Tras 25 años en activo

El inoportuno final de la 'superautopista' del gas entre Argelia y España

El contrato del gasoducto Magreb-Europa expira este domingo en plena espiral alcista de precios de esta materia prima

Gasoducto Magreb-Europa.

Gasoducto Magreb-Europa.

Sara Ledo

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Cierra la 'superautopista' de gas entre Argelia y España. El tubo que conecta África con Europa a través de Marruecos cortará el suministro de gas este domingo al expirar el contrato 25 años después de su puesta en marcha. El momento no puede ser más inoportuno, en plena espiral alcista de los precios de esta materia prima sin precedentes en todo el mundo. Pero el conflicto diplomático entre Argelia y Marruecos ha impedido las negociaciones de la que se había convertido en una de las principales puertas de entrada del gas a España.

Fue el 1 de noviembre de 1996 cuando entró en funcionamiento el denominado gasoducto Magreb-Europa, aunque el proyecto empezó seis años antes, en 1990, con el objetivo de diversificar el aprovisionamiento de gas de este país e integrar los sistemas gasistas de la Península, así como para conectar los dos continentes separados por el Mediterráneo.

El tubo hace un recorrido en forma de 'L' que va desde Argelia hasta Tarifa. Primero atraviesa Marruecos y después se hunde en su travesía por el estrecho, a través de un tramo submarino a una profundidad de hasta 400 metros. En su interior, el gas natural del yacimiento Hassi R’ Mel llega a Tarifa donde se reparte al resto de la Península, como si de unos tentáculos desplegados se tratase, y eso incluye una parte de esta materia prima para Portugal.

En total, un viaje de 1.400 kilómetros en el interior de una tubería de 48 pulgadas de diámetro con una capacidad para transportar hasta 13.500 millones de metros cúbicos de gas natural al año. Eso no implica que circule todos los años esa cantidad. Ni mucho menos. Según fuentes del sector, en 2019 fue al 36% de su capacidad, es decir, con alrededor de 4.900 millones de metros cúbicos de fluido.

Su importancia radica en que Argelia es el primer país productor de gas a España, con alrededor del 40% de esta materia prima que llega a este país. Aunque las tasas varían dependiendo de los años, en los últimos doce meses --de septiembre a agosto-- ha supuesto un 45,9% del total (en 2019 fue un 33,1% y en 2020, un 29,1%). Le siguen Nigeria (12,1%), Estados Unidos (10,6%) y Rusia (10,1%), según Sedigas. Pero no todo viene por gasoductos, si no que la mitad viene en buques metaneros que transportan gas natural licuado (GNL), gas natural que ha sido procesado para ser movilizado en forma líquida.  

Tormenta perfecta

El inconveniente está en la coincidencia entre el cierre del principal gasoducto en España, con el alza de la demanda de los países asiáticos tras la pandemia y el parón de la oferta de gas ruso. El gas se necesita para las calefacciones, para la industria y para generar electricidad. Las centrales de ciclo combinado queman gas natural, y a pesar de generar solo el 20% de la electricidad que se produce al año, todavía son fundamentales como centrales de respaldo en momentos en los que no hay sol ni viento ni agua, como ocurrió durante la tormenta Filomena.

Entonces, entre el 1 y el 18 de enero, la ola de frío más relevante de la historia del sistema gasista (Filomena) coincidió con restricciones en las importaciones procedentes de Argelia y con la cancelación de descargas de buques de GNL con preavisos muy reducidos. El acceso a las reservas acumuladas y el acceso a otros mercados de GNL permitió asegurar el 100% de la demanda, según el operador del sistema, Enagás.

Dos opciones

A partir de ahora, una parte del gas que venía por la tubería que atravesaba Marruecos podrá hacerlo a través del Medgaz, el otro tubo que conecta Argelia con España. Abierto en 2011, une directamente Hassi R’mel con Almería. Tiene capacidad para 8.000 millones de metros cúbicos y se ampliará antes de finalizar este año hasta los 10.000 millones de metros cúbicos. En 2019, transportó gas al 56% de su capacidad (en torno a 4.500 millones de metros cúbicos).

Otra parte podrá venir en barco, a través de buques metaneros. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, aseguró esta semana tras su reunión con su homólogo argelino que todavía está por precisar "un calendario" para "asegurar que todo funciona del modo más fluido y mejor posible”. Según el operador del sistema gasista, Enagás, esta previsto que este invierno, entre los meses de noviembre y marzo, lleguen a las costas españolas 136 buques, casi un 60% más que en el mismo periodo del año pasado.

Crisis, pero de precios

A las alternativas del Magreb-Europa, hay que añadir las reservas en los almacenamientos subterráneos en España, que están al 78% de su capacidad. Esto se traduce en existencias de gas para alrededor de 40 días (según el consumo de un día laborable regular), según fuentes del sector. La mayoría de los expertos coinciden en que es difícil que esta crisis pueda suponer el desabastecimiento para las familias, pero sí advierten que lo que producirá es el encarecimiento de esta materia prima. "El hecho de tener que transportar el gas natural por vía marítima va a suponer un sobrecosto que desencadenará inevitablemente en una escalada del precio que vamos a terminar pagando los consumidores; un precio que en estos momentos se encuentra ya en cotas muy altas", asegura el profesor de OBS Business School, Rodrigo Yagüe.