Plan energético hasta 2050

Catalunya prevé ocupar el 2,5% del territorio con aerogeneradores y placas solares

El Govern considera fundamental el parque eólico marino Tramontana e instalar 1.000 megavatios ante la costa de Girona antes del 2030

El objetivo medioambiental requiere la reducción del consumo del 41,5% en 30 años y multiplicar las centrales de energía renovable

aerogeneradores

aerogeneradores / periodico

Eduardo López Alonso

Eduardo López Alonso

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La revolución energética está ya en marcha en Catalunya. Las principales conclusiones del plan previsto por el Govern es que será posible alcanzar un suministro energético basado en energías renovables y el cierre de nucleares en el 2050, pero para ello será necesario incrementar la generación, reducir el consumo el 41,5% y ocupar al menos el 2,5% del territorio catalán con instalaciones eólicas y fotovoltaicas. Esa ocupación será equivalente a unas 80.000 hectáreas que actualmente es terreno no urbanizable (con unas 3.000 hectáreas correspondientes a tejados con placas solares). La 'consellera' de Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural, Teresa Jordà, que presentó este viernes las conclusiones del estudio realizado por el Institut Català d’Energia (ICAEN), destacó que la emergencia climática requiere urgencia y políticas capaces de congeniar la eficiencia energética con un modelo energético catalán limpio y consensuado con el territorio. Esta urgencia llega tras 10 años de práctico estancamiento de las energías renovables en Catalunya por la falta de un marco legal claro. En ese modelo diseñado por el Govern, la electrificación pasará de suponer el 24,8% de la generación energética al 76,4% del total. Catalunya deberá multiplicar por 20 su capacidad de generación de energía solar y al menos por cinco la eólica (con los polémicos aerogeneradores) en 2030 para cumplir con sus objetivos.

En ese dibujo de un nuevo sistema de generación energética, Jordà reconoció que las más de 500.000 instalaciones fotovoltaicas previstas en el 2050 "no serán suficientes" para compensar el cierre de nucleares y afrontar la electrificación, por lo que es necesario asumir un "reto gigantesco" tanto en inversiones como en cambio de hábitos de los ciudadanos. En su opinión, la población deberá asumir cambios, también en movilidad, pero también en el paisaje. En esa línea, opinó que el parque eólico marino Tramuntana previsto ante la costa de Girona en aguas exteriores es fundamental y tendrá un gran protagonismo en ese plan de multiplicar por 18 la potencia eléctrica instalada entre el 2017 y el 2050. Ese plan prevé la instalación de aerogeneradores en alta mar capaces de producir un millar de megavatios de potencia ya a partir del 2030 y llegar a 3.500 megavatios en el 2050. El parque eólico de la Costa Brava se situaría a unos 24 kilómetros de la costa y su autorización depende del Gobierno de España al contar con una potencia superior a los 50 megavatios.

La directora de ICAEN, Marta Morera, es una de las artífices de esa hoja de ruta que abarca un total de 20 estrategias energéticas que relacionan la evolución prevista de la demanda y las necesidades energéticas futuras, teniendo en cuenta que el análisis deberá adaptarse a los adelantos tecnológicos que se vayan produciendo y puede haber cambios (por ejemplo en las técnicas de almacenamiento de energía). Según ese plan, la dependencia energética exterior pasará del 94,2% actual al 6,7% en 2050, sin contar los usos no energéticos de la energía. El análisis calcula que será necesario instalar 12.000 MW de energías renovables adicionales en 2030 y hasta casi 62.000 MW en 2050 para alcanzar un sistema eléctrico totalmente descarbonizado, cifra que requerirá la ocupación de ese 2,5% del territorio para usos energéticos. Los ámbitos del transporte (-50,6%) y el doméstico (-34,2%) son los que protagonizarán una mayor reducción en el consumo de energía.

