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¿Se puede vivir de los beneficios que se consiguen al invertir?

Todo aquel que comienza a invertir en los mercados, bien a través de operaciones intradía con la compra-venta de acciones (trading), o mediante la adquisición de fondos de inversión, se hace la misma cuestión: si se puede llegar a poder vivir de los rendimientos generados por las inversiones. Los expertos hablan de la dificultad que entraña este concepto y explican qué réditos se pueden obtener como inversor minorista.

Los expertos hablan de la dificultad que entraña este concepto y explican qué réditos se pueden obtener como inversor minorista

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Inversor / economia

Héctor Chamizo

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Cuando se tiene el suficiente efectivo, hay un comentario común que escuchas que es el de por qué no optamos por invertirlo. ¿Con qué fin? Muchos usuarios se plantean poder vivir de esto, pero… ¿Es viable? Los analistas coinciden en que, antes de comenzar a tomar posiciones en las bolsas, hay que plantearse algunos asuntos relevantes.

Por un lado, de qué patrimonio se dispone para invertir y, por otro, de cuánto tiempo se dispone para dedicar al seguimiento de la actividad inversora y cuánto tiempo se puede aguantar sin ingresos (en caso de que no se generen). Y es que, al final la definición de estos dos parámetros nos lleva a precisar el riesgo que se quiere y se puede asumir.

Siguiendo el hilo, José Luis Cárpatos, director de inversiones en Gloversia EAFI, piensa que hay dos extremos, los que van diciendo que “con cuatro perras en la cuenta se puede vivir de esto haciendo una operativa mágica” lo cual considera que “es imposible y muy peligroso”; y los que apuntan que solo puedes ser rentable comprando “sus fondos de inversión maravillosos del establishment, ambos casos por intereses partidistas”.

Dinero, formación y práctica

Como siempre la realidad está en el punto medio, explica. Cárpatos piensa que sí se puede, con “dinero suficiente, mucha formación y mucha práctica previa”. Como cualquier actividad de la vida se requiere tiempo, dinero y paciencia.  Pero, en cualquier caso, hay que “ser realista”, asevera.

Para Sara Carbonell, relationship manager de CMC Markets, como punto de partida señala que “no se puede vivir de las inversiones a no ser que se parta de un montante altísimo”. En definitiva, ser trader y salir adelante es “muy complicado”, aunque la operativa con formación sí podría proporcionar “un extra” a nuestros ahorros.

Aquí es donde entra la aplicación del método de inversión. En opinión de Antonio Castelo, especialista en renta variable de iBroker, cabe diferenciar entre “hacer del trading una actividad complementaria a los ingresos del trabajo y hacer del trading la fuente principal de ingresos”. Por eso, hay que definir un método y probarlo durante tiempo, “para ver que realmente puede funcionar”.

Una buena gestión es clave

Es decir, más que entender del mercado y saber si va a subir o va a bajar, es hacer “una correcta gestión”, tal y como analiza Carbonell. Si lo haces, de cada 10 o 15 decisiones que tomes, aunque falles más de la mitad, como tu posible beneficio será superior a tu posible pérdida, “el neto va a ser positivo”, añade.

Hay quien se planifica vivir de esto con la condición necesaria de ganar el 20% anual. Y de momento ni siquiera Warren Buffett ha conseguido algo así. Una persona puede ser muy buena, pero eso no quiere decir que disponga de dinero suficiente para plantearse algún tipo de posibilidad de vivir de la inversión.

Por ejemplo, si nos imaginamos que disponemos de 5.000 euros para dedicar al trading. Sacar una rentabilidad mensual del 20% supone generar 1.000 euros al mes… ¿Con esa cantidad se puede vivir? ¿Es realista pensar en que un trader minorista va a ser capaz de generar sistemáticamente ese rendimiento cuando operadores profesionales, si en un año generan un 20% se considera como algo excelente? La respuesta para Castelo es clara: no.

Por tanto, lo único que se pueden generar son ahorros con una buena gestión monetaria. A este respecto Carbonell concreta que hay que poner “siempre stops, tener un horizonte de pérdida máxima y saber qué beneficio vas buscando”. Al final lo que interesa es tener “una ratio de rentabilidad/riesgo elevada”. En otras palabras, si estás dispuesto a perder tres y vas a ganar 9, “un promedio de 3 a 1”.

¿Y en los fondos de inversión?

En primer lugar, la inversión en los mercados se ha complicado mucho en los últimos años. En el pasado, combinar simplemente acciones y bonos funcionaba bien, pero ahora ambas clases de activo lo tienen más complicado. Según Mike Brooks, responsable de activos diversificados en Aberdeen Standard Investments, los inversores están intentando encontrar “otras formas de generar crecimiento en sus carteras”, pero cada nueva inversión, o cada nuevo gestor que seleccionan, “añade complejidad a nuestros portfolios”.

El bajo nivel de tipos de interés, la incertidumbre geopolítica y un mercado alcista envejecido hacen más difícil invertir. Más que solucionarnos la vida, analiza Brooks, lo que pueden hacer los mercados “es ayudar a completar nuestras rentas”. Eso sí, si se hace siguiendo un plan, recibiendo el asesoramiento adecuado y, sobre todo, “diversificando”.