efectos de la jornada de paro

Afectados por Ryanair: "No voy a volver a viajar con esta aerolínea"

Huelga de Ryanair en el aeropuerto de Barajas

Huelga de Ryanair en el aeropuerto de Barajas / JOSÉ LUIS ROCA

Sara Ledo / Gabriel Ubieto

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Relativa tranquilidad en los aeropuertos de Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat por la huelga de pilotos de Ryanair. Tercer día este verano que la aerolínea 'low cost' líder en Europa, Ryanair, hace frente a una huelga masiva que dejará en tierra a miles de pasajeros (más de 14.000 solo con origen o destino en España). En este caso, son los pilotos de Irlanda, Bélgica, Holanda, Alemania y Suecia los que desde la pasada medianoche han decidido secundar el paro para reclamar mejoras laborales. Hay decenas de miles de afectados.

Muy leve afectación en El Prat. Las colas en los mostradores de Ryanair no han desaparecido en la mañana, aunque han sido mucho menos nutridas que en la huelga de los días 25 y 26 de julio. Los principales motivos de los usuarios para acercarse a las ventanillas de la 'low cost' han sido las demandas de información o para realizar trámites puntuales, no por pasajeros que se hubieran quedado en tierra debido a la cancelación de uno de sus vuelos. 

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Martha y sus cinco amigas regresan a Bruselas de sus vacaciones con Ryanair sin ser conscientes de la huelga. Su vuelo no está afectado, pero temen que al llegar a la capital begla tengan algun problema dada la afectación de otros vuelos. Los efectos colaterales también los ha sufrido Mario en una gestión sencilla como que la compañía le validará su pasaporte chileno para poder realizar la facturación y viajar a Edimburgo. "Hay mucha cola, y el personal está muy tenso", cuenta este joven.

La estampa de las ventanillas de reclamaciones albergaban historias propias de los aeropuertos en verano, aunque no reflejaban una especial incidencia, dados los pocos vuelos afectados en El Prat. A Rebeca la reubicaron ayer de su vuelo Roma-Madrid, cancelado por motivos ajenos a la huelga, añadiéndole una escala en Barcelona. "Ya he perdido la cuenta de las horas de retraso total que llevo. Estuve esperando ayer más de siete horas en Roma y se hizo duro, ya que fueron muchas horas en un espacio muy pequeño lleno de gente", cuenta. 

Efectos colaterales en Madrid-Barajas

El aeropuerto de Madrid Barajas no ha amanecido diferente que el de Barcelona y tampoco se han registrado muchos problemas este viernes a pesar de la huelga. Entre los pasajeros de la 'low cost' de esta mañana las frases más repetidas han sido "la verdad es que nosotros, de momento, no hemos tenido ningun problema" o "el único problema han sido las 'cosas típicas con Ryanair' de si nos pesa más o menos la maleta".

También se muestran los coletazos de las cancelaciones del aeropuerto de Roma Cimpiano de ayer, como en el caso de la pareja formada por Conchi Mena y Santi Parejo, que no pudieron coger su vuelo a las 4 de la tarde desde Roma y la única solución que les ofreció la compañía fue volar al día siguiente (este viernes) o ir en coche de alquiler hasta Nápoles y, desde ahí, a Madrid. Todo costeado por ellos que se han gastado al menos 250 euros. La compañía no les ha dado ninguna otra opción, tampoco les ha ofrecido una compensación con la que hubiesen podido sufragar todos estos gastos.

Además Parejo, operador en una fábrica en Extremadura, se había cogido siete dìas de asuntos propios para hacer este viaje con su novia y ha tenido que cambiar su turno de hoy por la mañana por la tarde porque si no hubiera perdido su trabajo. "Un compañero me ha cambiado el turno, si no me hubiese metido en un buen lio", agrega. 

También una familia encabezada por Gabriela Cisneros que tenía que haber volado ayer de Zaragoza a Londres vio como su vuelo se cancelaba y la compañía no les dió otra alternativa que cogerse otro transporte. El problema es que tenía que estar este mediodía, también por trabajo en la capital inglesa, por lo que han tenido que costearse un coche y conducir desde las 4 de la mañana para poder coger el vuelo desde Madrid a las 10 horas. "Abusan mucho de que Zaragoza es una ciudad pequeña y es la única forma de moverse que hay prácticamente", sostiene.

Muchas horas de antelación

Cuatro chicos que volaban a Núremberg esta tarde se han acercado al aeropuerto de Madrid esta mañana: "Lo hemos visto por internet, hemos venido y nos han ayudado perfectamente", explicó una de las jóvenes que subrayó, al contrario de lo que ya es habitual, la buena atención de la compañía y las facilidades dadas por esta. "Estamos muy contentos, no nos han dado solo una solución si no varias (...) cogeremos ahora un vuelo", concluyó la joven.

La almeriense Rocío López tenía un vuelo Málaga-Berlín este viernes, el miércoles se lo cancelaron y le dijeron que podía salir el propio miércoles, pero ella tenía que trabajar, así que la única solución que le ofrecían era venir desde Almería en autobús a Madrid y desde aquí a Berlín. "Llevo toda la noche viajando en autobús, he llegado a las 10 de la mañana aquí y no me han pagado nada", explica. "No voy a volver a viajar con Ryanair, lo tengo claro, me he pegado 7 horas de autobús y a ver si me devuelven algo de dinero", sostiene. "Me costó el vuelo 38 euros pero he perdido una tarde entera de trabajo y una noche viajando, no me merece la pena".

Susana Muriel tendría que haber volado este viernes de Frankfurt a Sevilla pero el miércoles la compañía le avisó de que su vuelo no saldría. "Hemos tenido que venir antes de terminar las vacaciones, hemos tenido que coger un vuelo con Iberia y Ryanair no nos ha solucionado absolutamente nada", precisó Muriel, quien reconoce que a pesar de la "muy mala experiencia" es consciente de que volverá a viajar con Ryanair porque "es lo más económico".

Otros afectados por las cancelaciones en Frankfurt han sido Ana y su novio, que este viernes tenían que volar allí desde la capital española, pero que debido a la huelga la compañía les han emplazado a ir vía Hamburgo este sábado. Ni los costes de hotel ni los del traslado les han sido abonados de momento. Algo similar a lo que le ha ocurrido a David Alonso que viajaba esta tarde a Nuremberg. Su vuelo ha sido cancelado y la solución de Ryanair ha sido un billete a Berlín este sábado y desde ahí a Nuremberg (500 km aproximadamente) en un tren que deberá pagarse él mismo. Consciente de que la compañía debe ser quien le adelante todos los gastos, según el Reglamento Europeo sobre derechos de los pasajeros, Alonso intentó que así fuese. La respuesta de Ryanair: un papel con la dirección en la que hacer la reclamación. "De momento, tengo que pagarlo yo", lamentó.