El futuro comunitario

La Eurozona cierra una reforma de mínimos para blindar el euro

Valdis Dombrovskis.

Valdis Dombrovskis. / EFE / OLIVIER HOSLET

Silvia Martinez

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La gran reforma de la Eurozona nació con el objetivo de corregir los defectos estructurales destapados por la última gran crisis económica y blindar de una vez por todas al sistema financiero europeo y a la moneda única. Un año después, los ambiciosos planes –que incluían un superministro y un presupuesto para la Eurozona, un fondo de garantía de depósitos o hasta un fondo monetario europeo- han perdido fuelle por el freno constante de los países del norte y los ministros de economía y finanzas de la zona euro se han contentado con sacar adelante una reforma de mínimos con la que responder a futuras crisis y que los líderes europeos deberán avalar la próxima semana.

El pacto ha sido posible tras 18 horas de intensas negociaciones y una larga noche de trabajo de por medio para limar los muchos flecos sobre la mesa que han quedado arreglados al filo de las 8 de la mañana. "No hemos dado pasos de gigante pero sí algunos pasos significativos en un largo camino", ha resumido un decepcionado comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici. "No es el final del camino. Seguiremos trabajando. Ha sido una negociación muy dura pero el resultado es un gran avance en algunos temas claves", ha corroborado el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, que comunicará al presidente de la UE, Donald Tusk, el resultado de los trabajos de cara a la cumbre de la Eurozona prevista para el 13 y 14 de diciembre.

Los dos principales elementos sobre los que se cimenta el acuerdo son el refuerzo de las competencias del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE en sus siglas en inglés) y la red de seguridad de la unión bancaria. El mecanismo no será finalmente rebautizado con el ambicioso nombre de Fondo Monetario Europeo, pero el acuerdo recoge que tendrá un mayor peso en la supervisión económica de los países y en la gestión de los rescates bancarios. Además, podrá conceder líneas de crédito preventivas a los países en dificultades, siempre y cuanto cumplan las reglas, sin necesidad de que soliciten un rescate y se podrán introducir claúsulas de acción colectiva en el marco de procedimientos de reestructuración de deuda.

En cuanto al 'cortafuegos' del Fondo Único de Resolución Bancaria, se trata de una especie de mecanismo de último recurso -dotado en la propuesta original con 60.000 millones- que se podrá utilizar en caso de emergencia para rescatar bancos en quiebra cuando se hayan agotado los fondos del Fondo y que estará disponible a partir de 2024. La fecha de entrada en vigor podrá adelantarse pero "siempre y cuando haya progresos suficientes en la reducción de riesgos", ha explicado Centeno.

Presupuesto, en manos de los líderes

Lo que de momento queda en la recámara es la creación de un presupuesto para la Eurozona y un Fondo Europeo de Garantía de Depósitos (EDIS en inglés), dos iniciativas que siguen generando grandes discrepancias, especialmente entre los países de la llamada liga hanseática de la que forman parte Holanda, Finlandia, Suecia, Dinamarca, Estonia, Letonia, Lituania, Irlanda, República checa y Eslovaquia. París y Berlín presentaron durante la última reunión del Eurogrupo una iniciativa conjunta para avanzar hacia la creación de un presupuesto del euro con una posible función de estabilización pero su plan chocó de lleno con los países que exigen primero una reducción de riesgos.

La iniciativa no ha muerto pero serán los líderes de la UE los que tendrán posicionarse y dar un posible mandato al Eurogrupo para que empiece a trabajar en el diseño de una capacidad presupuestaria dentro del presupuesto de la UE para mejorar la convergencia y la competitividad. París reclama que ese presupuesto tenga una función estabilizadora. Holanda se resiste férreamente. “Es la clave. Lo necesitamos para afrontar algunos desequilibrios”, recordaba este lunes el comisario Moscovici, principal defensor de la idea junto con Francia. Pese a la falta de decisiones en este terreno, el francés Bruno Le Maire, se ha mostrado asatisfecho. "Finalmente tenemos una verdadera perspectiva, por la primera vez, de un presupuesto de la zona euro con funciones de convergencia y competitividad y continuaremos a trabajar en la función de estabilización", ha celebrado.

Sistema europeo de garantía de depósitos

Lo que sigue generando una verdadera desconfianza entre los países del norte es la creación de un sistema europeo de garantía de depósitos, el tercer pilar a la unión bancaria. Se trata de un mecanismo que debe garantizar los ahorros de los europeos hasta los 100.000 euros independientemente de donde se encuentre su banco. En junio, los líderes europeos reclamaron una hoja de ruta para empezar a negociar a finales de este año. El plan, admiten fuentes diplomáticas, sigue bajo “respiración asistida” debido al temor de muchas delegaciones, empezando por Holanda, a pagar los créditos morosos de otros países de la Eurozona. El resultado es que este asunto queda aparcado al menos hasta junio de 2019 cuando un grupo de alto nivel deberá presentar su informe.

Frente a la evidente decepción de Moscovici, la ministra española de economía, Nadia Calviño, ha respondido con realismo. "Los avances se producen paso a paso. Son cosas que pueden no parecer importantes pero tienen un peso importante en términos de estabilidad financiera", ha señalado. Ahora, "tenemos cuatro líneas de defensa para intentar evitar que se repita una crisis como la que hemos vivido", ha valorado tras la reunión del Ecofin. Las conclusiones de la Eurozona también mencionan el esquema de seguro de desempleo defendido por España aunque no ha habido acuerdo y seguirán los trabajos.