negocios con el ladrillo

Estudiante busca piso

Las empresas de alojamiento universitario se abren paso entre los arrendamientos privados y la picaresca

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Jordi Jon Pardo

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El alquiler de los pisos sigue batiendo récords en los 73 barrios de los diez distritos de Barcelona. El precio medio sobre los nuevos contratos del tercer trimestre del 2017 superaron, por primera vez en la historia, los 900 euros al mes, según los datos del Incasol. En concreto, en las operaciones efectuadas entre el 1 de julio y el 30 de septiembre del 2017, la factura mensual alcanzó los 903,40 euros, una cifra que supone un 9,4% más que la del tercer trimestre del 2016.

Entre los motivos del encarecimiento del alquiler, destaca la escasa oferta (en el mercado social y protegido), el gran interés que despierta Barcelona entre estudiantes, profesionales extranjeros y fondos de inversión internacionales y la ambición de los propietarios por sacar la máxima rentabilidad en un entorno definido por la gran competencia turística.

Una habitación de 426 euros

El encarecimiento de la vivienda barcelonesa ha obligado a mucha gente, sobre todo estudiantes, a buscar opciones más modestas. Entre las alternativas, destaca el alquiler en piso compartido, que ha crecido un 80% en los últimos años y su máximo exponente es Barcelona, donde el precio medio de un cuarto es de 426 euros. De hecho, la capital catalana es la líder nacional en tres categorías de costes: pisos de alquilercasas de segunda mano y habitaciones. Un triplete directamente proporcional al malestar de los barceloneses, que contemplan impotentes la inviabilidad de vivir en el centro de su ciudad por un metro cuadrado que oscila los 14 euros de media en alquiler.

“En tres años nos han subido el alquiler 400 euros”, explican dos vecinas de l’Eixample y estudiantes del MIR. “Cuando empezamos la carrera pagábamos prácticamente la mitad, a partir del 2014 el casero nos amenazó cada año con echarnos si no nos ateníamos al nuevo precio”, relatan las compañeras de piso, que no pueden alejarse de Hospital Clínic por trabajo mientras los precios y condiciones de los alrededores se han movido en paralelo por lo que “no merece la pena mudarse”.

Casos inverosímiles

La situación parece no tener fin en un mercado colapsado e incapaz de lidiar con la demanda, tanto local como extranjera, que conlleva casos verdaderamente extravagantes, como el de un piso (en realidad dos juntos) de la calle Balmes en el Eixample de Barcelona, donde el curso pasado llegaron a vivir 24 jóvenes en 19 habitaciones sin ningún amparo profesional, con baños segregados por género como en los gimnasios y una cocina compartida con tres neveras.

No por eso las habitaciones eran más baratas, según explican antiguos residentes, que abonaban entre 300 y 650 euros al mes. “Muchos pagábamos en metálico”, asegura uno de ellos, que pagaba su mensualidad de algo más de 400 euros al contado por uno de los cuartos.

“La encargada del piso aparecía en casa sin avisar”, explica otro. “Me fui cuando brotó una plaga de chinches y se desentendieron”, comenta este joven ingeniero sobre su experiencia arrendataria en Barcelona, casos que operan bajo contratos de subarriendo y soslayando los marcos de la ley de arrendamientos urbanos (LAU),  mientras el propietario en ocasiones no suele ser plenamente consciente de lo que ocurre con su vivienda.

Para no caer en las telarañas de la súbita inflación del alquiler -también entendida como codicia del propietario- y tampoco del subarriendo -tejido por un intermediario desautorizado y colgado en populares portales genéricos de internet- deben valorarse servicios de viviendas universitarias profesionales.

Resa Housing

La catalana Resa es la líder nacional del mercado de residencias universitarias desde el 1992. Diez años después inauguró Resa Housing, que oferta pisos y habitaciones en Barcelona (capital y provincia) y Girona, destinada a estudiantes (grado, másters y erasmus) y también profesores.

