La economiía del futuro

La OCDE recomienda reforzar las finanzas a través de sistemas más éticos y sostenibles

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría durante la presentación del informe.

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría durante la presentación del informe. / periodico

Irene Casado Saánchez

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“La pandemia de covid-19 ha puesto de relieve la necesidad urgente de considerar la capacidad de resilencia de las finanzas”, estima la OCDE en su informe anual sobre las Perspectivas Empresariales y Financieras. Con los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en el centro de su análisis, el organismo económico aplaude la inversión empresarial en dichos ámbitos. Si bien, señala la falta de datos pertinentes dirigidos a sus actores, necesarios para la toma de decisiones, la gestión de riesgos y la inversión sostenible a largo plazo.  

La pandemia de coronavirus continúa zarandeando la economía mundial. En este contexto, la capacidad de recuperación de las finanzas no depende únicamente del sistema financiero, sino “del capital y de los inversores” y de su capacidad para “crear sistemas más dinámicos capaces de soportar choques externos”, analiza Greg Medcraft, director de Asuntos Financieros y Empresariales de la OCDE. 

La incertidumbre que planea sobre los mercados no desaparecerá de la noche a la mañana, las amenazas tampoco se volatilizarán. “Más allá de la pandemia, los riesgos físicos y de transición asociados al cambio climático […] son tal vez los desafíos que prueban con más énfasis la urgencia de un sistema de resiliencia”, enfatiza Greg Medcraft. 

Más datos, transparencia e información: una necesidad urgente

Los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), jugarían un papel esencial en la creación de sistemas financieros más sostenibles y resistentes. Estos tres elementos, esenciales para estimar el impacto ético de una empresa y su sostenibilidad, se incorporan cada vez más a menudo en los planes de inversión, permitiendo “mejorar la gestión de los riesgos materiales” y “optimizar el rendimiento ajustando el riesgo a largo plazo”, explica el director del informe. Sin embargo, aún queda mucho por hacer: “en la práctica, los actores del mercado suelen carecer de las herramientas que necesitan, como datos coherentes, métricas comparables y metodologías transparentes” para tomar decisiones basadas en un análisis cualitativo de los riesgos de sostenibilidad. 

A pesar de la “prometedora evolución” del crecimiento y desarrollo de los ESG, así como de otros productos financieros sostenibles, “no podemos confiar en que las finanzas produzcan mejores resultados ambientales, sociales o de gobernanza si los inversores no disponen de las herramientas y la información necesarias para valorar los riesgos relacionados con los precios y dirigir las inversiones en consecuencia”, alerta Greg Medcraft. 

Solventar esta laguna de información, pasaría, según la OCDE, por “soluciones globales”: “Los gobiernos y los reguladores deberán trabajar juntos a nivel internacional […] Será fundamental un compromiso estrecho con la industria, incluidos los inversores institucionales y los prestamistas, los proveedores de índices y calificaciones, y los emisores de normas internacionales”. Un compromiso indispensable para “impulsar un cambio positivo en los mercados financieros”, más sostenibles y resistentes, capaces de asegurar las necesidades de la economía y la sociedad en las próximas décadas.