Imaz (Repsol): "El sector eléctrico no puede pretender que otros sectores paguen su fiesta"

El consejero delegado de la petrolera acusa al Gobierno de hacer pagar a las gasistas y petroleras "los errores del pasado" de las eléctricas

Josu Jon Imaz dice que el dinero del fondo verde del Ejecutivo será para pagar a los "fondos" de inversión y "a los dividendos de las eléctricas"

Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol.

Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol. / periodico

Sara Ledo

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"El sector eléctrico no puede pretender que otros sectores paguen su fiesta”. Así de categórico se mostraba el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, al ser preguntado por la decisión del Ejecutivo de trasladar el coste de las primas a las renovables –más de 7.000 millones de euros— incluido en el recibo de la luz a las compañías energéticas, entre ellas las petroleras. “Esto no es para las renovables, no lo vistamos de verde, esto es para pagar a los fondos de inversión que invirtieron de 2008 a 2014 (...) y a los dividendos de las eléctricas”, ha criticado.

Imaz ha sido entrevistado este jueves en el IESE por el profesor Xavier Vives, aunque antes del diálogo entre ambos, el consejero delegado de la eléctrica realizó una intervención sobre su visión acerca de la transición energética en el que ya dejó caer cuál era el foco de su discurso. “La electricidad es el gran emisor de CO2 en el mundo”, dijo entonces Imaz. Su argumento: el 42% de las emisiones mundiales provienen de esta tecnología, al ser generada en muchos países como China con carbón, mientras el transporte “solo” produce un 23% de todo el CO2 del planeta, según ha defendido.

Toda una declaración de intenciones de lo que vendría después, cuando Vives le preguntó por la decisión del Ejecutivo de crear un fondo 'verde' para pagar las primas de las renovables: “Se va a utilizar este dinero para retribuir estos activos y esos fondos. Las renovables en las que se está invirtiendo ahora no tienen primas”, insistía. Efectivamente, los incentivos renovables se establecieron cuando esta tecnología no era competitiva y se dirigen a las cerca de 60.000 instalaciones en operación. De hecho, la cuantía a pagar será decreciente según las renovables alcancen el final de su vida útil (25 años) pues las nuevas carecen de estos incentivos.

El cabreo de Imaz se debe a que las petroleras son las más perjudicadas por esta medida. Según el anteproyecto de ley, las petroleras deberán hacer frente al final del periodo de cinco años establecido por el Gobierno al 43% del montante total, es decir, cerca de 2.085 millones de euros, mientras las gasistas pagarían el 24,80% (1.181 millones de euros) y las eléctricas el 31,50% (1.500 millones de euros). “El consumidor del coche de gasolina y diésel va a pagar las fiestas pasadas del sector eléctrico para pagar a los fondos y los dividendos de las eléctricas”, ha continuado diciendo. De producirse este traslado de la factura de la luz a los bolsillos de las petroleras, estas ya han advertido de que los carburantes subirían 7 céntimos de euro.

“Hay que mantener la competencia y competitividad de cada uno de los sectores”, ha declarado Imaz. “El sector eléctrico tiene que ser capaz de mantener su competitividad y no puede pretender que otros sectores paguen su fiesta. Cuando en nuestro sector tenemos errores de inversión lo pagan los accionistas y en las eléctricas debería ser igual”, ha asegurado. Entre los motivos que alude el Gobierno para trasladar esta partida está aligerar el recibo de la luz. Así, Imaz le lanzó otras ideas al Gobierno para reducir el recibo y que no afectan a su bolsillo: “Los peajes de transporte son 7000 millones de euros, ¿por qué no los eficientamos?”, preguntó. “Hay fuentes como la energía hidráulica sin costes y con concesiones de hace años y cuando el pool (mercado eléctrico) está a 55 euros el megavatio-hora facturan a ese precio”, protestó. Dos soluciones a uno de los problemas que el Gobierno quiere solucionar con su propuesta. Pero faltarían otras dos: Cambiar la forma de financiar el sistema eléctrico y, muy especialmente, dar "señales claras" de electrificación a consumidores e inversores frente a los combustibles fósiles.