Reparto de instalaciones en el territorio

Será clave en esa transición energética el consenso de los territorios para que no pase a ser el entorno rural el único en contribuir a la generación eléctrica que requieren los grandes núcleos de población. El Govern tendrá también que lidiar con la oposición de los municipios de la costa de Girona, que se oponen a que se instalen grandes aerogeneradores, por los efectos que pueden tener en términos de turismo náutico o pesca. En esta línea, el Govern siempre ha defendido que la generación eléctrica se encarne en un modelo "distribuido", tanto desde un punto de vista geográfico como empresarial.

El teórico sistema energético catalán limpio, autóctono, eficiente y competitivo es posible, opinó Jordà, siempre y cuando se apliquen y potencien diferentes estrategias que requieren menor consumo y mayor generación de energías renovables. Además, cada vez más consumos pasarán a ser eléctricos, con el objetivo de aprovechar la mayor flexibilidad del sistema eléctrico para introducir energías renovables y reducir emisiones contaminantes. La movilidad eléctrica, la climatización de los edificios con sistemas de bomba de calor o la electrificación de parte de los procesos industriales sumarán en esta dirección. Así, si en 2017 el grado de electrificación de la demanda de energía era del 24,8%, para el año 2030 se espera que sea del 34,2% y para 2050, que aumente hasta el 76 ,4%. De hecho, se prevé que la demanda eléctrica se multiplique por 2,3 en el periodo 2017-2050, hasta prácticamente alcanzar los 100 TWh anuales.

Ahorro y eficiencia energética

La combinación de las medidas de ahorro y eficiencia energética y el proceso de electrificación hará que la intensidad energética final en 2030 se reduzca un 19,3% respecto del actual, mientras que esta reducción será del 57% en el año 2050. Esto significa que se desacoplará el crecimiento económico de la evolución del consumo de energía, y que en 2050 Catalunya de manera general consumirá casi la mitad de la energía que necesita hoy para producir un producto o disponer de un servicio, que la correlación entre el crecimiento económico y el consumo energético no será tan lineal como en la actualidad.

De acuerdo con los cálculos efectuados, para el año 2030 será necesario incorporar hasta 12.000 MW de energías renovables (5.000 MW de energía eólica y 7.000 MW de fotovoltaica), cifra que deberá crecer hasta los casi 62.000 MW en el 2050, 18 veces la potencia instalada actualmente. Estas cifras deben permitir, por un lado, hacer frente al cierre previsto de las centrales nucleares, y por otro hacer que la energía eólica suponga el 50% de la generación eléctrica del país y la fotovoltaica, el 43% el año 2050.

Se ha previsto la instalación de más de 11.000 MW en instalaciones fotovoltaicas en edificios y 2.600 MW de energía fotovoltaica en otros espacios antropizados, que aportarán hasta el 40% del total de la energía solar que se genere en Catalunya. En conjunto, hasta 2050 entrarán en servicio alrededor de las 500.000 instalaciones de energía eléctrica en tejados y cubiertas, muchas de ellas asociadas a sistemas de autoconsumo y generación distribuida, que permitirán aprovechar hasta un 65% de su total potencial.

Según el análisis realizado, el creciente uso de baterías eléctricas y los sistemas hidroeléctricos de bombeo y una gestión distinta de las centrales hidroeléctricas con embalse deben permitir garantizar el equilibrio entre oferta y demanda cada hora del año.

El hidrógeno producido a partir de energías renovables tendrá un papel significativo en el escenario objetivo. Las previsiones indican que este vector energético estará presente como materia prima en determinados procesos industriales que necesitan hidrógeno y, de forma selectiva, como combustible en aquellos sectores y usos energéticos que son difíciles de electrificar (transporte marítimo y transporte pesado de mercancías por carretera, hornos industriales de muy alta temperatura). En este sentido, se calcula que la producción de hidrógeno de origen renovable como combustible y/o materia prima en el sector energético, transporte e industria será de casi 95.000 toneladas en 2050.