Comercio

Las ferreterías catalanas preparan una lista negra de fabricantes “desleales”

Las pequeñas empresas del sector denuncian que varios grandes proveedores venden más barato en sus plataformas digitales que a ellas

Ferretería Keerl , para un tema sobre que las ferreterías catalanas preparan una lista negra de proveedores que favorecen a las plataformas digitales

Ferretería Keerl , para un tema sobre que las ferreterías catalanas preparan una lista negra de proveedores que favorecen a las plataformas digitales / Ferran Nadeu

Paula Clemente

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En medio de una pandemia, una guerra, una inflación disparada y una industria que supura por varios flancos, lo que más preocupa a la ferretería catalana es el comercio 'online' de las grandes multinacionales. Tanto, que el sector trabaja en una lista negra de fabricantes y proveedores que venden en sus propias plataformas digitales más barato de lo que les ofrecen a ellos el producto. El Gremi de Ferreteria de Catalunya ha elaborado por primera vez un barómetro que analiza la situación del sector y que refleja que más de la mitad de sus pequeños empresarios (52%) coinciden en señalar este tipo de prácticas como uno de los mayores peligros para su negocio.

Se refieren, sobre todo, a los fabricantes de productos de gran rotación y que suministran buena parte del stock a estos establecimientos e incluso les recomiendan a qué precios venderlos. “Estos fabricantes están creando plataformas industriales en las que ofrecen estos mismos productos al usuario final con reducciones de precio”, expone el presidente de esta asociación, Andreu Maldonado. “En muchos casos a un ferretero le sale mucho más a cuenta comprar el material a Amazon, que a su propia central”, ejemplifica.

En concreto, según afina la institución en el informe, algunas ferreterías tendrían que vender sus productos por debajo del precio de compra, es decir, "no solo se quedarían sin margen -apunta el texto- sino que perderían dinero con cada producto, lo que las llevaría al cierre en semanas".

Este barómetro indica que un producto puede llegar a ser hasta un 40% más barato en una de estas plataformas (aunque la diferencia más habitual oscila entre un 11% y un 20%), y que nueve de cada diez ferreterías no pueden competir con esta rebaja.

“Europa controla y penaliza que no se venda por debajo del precio de coste, pero la realidad es que pese a encontrar productos profesionales en Amazon por debajo de nuestro coste, no podemos demostrar que quien lo está ofreciendo lo vende por debajo de lo que le ha costado a él”, plantea Maldonado. En otras palabras, no hay forma de demostrar que una de estas empresas se salta las normas.

Amazon excluido

Ante este escenario, el Gremi de Ferreteria ha decidido actuar de forma independiente. La asociación trabaja ya en una lista negra de proveedores que venden por debajo del precio de mercado, una medida avalada por el 75% de los empresarios consultados. Poco avanza Maldonado sobre los nombres que figuran en esta lista, porque hacerla pública forma parte de la segunda fase de esta estrategia, pero sí que confiesa que Amazon está exenta: el problema, justifica, es la compañía que marca el precio de referencia.

“Desde hace unos cinco años, nos llega de todas partes que el comercio de proximidad tiene que prepararse para la omnicanalidad, para que el usuario tenga acceso a los productos tanto en entorno digital como físico”, afirma Maldonado. “Pero la omnicanalidad de verdad, la que genera valor, es aquella que no relaciona el mundo digital con el ‘outlet’ o la mejor oferta, sino con la comodidad o el mejor acceso”, remata este empresario, que defiende a capa y espada que el sector no tiene ningún miedo a la tecnología o a modernizarse y que lo que critica es “la falta de lealtad” de unas multinacionales que con esta guerra de precios, agrega, “ponen en riesgo la confianza del cliente con el comercio de proximidad”.

Situación financiera

El barómetro también se hace eco, precisamente, de la situación económica del comercio local ferretero de Catalunya. Según sus datos, hay cerca de 1.200 puntos de venta en la comunidad (sean establecimientos de barrio o algo más industriales), que emplean a 13.000 personas, y que, a diferencia de otros sectores, vivieron un momento considerablemente dulce en 2020 que ahora está haciendo aguas. “La situación de pandemia y el confinamiento supuso un buen año para la mitad de los negocios del sector, porque se multiplicaron las reparaciones y reformar en el hogar”, justifica el informe. De hecho, el año de la llegada del covid fue malo para solo el 25% de la muestra, mientras que cerca de la mitad hacen una valoración buena o incluso mejor.

En cambio, el panorama empeora un 2021: solo un 26% de las ferreterías están más que satisfechas con su desempeño el año pasado y el porcentaje de profesionales que lo definen como un ejercicio malo o muy malo asciende 5 puntos. En cuanto a 2022, la lectura es dual: hay menos ferreterías que esperan un año bueno (22%), pero también se reduce el número de empresas pesimistas, que se sitúa en el 20%.

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