El Salón Náutico de Barcelona muestra las joyas del año

El Salón Náutico de Barcelona ha traído estos días a Barcelona los barcos más laureados del Viejo Continente. El reto para la cita ferial barcelonesa de este año, en los muelles Espanya y de la Fusta del Port Vell y que se acaba este domingo, no ha sido menor, especialmente en un sector que renace de la profundidad de la crisis a ritmos tranquilos. Es la náutica una industria azotada por los vaivenes de la demanda y cuyo mercado navega con más alquiler que venta y un remarcable crecimiento de las matriculaciones del 4,4%, según la patronal del sector, y que escora hacia un correcto 5%. 

La apuesta por la innovación y la tradición que ha hecho la dirección del salón es una muestra de la contradicción que la náutica vive en España, deseada por muchos y disfrutada por los menos. Pese a ello, las mejoras tecnológicas son el arma necesaria para conquistar a los compradores y el argumento de venta más sólido para una inversión/gasto que debe perdurar en el tiempo (tradición). 

La calidad de la muestra de embarcaciones que presenta el Salón Náutico estos días en Barcelona es indudable. Los mejores barcos del 2016 están a la vista del curioso, o del aficionado capaz de comprarlos. Son embarcaciones nominadas tanto del European Power Boat of the Year como la del European Yacht of the Year 2016, algo así como los Oscar de la náutica. Estas joyas flotantes se pueden tocar en la feria sin recibir por ello mirada recelosa de ningún propietario, algo que siempre ha sido uno de los grandes atractivos del salón, tanto en el recinto ferial como en los amarres, a flote. Bayliner, Nimbus, Sasga, Bénéteau, Jeanneau, Dufour, Hanse o Grand Soleil, son algunas de las referencias a tener en cuenta. 

Con precios de vivienda y gastos de mantenimiento de zona comunitaria, estas joyas flotantes recién dispuestas para su botadura ya incorporan nuevas tecnologías en su interior. Lluís Bosch, director de la revista Náutica & Yates, resalta los cambios que han sufrido las embarcaciones en los últimos años: "Han incrementado para la misma eslora un 20% su espacio interior y hay menos cables. La tecnología por fin ha llegado, aunque sea a un ritmo más lento que en el sector del automóvil", explica.

Joystics en vez de timón, pantallas táctiles multifunción, bluetooth, wifi, tabletas, alarmas, cámaras de vídeo, cartas de navegación electrónicas, internet... ya son realidad en unas embarcaciones que tardaron lustros en incoporar elevalunas eléctricos. El presidente del salón, Luis Conde, insta a los emprendedores a fijarse en el sector náutico como un campo de trabajo con múltiples oportunidades: "Las 'startups' pueden aportar nuevas ideas, soluciones y beneficios a muchas de las firmas expositoras y viceversa, si se potencia la colaboración entre ellas". 

Las cifras del sector náutico español el pasado año reflejan datos positivos en el segmento de las esloras de entre 12 y 16 metros (el 9,6% de matriculaciones, un total de 114 vendidas) y del 5% de crecimiento hasta ocho metros de eslora (3.910 matriculaciones), según los datos de la patronal Anen y de la Dirección General de la Marina Mercante. Es en el mercado de alquiler donde está también la atención de los astilleros, con un crecimiento en España del 13,8% hasta septiembre. 

El Salón Náutico de Barcelona está abierto hasta el domingo tanto en el recinto ferial como en los muelles de España y de la Fusta del Port Vell. Un total de 260 expositores, 670 embarcaciones (165 en el agua), presentan sus productos en la cita anual posveraniega más esperada por los aficionados.