Mercado laboral
El sector cárnico del Reino Unido busca desesperadamente presos para sus vacantes de empleo
Brexit y Covid han exacerbado la falta de trabajadores amenazando la producción y la distribución de la industria cárnica
Supermercados y grandes superficies están ofreciendo bonificaciones a los camioneros, tras la marcha de los profesionales europeos
Begoña Arce
Periodista
Los empresarios británicos andan tan desesperados que están buscando en la cárcel a sus nuevos empleados. Con una falta de mano de obra acuciante a causa del coronavirus y el Brexit y ante el miedo a tener que interrumpir la fabricación, los productores de carne procesada del Reino Unido están tratando de conseguir trabajadores entre los reclusos que se hallan en un régimen equivalente al segundo grado en España. En estos momentos hay en ese sector 14.000 plazas vacantes.
A la búsqueda de reclusos
La Asociación de Suministradores Independientes de Carne, que reúne a carnicerías, procesadoras y mataderos, está en conversaciones con el Ministerio de Justicia para que autorice permisos especiales de salida a los reclusos, de manera que puedan ser contratados, ganarse un jornal y aprender un oficio con el que integrarse quizás en la sociedad una vez cumplida la sentencia. De acuerdo con el diario The Guardian, el sistema actual, que permite a los reos en régimen de prisión abierta trabajar una jornada laboral a la semana, no es suficiente para cubrir las necesidades de sector que como otros muchos empieza a tener serios problemas para mantener la producción y abastecer al público. Desde el Ministerio de Justicia indican que “se tratará de ayudar a todas las industrias en la medida de lo posible. Ayudar a los prisioneros a encontrar empleos durante su sentencia y después de que queden en libertad hace mucho menos probable el que vuelvan a delinquir”. La industria alimentaria también está contemplando la idea de entrenar y contratar a antiguo personal del ejército. “Estamos estudiando cada posibilidad”, aseguran en la asociación.
Sin pollo frito
A pesar de estar en agosto también se viene avisando de la dificultad para llevar en Navidad a la mesa cochinillos o jamón asado. Incluso el pavo, el plato más popular en esas fechas, puede escasear. Estos días además se habla de “la crisis del pollo”. La más consumida de las aves empieza a faltar, lo que ha obligado a varias cadenas de restaurantes como Kentucky Fried Chicken a suprimir algunas de sus especialidades del menú. Su rival, Nando’s ha tenido que cerrar 45 establecimientos debido a los problemas de la cadena de suministro. El Consejo Británico de Aves de Corral ha pedido al ministerio de Interior que abra la mano con la inmigración de trabajadores. “Cuando no tienes gente tienes un problema y eso es algo que estamos viendo en toda la cadena de producción”, declaró la pasada semana a Sky News Richard Griffins, director ejecutivo del Consejo. “La crisis del empleo es un problema del Brexit”, añadió. “El número alarmante de vacantes sigue aumentando debido a que el Gobierno sigue actuando contra los intereses de la industria alimentaria del Reino Unido”.
Bonificaciones a los camioneros
El cerrojazo a la contratación de trabajadores comunitarios tras la salida de la Unión Europea, combinado con las alertas de aislamiento y los contagios de covid están en el origen de la falta de personal. En ese sector de las aves de corral, las vacantes ya superan el 15%, pero el problema se repite en otros ámbitos. Hacen falta entre 90.000 y 100.000 conductores de camiones. Los europeos que estaban detrás del volante se han ido a casa o a trabajar a otros países, hartos por el aumento de la burocracia y los trámites aduaneros impuestos tras el Brexit para entrar y salir del Reino Unido. La paga de muchos esos conductores es por kilometraje, no por las horas de trabajo y los retrasos suponían una pérdida de ingresos. Ha habido también cambios en el sistema de impuestos y ahora resulta más caro que en Europa el trabajar o ser empleado en el Reino Unido. Los supermercados y las grandes superficies están ofreciendo bonificaciones de entre 2.500 y 5.500 euros a los camioneros para que repartan sus propios productos. Eso está dificultado el que las fabricantes puedan distribuir sus artículos.
La situación podría empeorar las próximas semanas, cuando comiencen las clases y la gente retorne al trabajo, en muchos casos a las oficinas por primera vez desde marzo del pasado año.
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