazon en El Prat de Llobregat va por estaciones. Principalmente hay dos picos de actividad. Por un lado, de junio a septiembre para encajar la campaña de la ‘vuelta al cole’ de los niños. Y luego de noviembre hasta febrero, teniendo en cuenta que arranca con el Black Friday y cierra con las devoluciones de las compras navideñas. 

Unos 3.000 trabajadores tiene Jeff Bezos en El Prat, de los cuales alrededor de un tercio son fijos discontinuos, según explican fuentes de la compañía. Muchos de ellos están empleados unos seis meses al año y son llamados con la antelación pactada para cubrir esos repuntes de actividad. Los que están siempre fijos son los 6.000 robots (a dos por ser humano) que traquetean por los tres pisos del macrocomplejo. Con capacidad de soportar 1.500 kilos de paquetes, no en vano cada día entran y salen de dicho almacén alrededor de un millón de productos. 

El uso de fijos discontinuos tiene más probabilidades de arraigar en empresas con mayor tamaño de plantilla, en tanto que la gestión de la llamada de efectivos y el orden de los mismos exige de un comité de empresa que vele por el respeto de los derechos de los trabajadores. En Amazon El Prat hace más de dos años que tienen comité constituido, aunque el proceso de sindicación en sus almacénes avanza lento. Solo una quincena de los 40 almacenes cuenta con comités de empresa constituido.

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