EVOLUCIÓN DE LOS INDICADORES

La prórroga presupuestaria pone límites a la política industrial del Govern

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nissan / periodico

Eduardo López Alonso

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La industria catalana está en situación de alerta. La crisis del automóvil que se avecina amenaza con sacudir la economía en los próximos años y la política económica del Govern con unos Presupuestos prorrogados no dispone de los medios adecuados para combatir la situación. El Pacte Nacional per a la Indústria (PNI) previsto entre el 2017 y el 2020 se ha convertido en uno de los instrumentos para ayudar en la transición industrial, pero no se ocultan sus limitaciones en el marco de unos Presupuestos diseñados en el 2016 por el Govern y que no parecen ser capaces de afrontar la transición ecológica y la próxima reconversión del sector del automóvil. 

El cumplimiento presupuestario del plan está en torno al 86,7% de los presupuestado, según los datos presentados ante el Consell Català de l'Empresa, ente supervisor en el que se integran CCOO, UGT, Foment del Treball, Pimec y Fepime. El PNI ha canalizado en el ecuador de su calendario 796 millones de euros, de los que 359 millones se destinaron a ayudas a la competitividad y ocupación. La energía más barata es uno de los puntos más demandados por la industria catalana y en el PNI se refleja el menor grado de ejecución de esa partida, infraestructuras y energía, de solo el 17,5% sobre el total presupuestado para cuatro años. Buena parte de la escasa ejecución puede deberse a la prórroga presupuestaria.

"El Pacte Nacional per a la Indústria ha conseguido dar estabilidad a las políticas pese a la situación complicada, la aplicación del artículo 155 y la paralización de concursos. Además tenemos los Presupuestos prorrogados y por tanto no podemos dotar de más recursos al sector, pero el plan permite dar continuidad a las políticas industriales, que es lo que necesita el país", asegura Matilde Vilarroya, directora general de Indústria del Govern. 

El balance del PNI fue presentado al Consell en forma de un informe de unas 70 páginas que los asistentes a la reunión se resistieron a evaluar a bote pronto y que por la tarde fue presentado ante el Parlament. "No vamos a permitir vaciar de contenido el PNI y que se convierta en un cajón de sastre. Lo que queremos es supervisar la información transmitida y asegurar que cumple con los objetivos y que se destina efectivamente a la industria. Hay muchas partidas cruzadas e interacciones con otros organismos de la Generalitat como el Servei de Ocupació de Catalunya o la Agència Catalana de Residus, por ejemplo", explicó Carlos del Barrio, representante de CCOO en el Consell.  En opinión de Salvador Guillermo, secretario general adjunto de la patronal Foment del Treball, presente en la reunión, la información del plan de ejecución del PNI deberá servir para "poner al día algunos de sus objetivos", realizar "apuestas estratégicas no previstas" y afrontar un "seguimiento pormenorizado" en unos momentos de "cambio estructural potente de la industria en Catalunya". Según Àngel Hermosilla, gerente del área institucional de Pimec, "la experiencia del PNI es positiva aunque el contexto político no ha ayudado". Resalta su papel como pacto a largo plazo impulsado por el Parlament y apoyado por los agentes sociales, pero reconoce que "es necesario adaptar el contenido del PNI para hacer más énfasis en ayudas a la digitalización y a la formación profesional, ya que hay ámbitos en profesiones tradicionales como electricistas o fontaneros con una alarmante falta de personal". 

Pese al PNI, la industria catalana no ha parado de alimentar las listas del paro y acumula el número de desocupados más alto de los últimos dos años. Según la encuesta de población activa (EPA) del primer trimestre, el número de parados en la industria es de 36.500 personas, pero el automóvil amenaza con engrosar esa estadística hasta umbrales mucho más altos. 

"La industria catalana está preocupada", reconoce Vilarroya, como consecuencia de un "tsunami en el automóvil que ya está aquí". "Hemos hecho un estudio centrado en como impacta la industria 4.0 en el mercado laboral y una de las conclusiones es que el 35% de los puestos de trabajo tal y como los conocemos desaparecerán. El saldo será positivo, aparecerán más nuevos empleos que los que desaparecerán, pero hemos de ser lo suficientemente ágiles para dar soluciones a esa transición y las empresas deben ayudar a sus trabajadores a hacer ese cambio". En cualquier caso, de los 300.000 empleos que concentra la industria catalana del automóvil al menos 100.000 están amenazados. El Govern incluso está abierto a estudiar el establecimiento de la renta mínima para compensar una situación de alarma social derivada de una ola de despidos en el sector del automóvil.

El caso de Nissan es uno de los que el Govern tiene actualmente en el punto de mira. Las reuniones entre la Consellería de Empresa de Àngels Chacón y la dirección de Nissan se ha envuelto de confidencialidad, ante el sonrojo de las ayudas reclamadas por la compañía y las exigencias de continuidad esgrimidas. "La idea es que la planta de pintura de Nissan debería ser solo el punto de partida para atraer otros proyectos, inversiones y otros vehículos que se vayan a hacer en Barcelona", explica Vilarroya.  

El Govern considera que la fábrica de Nissan en Barcelona "tiene futuro" y confía en que lleguen nuevos modelos una vez implantada la nueva planta de pintura. Pero para llevar a cabo esa inversión Nissan exige una reducción de plantilla de unos 600 trabajadores. 

Las dos demandas fundamentales de las empresas en el marco del Consell Català de l'Empresa con la captación y retención de talento y los costes de la energía. La transición laboral fruto de la reinvención empresarial en torno a la industria 4.0 apunta a la demanda del denominado perfil profesional Stem (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, en inglés).  En energía, los compromisos de electrificación y descarbonización están lejos de conseguirse. Una de las causas es un modelo legal que ha impedido en la práctica la instalación de parques fotovoltaicos en Catalunya. Como consecuencia, Catalunya está a la cola de España en inversiones en ese campo.