HISTORIAS MÍNIMAS

Aceites de oliva con historia

Olivias Seleccions S. L. distribuye aceite de oliva virgen, olivas y productos que los contienen, de 55 proveedores. Distribuye en exclusiva las patatas fritas Bonilla de El Ferrol

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Carme Escales

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Hija de restauradores que ya veneraban el aceite de oliva, Marta Gironès quiso abrir una tienda de aceite de oliva virgen extra de una minuciosa selección de productores estatales. Pensó en ubicarla en el mercado de la Boqueria. La idea era sumar luego al negocio de cara al público la distribución de esos mismos aceites supremos en restaurantes de la ciudad.

    Pero le dio la vuelta al plan. Puso en marcha Olivias Seleccions S. L., una distribuidora de aceites de oliva virgen que ella misma aprendió a elegir. Gironès culminó su carrera de empresariales con posgrado de gerencia de empresas alimentarias y su experiencia laboral en la distribuidora Euroselecció, con la formación en cata de aceite de oliva en la ONAOO (Organizzazione Nacionale d’Assaggiatori Olio di Oliva), en Imperia, Italia.

    Después recorrió Andalucía y Catalunya activando su paladar instruido para catas. Y en marzo del 2004, empezó a ofrecer su selección de aceites a restauradores y tiendas de productos gourmet de Barcelona. A puerta fría, el primer año ella y otra persona consiguieron un centenar de clientes. «Al principio, toda la logística la externalizábamos, y los tres primeros años nos centramos en Barcelona», explica.

En el 2010, Olivias creó su propia marca de aceite, Santa Oliva, de arbequinas de La Fatarella (Terra Alta).

   Además de la calidad del aceite, Olivias Seleccions se interesa también por la historia de sus productores. En el fondo, la idea de su creadora la apuntalaba su deseo de contribuir a preservar la cultura del aceite de oliva, sus raíces payesas de mimo, recolección y obtención del jugo de olivas como una bella ancestral tradición. Olivias ha contribuido a engrandecer a pequeños productores, dando a conocer su aceite y su historia. En el 2007, los productos de Olivias entraron a abastecer cruceros, cambio que disparó sus cuentas. El pasado año facturó 1.700.000 euros, el 5% de los cuales fueron de exportación a Austria, Hong Kong, Estados Unidos y Francia. Este último es su mercado objetivo para crecer en los próximos años. «Por proximidad y por su alta sensibilidad hacia el producto de calidad y más del que no produce, como el aceite», explica la fundadora de Olivias Seleccions.

Nuevo socio y más productos

El sueño de producir su propia marca de aceite, Santa Oliva, lo cumplió en el 2008. 1000 litros anuales de aceite de oliva virgen extra de aceitunas arbequinas de La Fatarella (Terra Alta) fueron responsables del 2,5% de las ventas del pasado año (36.000 euros de facturación).

    Hasta el 2008, Olivias distribuyó aceite de oliva virgen extra, vinagre, olivas, olivadas, mermelada de olivas y fruta seca, principalmente de Casa Gispert. Pero sorteó la crisis sumando referencias a su catálogo de productos. Añadieron la importación del caviar francés Sturia y del ‘foi’de La ferme de Mazeres. Y desde el 2010 distribuye en exclusiva en la provincia de Barcelona las patatas fritas Bonilla de El Ferrol, su producto estrella. “Repartimos 8 palés cada semana”, explica Gironès.

En el 2013 un nuevo socio, Josep Roset, adquirió el 30% de la firma. Roset es excompañero de universidad de Gironès y fundador de la empresa de servicios Metrópolis que, cuando tuvo 1000 empleados, vendió a un grupo francés.  

El equipo de Olivias

<strong><span style="font-size: 1.6rem;">Marta Gironès y Josep Roset son socios en la empresa.</span></strong>