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La guerra eleva el gasto en combustible para los aviones un 30%, según Airbus

La compañía ha cerrado el centro de ingeniería que tiene en Moscú y paralizado las entregas a aerolíneas rusas

Un Airbus A320 de la compañía rusa Aeroflot despega del aeropuerto, en Moscú

Un Airbus A320 de la compañía rusa Aeroflot despega del aeropuerto, en Moscú / REUTERS / MAXIM SHEMETOV

Sara Ledo

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El sector de la industria aeronáutica no atraviesa su mejor momento. Tras la pandemia del coronavirus, que redujo los movimientos y dejó en tierra a la mayor parte de aeronaves, cuando parecía que la recuperación se consolidaba, la invasión de Rusia en Ucrania ha disparado el precio de la energía. "El gasto en combustible ha aumentado un 30% respecto a 2019 por el conflicto", ha asegurado el actual presidente de Airbus España, Alberto Gutiérrez, este jueves en un acto organizado por la patronal CEOE.

La empresa está "analizando las consecuencias" del cierre del espacio aéreo ruso, que de momento se traduce en un aumento de los tiempos de vuelo entre Europa y Pekín (China) de dos horas y de cinco entre Helsinki (Finlandia) y Tokio (Japón), pero sin apenas consecuencias sobre la demanda.

Sobre su negocio, el impacto le llega directamente, a través de sus clientes, como la aerolínea Aeroflot, a quienes ha interrumpido las entregas y por el centro de ingeniería que tiene en Moscú, cuya actividad ha paralizado tras las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea. La compañía, que analiza la situación de sus empleados en Rusia "caso a caso", busca actualmente "fuentes alternativas" de suministro y de procesos de producción.

La crisis derivada de la pandemia del coronavirus paralizó los movimientos y supuso una caída de la facturación para la compañía del 20%, tanto en España --donde facturó 5.000 millones de euros-- como a nivel global --con unos ingresos de 52.000 millones de euros--. Pero el sector se empieza a recuperar ya, según Gutiérrez, con un 75% de vuelos intraeuropeos respecto a los de 2019. Sin embargo, la actual crisis por la guerra comienza a dejarse notar en los vuelos internacionales, que la semana pasada se redujeron un 2%, aunque en este caso todavía están al 32% de la cantidad de 2019.

"Mientras la crisis del fue fundamentalmente de demanda y nuestra percepción es q estamos empezando a salir, ahora el impacto creciente se produce en los suministros y en las provisiones. El problema actual es cómo ser capaces de responder a esa demanda creciente", ha expresado Gutiérrez. Precisamente, desde el punto de vista del suministro, ha advertido que Europa es "altamente dependiente de países ajenos" en determinados productos, fundamentales para el proceso industrial. Es el caso del zinc, el silicio, el niquel o el magnesio, fundamentales para el aluminio ligero y que se importan de países como Indonesia, Rusia o China, sin alternativa en el Viejo Continente. "Si no hay autonomía de materias primas no hay autonomía estratégica. Tener sobreinventario y sobreprotección cobra valor, también elementos como "just in time" y evitar los puntos de la cadena sin alternativas", ha añadido.

Gutiérrez también ha destacado la necesidad de dejar de depender de otros países en el ámbito energético --con el impulso a combustibles alternativos, como el hidrógeno, que permitan independencia-- así como a nivel tecnológico --identificando "tecnologías claves de futuro"--. En este sentido, ha recordado que Airbus es la empresa que más patentes europeas genera al año. "El tamaño importan. La lección aprendida con el covid no es huir de la deslocalización sino que la globalización hay que hacerla con prudencia. La globalización nos permitió salir de la crisis de 2008, al poder acceder a otros países y también a un talento que no teníamos y nos hizo competitivos", ha añadido.