La empresa barcelonesa, que es el servicio oficial del BCU (Barcelona Centre Universitari) ofrece una extensa bolsa online de pisos, habitaciones en pisos compartidos y cuartos con familias, con todas las garantías de calidad, seguridad e higiene. Los precios se moldean a todos los bolsillos, desde habitaciones por 300 euros a grandes pisos en el centro. “Todos los inmuebles pasan exigentes controles de habitabilidad cada curso”, detalla la gestora, creada por las universidades autonómicas y que presenta todo tipo de información necesaria para vivir y estudiar en Barcelona, donde llegan 30.000 residentes con propósitos académicos cada año.

Los pisos se pueden alquilar para estancias cortas y no es necesario nómina o aval. Se debe acreditar ser estudiante universitario, estudiante erasmus, profesor o investigador de una universidad de la provincia de Barcelona o de Girona.

Todos los pisos en alquiler de Resa están completamente amueblados y acondicionados, con todos los servicios dados de alta y las garantías correspondientes de seguridad e higiene. Ellos se encargan de la gestión del contrato, que se hace por el piso completo, constando en él los datos de las personas que lo habitan.

Aluni.net

Esta empresa madrileña cumple 18 años en Barcelona, aunque se fundó hace 30 en la capital como una asociación de propietarios que alquilaban habitaciones a estudiantes y que, con el paso de los cursos, ha tomado forma empresarial a través de un portal en línea. Actualmente el grupo hospeda a más de 200 jóvenes en la ciudad condal y cuenta con varias decenas de viviendas de propietarios privados.

Aluni propone una experiencia más casera, con habitaciones en pisos compartidos bajo precios competitivos que rondan los 350 y 450 euros, completamente amueblados pero sin ofrecer servicios de hostelería: el lavado y planchado de la ropa, la limpieza de las habitaciones, sacar la basura o las comidas son competencia exclusiva de los estudiantes. Sin embargo, Aluni garantiza un mantenimiento mínimo de las zonas comunes que procure un alojamiento de calidad material y en un ambiente sereno, que facilite el estudio y la convivencia entre estudiantes de muy diversas culturas.

Aluni no se encarga totalmente de la relación entre inquilino y propietario, pero sí  informa a cada estudiante sobre el tipo de gestión que tiene contratado el dueño del piso para saber a quién dirigirse durante su alojamiento. “Es un negocio que responde a la calidad”, explica su director de oficina, Enrique de Alba, “nuestra mayor publicidad es la hacen los inquilinos”, que deben ser estudiantes universitarios y acreditar que están estudiando o trabajando durante el período de alojamiento.

Uniplaces

El portal en línea Uniplaces es la mayor plataforma de alojamiento para estudiantes en Europa desde el 2013. Este ‘Airbnb’ especializado en universitarios cuenta con más de 65.000 propiedades en 9 países y Barcelona es uno de sus mercados más importantes.

Esta plataforma portuguesa solo opera a través de internet por lo que el estudiante puede hacer un tour digital a través de vídeos, planos y fotos profesionales antes de reservar su habitación.

En Barcelona cuentan con 7.500 camas en tanto pisos compartidos como residencias. Colaboran con propietarios privados y agencias que quieren posicionarse en el mundo del hospedaje académico.

Uniplaces ofrece al estudiante toda la seguridad en el proceso de pago e incluso puede reembolsar su dinero si llega a la casa y no se ajusta a la descripción. Por el lado del propietario, la empresa mantiene al día las disponibilidades para encadenar las reservas de los inquilinos.

En cifras, la lisboeta ha generado 100 millones de euros de beneficio a los propietarios, cuenta con 180 trabajadores repartidos entre las oficinas de Lisboa, Madrid, Barcelona, Valencia, Milán , Roma y Londres, y ha levantado 40 millones de dólares de inversión extranjera para trabajar con más de 200 universidades en todo Europa. Con sus clientes siempre en mente, Uniplaces ofrece una forma fácil y segura de reservar un alojamiento a distancia, con antelación y con todas las garantías.