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¿Qué alternativas hay si no me conceden la moratoria hipotecaria?

Fue una de las medidas estrellas de la pandemia, pero no todo el mundo tiene acceso a ella

Hipoteca

Hipoteca / economia

María Valero (iAhorro)

María Valero (iAhorro)

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La moratoria hipotecaria fue una de las medidas que el Gobierno puso en marcha con el objetivo de ayudar aquellos ciudadanos que vieron cómo sus ingresos se reducían con motivo del coronavirus o bien se veían inmersos en un ERTE.

Consiste en poder aplazar el pago del préstamo hipotecario durante un periodo de tiempo de 3 meses, a los que habría que sumar los que ofrece la moratoria de las propias entidades, que la mayoría es de 12 meses. La moratoria se podía solicitar desde el pasado 19 de marzo.

¿Qué requisitos hay que cumplir para solicitar una moratoria hipotecaria?

Para poder acceder a la moratoria hipotecaria, se establecieron una serie de requisitos a cumplir. Entre ellos, que los ingresos de la unidad familiar no sean superiores al IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples) en el mes anterior al momento de solicitud de la moratoria (si la unidad familiar tiene hijos, se aumenta el límite un 0,1 por hijo y si se trata de una familia monoparental, será un incremento en el límite del 0,15. En cambio, si alguno de los miembros que conforman la unidad familiar cuenta con una discapacidad del 33% o superior, el límite se incrementa en 4 veces el IPREM o incluso 5 veces según el caso). 

Otros requisitos para cumplir es que la cuota de la hipoteca sumado a los gastos básicos relacionados estrechamente con el hogar como luz, agua y gas supere el 35% de los ingresos de la unidad familiar. Así como que la carga de la hipoteca sobre la renta se haya multiplicado un 1,3 como mínimo. 

¿Y si no me la conceden…qué puedo hacer?

Aunque es una herramienta útil, es posible que ocurra que no se cumplan los requisitos para acceder a ella. Es entonces cuando hay que valorar las otras opciones disponibles.

Carencia hipotecaria

Una de estas opciones es la de solicitar una carencia en la hipoteca, un mecanismo por el que durante un periodo de tiempo se pagará menos al mes. Si se trata de una carencia total, no se pagará nada durante el periodo de tiempo establecido, ni se amortiza capital ni tampoco intereses, se podría decir que la hipoteca queda en “stand by”. Si la carencia es parcial, la cuota mensual durante ese periodo establecido disminuye ya que solo se pagan intereses y por lo tanto no se amortiza capital. 

La opción de solicitar una carencia hipotecaria puede estar recogido en las escrituras del préstamo hipotecario, por lo que es importante revisarlo si se está en una situación ajustada. Aunque también es posible establecer una negociación con el banco para poder acceder a ella, en ese caso, será el banco quien decida si aceptarla o no. 

Subrogación hipotecaria

Otra opción iniciar una subrogación hipotecaria. Es un proceso totalmente diferente y consiste en cambiar la hipoteca de banco buscando una mejora en las condiciones, por ejemplo, bajada en los tipos de interés, que incluya un periodo de carencia o que los productos combinados sean menores y/o mejores. 

Se trata de un proceso con ventajas para el titular ya que, pasados los 3 primeros años de la hipoteca, no hay comisión aplicable a la subrogación (hasta ese momento si se quiere cambiar de tipo variable a tipo fijo, el límite de la comisión está en el 0,15%). El titular de la hipoteca que se decida por una subrogación de acreedor (nombre por el que se conoce el cambio de hipoteca a otro banco) tan solo tendrá que abonar los gastos de notaría, Registro de la Propiedad y tasación, cuyo importe total suele situarse entre los 500€ y los 650€ por lo general. 

Ampliación de plazo de la hipoteca

Otra opción es negociar con el banco una ampliación del plazo de la hipoteca. Es otra herramienta disponible para abaratar la cuota mensual de la hipoteca. Es una alternativa más que permite alargar el plazo de devolución del préstamo hipotecario, eso sí, supone cambiar las condiciones del préstamo ya que es una novación y ello acarrea gastos de notaría y registro que habrá que hacer frente. Otra cuestión es que además al alargar el plazo, también aumentan los intereses del préstamo hipotecario que se tendrán que pagar, cuestión que hay que tener muy en cuenta a nivel de costes de la operación.