DOMINICAL APRESTO

La función de asesorar

Desde su primer mandato, en el 2011, el Govern de Mas ha contado con la opinión de un grupos de expertos en economía, recogidos ahora en un tomo.

El presidente del Carec, Salvador Alemany entrega al president Artur Mas un volumen sobre los trabajos de los asesores económicos.

El presidente del Carec, Salvador Alemany entrega al president Artur Mas un volumen sobre los trabajos de los asesores económicos.

JOSEP-MARIA URETA

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El viernes 10 de julio no era un día plácido para el president Artur Mas. Tenía una negociación encallada para pergeñar una candidatura que se acercara lo más posible a su concepto de unidad política. No obstante, era viernes, y ese día es día de reunión, en semanas alternas, del Consell Assessor per a la Reactivació Econòmica i el Creixament (Carec). Para titular en prensa, los sabios de la economía.

Con el espíritu de final anticipado de la segunda legislatura, Mas convocó sucesivamente a los consejos asesores de política social, de sanidad y el Carec. Solo este último prosiguió la reunión en un almuerzo en la Casa dels Canonges, con presencia también del conseller Andreu Mas-Colell, un habitual de los encuentros del Carec de los viernes, aunque se solapen con la aparición televisiva de las novedades del consejo de ministros.

Mas alargó la reunión lo suficiente para aparentar, a la vez, tranquilidad por lo que iba a decidirse el lunes (la Llista) e inquietud por si no había solución a su medida. Según algunos asistentes, lo que quedaba más claro era que la ruptura con Duran Lleida estaba programada.

Al principio, la función del Carec, presidido y algo más (capacidad de liderazgo al estilo multinacional) por Salvador Alemany, costó de entender. Integrado por un buen número de catedráticos de diversas escuelas de análisis y centros académicos (UPF, UAB, UB, IESE), con directivos financieros, consultores y empresarios, y dos coordinadores (Toni Brunet, de Abertis/Cellnex y Joan Ramon Rovira, de la Cambra), responsables de la síntesis y depuración de textos. La tarea del Carec no equivalía ni al de una oficina de asesores del presidente como en Moncloa ni mucho menos era una alternativa a los consejos de patronos y sindicatos, como se ha pretendido.

Si la función crea el órgano, para entender la tarea del Carec hay que contemplar el método de trabajo y sus efectos. Entre académicos y directivos, lo han integrado 16 personas, con cuatro relevos a lo largo de cinco años. Total, 20 integrantes de alto nivel profesional que se han reunido durante 82 viernes en un lustro (media de asistencia del 85%, superior a la de restaurantes de lujo), durante casi cuatro horas, picoteo incluido. Total, 5.248 horas. En facturación de consultoría, son cientos de miles de euros. En realidad, gratis. «Nadie ha cobrado ni los taxis», precisan.

¿Cuál era el atractivo? El debate, impulsado por catedráticos como Oriol Amat, Germà Bel, Jordí Galí, Guillem López-Casasnovaso el fiscalista Heribert PedrolAl contraste, Jordi Gual,Teresa Garcia-Milà ,Xavier Vives, Joan Majó. La discrepancia a veces retrasó documentos hasta tener consenso, pero el Carec posee el extraño record entre los de su especie de no hacer ninguna filtración interesada.

El resultado son los 24 informes recogidos en un volumen de 577 páginas (www.gencat.cat/presidencia/carec) entregado el día 10 al president Mas. ¿En qué consiste asesorar? Aportar doctrina económica contrastada, detectar déficits, proponer estrategias. Ni gobernar ni legislar. Del índice de temas abordados, vale la pena recordar dos. Uno: el número 12, de mayo del 2012, sobre el pacto fiscal. Vigente en cuanto se descienda al campo base des de la cumbre del 27-S. Un buen tratado de argumentos fiscales y financieros, sin los agravios de escaso recorrido.

El otro texto que merece recuperarse, y más con comicios en ciernes, es el número 13 (diciembre del 2012, segunda legislatura). Propone estrategias a largo plazo con 38 objetivos, nada esotéricos: fracaso escolar, tarifas eléctricas, tamaño de empresas, déficits tecnológicos. Y además, cómo medirlos (qué hacer y cómo son distintos) y las experiencias similares en otros países.

Claro que una cosa es asesorar y la otra que te hagan caso. De esto último también tienen experiencia los sabios.