EMPLEO DEL FUTURO

7 retos que afrontar para convertirte en un trabajador del futuro

Si queremos ser trabajadores del futuro, lo primero que debemos tener claro es que las reglas del pasado dejan de tener validez y nos enfrentamos a nuevos retos y necesidades. Cómo los afrontemos será determinantes para encontrar un hueco para nosotros.

Si queremos ser trabajadores del futuro, lo primero que debemos tener claro es que las reglas del pasado dejan de tener validez y nos enfrentamos a nuevos retos y necesidades. Cómo los afrontemos será determinantes para encontrar un hueco para nosotros

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Fran Leal

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El entorno laboral está experimentando cambios en prácticamente cada una de sus aristas. La irrupción de la tecnología y las nuevas formas de organización están provocando que todo lo que rodea al trabajo esté mutando drásticamente. Y esto, a pesar de la intensidad con que lo está haciendo, es solo el principio.

El trabajador también está viendo cómo su papel y desempeño dentro de las compañías varían y existe la necesidad de adaptarse al nuevo panorama para que los cambios no nos dejen fuera de juego. Desde The Valley han querido abordar este asunto y, por ello, han organizado esta semana una nueva edición de Diálogo Human Tech, esta vez centrado en Softskills, ¿qué habilidades requerirá el trabajador del futuro?

Aportar valor diferencial

En la jornada, Sergio Fernández, presidente del Instituto Pensamiento Positivo, ha incidido en su intervención en algo que, bajo su punto de vista, es vital: tenemos que ser conscientes de que “todo lo que pueda hacer una máquina, lo acabará haciendo una máquina”. Por ello, saber dónde podemos aportar valor que nos diferencie de ellas tiene una importancia capital.

Además, considera imprescindible preguntarnos “qué hacemos aquí”, encontrar nuestro propósito. Otras cualidades como la adaptación constante o distinguir entre seguridad o libertad (como trabajadores) son aspectos a tener en cuenta porque, a su parecer, dependiendo de lo que escojamos, “las habilidades que trabajamos son diferentes”.

Los 7 retos que afrontar

Ante el futuro que se nos plantea, con la tecnología apoderándose de un papel protagonista, los trabajadores tenemos una serie de retos por delante. Fernández expuso los 7 que él cree que debemos tener en cuenta:

  • Superar el duelo. Según el experto, “tenemos que aceptar como sociedad que el trabajador tradicional ha desaparecido”. Además, advierte del papel que podemos tener los individuos a la hora de divulgar esta idea, para que se instale socialmente lo que, para muchos, es ya una realidad.
  • La falta de seguridad. Toda nuestra vida está envuelta en incertidumbre, pero Fernández aboga por “abrazarla”. A su parecer, nos hemos criado sin ponerla en valor y es innegable que existe e irá a más, por lo que cuanto mejor lo asumamos, mejor preparados estaremos.
  • El trabajador del futuro no será como lo entendemos hoy y estará más cerca de la libertad, en detrimento de la seguridad. Al respecto, afirmó que “las personas se tienen que responsabilizar de su trayectoria profesional”.
  • La flexibilidad. Que todo el mundo entre y salga a la misma hora de trabajar, a su parecer, no parece razonable, dado que “tenemos áreas diferentes” y no siempre siguen, ni deben seguir, el mismo horario.
  • Digitalización. Como decíamos, Fernández está convencido de que todo lo que pueda hacer una máquina, lo hará una máquina. Por ello, tenemos que concienciarnos y prepararnos, porque “serán compañeros de viaje habituales”.
  • Adaptación. La capacidad y disposición a aprender de manera constante es una posición a la que tenemos que acercarnos, porque “hay que vivir más desde el aprender que desde el saber”. El dinamismo del aprendizaje aporta unas condiciones muy favorables para enfrentar esta nueva etapa como sociedad.
  • Formación permanente. Muy ligado al anterior reto, debemos saber compaginar de la mejor manera posible y permanentemente educación y trabajo, que redunda en un reciclaje constante.

Las 'softskills', al rescate

Para afrontar estos retos y prepararnos para ser los trabajadores del futuro, existen una serie de habilidades blandas o softskills que cada vez son más valoradas. Fernández ha señalado a la creatividad como la mejor carta de presentación y para potenciarla y sacarle el mejor partido es fundamental hallar nuestro propósito y fomentar el conocimiento de uno mismo. Será innegociable que aprendamos sobre tecnología y hacerlo de una forma permanente, así como el trabajo en red, “contactar con los demás y crear grupos de trabajo líquidos”, defiende Fernández.

La jornada de The Valley ha concluido con un debate donde han participado diferentes profesionales con puntos de vista complementarios. Álvaro Merino, experto en la gestión del cambio, liderazgo, talento y equipos, ha incidido en la importancia del equipo, donde reside la base del futuro. Además, ha puntualizado que, aunque parezca imposible en ocasiones, debemos esforzarnos por mantener “un ego suave”, precisamente para favorecer el trabajo más colaborativo. La serenidad y la anticipación son dos de las softskills que considera más valiosas.

Por su parte, Rocío Martín, innovation product manager en The Valley, ha resaltado la diferencia entre capacidad, habilidad y competencia. Mientras que la capacidad hace referencia al poder hacer, las habilidades remiten al hacer y la competencia al hacer con maestría. Del mismo modo, Martín ha hecho hincapié en que cada uno tiene que trazar su propia carrera, “pero sin volvernos locos”.

Fernández reflexionaba sobre el poder del conocimiento como el petróleo del siglo XXI. Al respecto, Alberto González, director de gestión del Talento y Formación Área de Recursos Humanos de Prisa, redirige esta condición al dato, porque la clave radica en “por qué y con qué alcance” utilizaremos los datos.

Por último, Ladislao Mollá, socio director de MRC International Training, ha subrayado la importancia de todas las habilidades relacionadas con la digitalización, como si de idiomas se tratara. En su opinión, la resiliencia es la habilidad más destacada, tanto para empleados como para directivos, junto al potencial del storytelling y la capacidad de humanizar el relato.