LA BRECHA SALARIAL

Entre el suelo del salario mínimo y un cielo de cristal

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EL PERIÓDICO

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Entre el pegajoso suelo del salario mínimo y el techo de cristal que tapona el ascenso laboral discurre la realidad de la gran parte del colectivo de mujeres trabajadoras en España. 

De una parte, las mujeres representan el 70% de la población asalariada con ingresos inferiores al salario mínimo (smi). De otra parte, el freno que sufren, o se imponen, muchas mujeres en su carrera profesional cuando, por ejemplo, deciden ser madres (el techo de cristal) contribuye a que solo el 9% de las trabajadoras ocupan un cargo directivo en su empresa, frente al 14% de los hombres. Y aunque el peso relativo de las mujeres en los consejos de administración de las sociedades cotizadas ha subido al 19,15%, hasta 258 consejeras, aún se está muy lejos de cumplir el 30% recomendado para el 2020, según el último informe de Atrevia e IESE. Los consejos más equilibrados en el 2017 fueron los de Siemens-Gamesa (46% de presencia femenina) y Abertis (40%).

El mayor robo de la historia

Todo esto encuentra su reflejo en la llamada "brecha salarial". La diferencia entre el salario medio de hombres y mujeres, constituye para la ONU "el mayor robo de la historia", que alcanza el 23% de forma global, en el mundo.

La brecha salarial es furto de otras brechas previas. El resultado es que las mujeres ganan menos en general porque trabajan menos horas remuneradas, porque lo hacen en sectores peor pagados o porque están menos representadas en los puestos directivos. Pero también porque de media reciben sueldos inferiores a los de sus compañeros varones por hacer el mismo trabajo.

Entre el 14% y el 22%

Pagar distinto sueldo por igual trabajo es ilegal en muchos países, como España, pero existen maneras de lograrlo, a través de los complementos salariales. La propia ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha señalado que el 60% de los complementos salariales que pagan las empresas tienen que ver con la antigüedad, un concepto que en general beneficia a los varones que no han interrumpido su vida laboral por el cuidado de los hijos. Casi la mitad de la brecha en las nóminas se concentra en los complementos.

Según los datos del INE,en el 2015 la ganancia media anual de las mujeres fue de 20.052 euros y la de los hombres, de 25.993, lo que supone una diferencia de 5.941 euros y una brecha del 22%. 

Eurostat mide la brecha salarial por hora trabajada y la sitúa en el 14,2% en el caso español. El Gobierno subraya que este dato ha caído 4,5 puntos desde el 2012 y se sitúa por debajo de la media europea, en un mínimo histórico. El Gobierno subraya, además, que España ha recuperado todo el empleo femenino perdido durante la crisis y que la cifra de 8,5 millones de afiliadas es la más alta de la serie histórica. 

Precariedad laboral

Desde el punto de vista de la brecha salarial, lo más relevante está en las precarias condiciones de contratación que abocan a las mujeres a salarios más bajos.

Según un reciente informe de CCOO, un 30,3% de los contratos temporales firmados por mujeres tiene una duración que no supera una semana (el 27% en los hombres). En 2017 la mayoría (53%) de los contratos indefinidos a mujeres fueron a jornada parcial o fijos discontinuos, mientras que en el caso de los hombres apenas supusieron un tercio de su contratación indefinida (32%).

Peores condiciones laborales llevan a menores prestaciones por desempleo y a pensiones más bajas. La brecha en pensiones llega al 52% entre la población de 65 a 79 años, según un estudio del BBVA. Y todo ello a pesar de que la reciente introducción del complemento de maternidad ha permitido que más de 350.000 mujeres hayan visto incrementada su pensión hasta un 15 % según el número de hijos. 

Según CCOO, de los casi dos millones de mujeres en paro, solo un millón cobra algún tipo de prestación que, en la mayoría de los casos (62%) es de carácter asistencial y apenas el 32% percibe una prestación contributiva.