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CaixaBank: un día con estrella

El consejero delegado recuerda que la entidad "tiene raíces catalanas"

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Jordi Cuenca

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Un «Bona tarda», el omnipresente logo de la entidad y la disposición de los asientos de los informadores, que de pronto te retrotraían a las sillas que utilizaron como simbolo las organizaciones independentistas durante la última Diada,  fueron ayer las únicas referencias catalanas en el ' dia gran' de CaixaBank, la jornada en la que se presentó al mundo como el mayor banco de España  tras la absorción de Bankia. 

Al consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, le preguntaron, en la única referencia a este tema, si, tras la operación, la entidad dejaría de ser catalana, y el primer ejecutivo respondió que el banco «tiene raíces catalanas», que «opera en toda España» y que la fusión «hace más fuerte a CaixaBank y eso es bueno para España y para Catalunya». '¿Entesos?'

Solo faltó que algún periodista se interesa por la familia de José Ignacio Goirigolzarri, el presidente de Bankia, que lo será también de la entidad; y Gortázar, porque hubo tiempo para preguntar casi por todo. Y a fe que nadie se fue defraudado. Dos horas y media largas en un clima gélido. El día había salido con nubes en València, pero el aire acondicionado estaba puesto como en los peores días del tórrido verano de la ciudad.

La pandemia trastocó en buena medida el cónclave, porque obligó a distanciar a los informadores por seguridad. Algunos, en un rincón, apenas veían a los dirigentes bancarios, que se mostraron dicharacheros si la ocasión lo propiciaba, siempre dentro de los márgenes más bien austeros que rige el proceder de los banqueros.  Desde el fondo, resultaba chocante ver a Goirigolzarri debajo del logo de CaixaBank. 

Como no había espacio para todos y la convocatoria se hizo a última hora del jueves, muchos periodistas que no pudieron llegar a tiempo a València participaron por videoconferencia y, por lo que se veía a sus espaldas, intervenían desde sus casas. Manda el teletrabajo.

Banco de Valencia

Los cámaras de televisión y los fotógrafos se quedaron esta vez en la calle. Literalmente. No había lugar para ellos, tan dados a arremolinarse y a acercarse a su objetivo.  Así que los pocos que se llegaron hasta el histórico edificio del Banco de Valencia, donde CaixaBank instaló su sede social en octubre de 2017 huyendo de la deriva independentista, se libraron de un posible resfríado.  

Con paciencia de santos, algunos esperaron al final de la rueda de prensa y se llevaron el premio de fotografiar, por la puerta secundaria del inmueble, la salida de Gortázar y Goirigolzarri, cada uno por separado y en su propio coche, directos hacia un destino que los ha unido, aunque, hasta que la fusión se formalice dentro de seis meses, seguirán compitiendo, como ambos afirmaron.

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