El IESE apuesta por la Barcelona de la inteligencia artificial

La escuela de negocios IESE ha anunciado la puesta en marcha de una línea de formación sobre inteligencia artificial (IA) ante la relevancia que esta nueva revolución del conocimiento está tomando en el mundo económico actual. Lejos de lo que pueda pensarse, la IA no es solo relevante desde el punto de vista tecnológico sino que abarca también una incidencia clara en el contexto social y de la ética, aspectos siempre mimados en el seno de esta escuela de negocios de prestigio internacional.

La IA se está consolidando como una de las líneas de innovación tecnológica con mayor impacto en la economía en el inicio de este siglo. Junto con 'blockchain' y 5G, la inteligencia artificial está llamada a ser un polo de atracción de inversiones, nuevas empresas e impacto directo en las cuentas de resultados de las compañías.

Dirigido por el profesor del IESE Sampsa Samila, el departamento analizará cómo la IA está impactando en la gestión de las compañías y preparará a los ejecutivos para utilizar la IA en sus empresas con un enfoque humanístico, de una manera ética y socialmente responsable.

Es precisamente ese último aspecto el que más dudas está causando y reticencias en la sociedad. La inteligencia artificial se va a convertir en una herramienta valiosa pero temible al ser capaz de prever comportamientos y vulnerabilidades, hasta el punto de convertirse en un instrumento deleznable para la marginación, por ejemplo por su uso intensivo en el sector de la salud o el farmacéutico. Pero también en los mercados de gran consumo.

El Govern ha aprobado precisamente en el último Consell de Govern una ayuda de 10 millones de euros para el desarrollo de la IA en Catalunya. Algunas empresas de primer nivel como la japonesa NTT ha instalado su sede de IA en Europa en Barcelona. El ecosistema actual de empresas directamente vinculadas a la inteligencia artificial lo componen del orden de 180 firmas que facturan 1.350 millones de euros y dan empleo a unas 8.500 personas. Pero estas cifras van a aumentar de manera exponencial en los próximos años. Las aplicaciones de la IA son útiles en el sector hospitalario, por ejemplo para el control de las listas de espera, pero también en el control de la producción agraria, de la oferta turística, control de la producción o de las rutas logísticas. Se calcula que las aplicaciones de IA aceleran los procesos industriales el 30% e incrementan la eficiencia de estos el 25%, pero todos estos avances o ventajas se tintan de dudas porque la materia prima de la inteligencia artificial son los datos, datos personales que los ciudadanos corren el riesgo de perder.

Fruto de estas amenazas, se han constatado tendencias que reclaman la necesidad de un humanismo tecnológico que ponga frene a ese flujo de datos privados incontrolados y gestionados por algoritmos de procedencia confusa. Es necesario exigir que los datos sean controlados por los ciudadanos y en ese campo es necesario el control de la Administración y la concienciación de los líderes de opinión. Es en ese campo en el que el IESE quiere aportar su granito de arena. 

Los directivos deberán adaptarse a este panorama cambiante que transformará radicalmente las organizaciones y, por ellos es necesario garantizar que los empleados, y ellos mismos, tengan las habilidades requeridas. "La IA debe ser utilizada siempre en beneficio de las personas y por ello al incorporar la IA a las organizaciones es necesario dotar a ésta de principios y valores acordes con ese enfoque humanista", explican en el IESE a la hora de justificar la creación de una nueva línea formativa. 

Las áreas de investigación actuales de la iniciativa incluyen el uso de IA en las empresas, el impacto en la automatización industrial y las demandas cambiantes que producirá en el mercado laboral. En la actualidad, el IESE ya ofrece un programa para directivos sobre inteligencia artificial.