Catalunya batió el récord turístico en el 2014 pero el gasto medio cayó

Catalunya recibió 16,7 millones de turistas extranjeros en el 2014, el 7,2% más que el 2013, informó ayer el conseller de Economia, Felip Puig, lo que confirma que el año pasado fue el mejor de la historia en número de viajeros. «Ha sido un año muy positivo», en el que se ha «asumido el impacto de la crisis económica de Rusia», dijo Puig. El turismo ruso fue el que más cayó (-14,4%), seguido del de EEUU (-9,8%, por el descenso de cruceristas). En cambio, crecieron los principales mercados emisores: Francia (9,7%), Reino Unido (5,6%) Alemania (12,3%) e Italia, el que más repunta, con el 19,9%.

Que el 2014 iba a ser un año récord se sabía porque en noviembre pasado se superaron las cifras de todo el 2013. Faltaba por concretar por cuánto se rebasaba el récord, y fue por 1,1 millones de personas, según los datos que presentó el conseller (con estimaciones de diciembre).

El gasto total generado por los turistas extranjeros ascendió a 15.029 millones de euros, el 6,1% más que en el 2013. Pero este aumento se debió solo a que llegaron más viajeros, ya que el gasto medio bajó el 1,1%: 897 euros por turista, frente a los 907 euros de un año antes. Puig atribuyó el descenso a que llegan menos rusos y estadounidenses, que son los que más gastan.

La caída del gasto medio se refleja en las pernoctaciones, un indicador que los empresarios consideran mejor referencia que las llegadas de turistas. En el 2014, las pernoctaciones de extranjeros en establecimientos hoteleros y extrahoteleros cayeron el 1,3% (47,5 millones).

TURISMO DE PROXIMIDAD

En cambio, subieron las pernoctaciones de catalanes (15,9 millones, el 9,2% más) y del resto de España (8,08 millones, el 4,5% más), después de caer en el 2013. Según Puig, esto demuestra «el cambio de ciclo» económico. El turismo interior compensó la caída de extranjeros y elevó el total de pernoctaciones el 1,5%.

En cuanto a las perspectivas para el 2015, Puig se mostró «relativamente preocupado» por la crisis de Rusia, porque la diversificación de mercados mitiga el desplome ruso. Tampoco cree que el yihadismo afecte a Catalunya como destino, aunque puede «alterar la sensación de seguridad» de algunos turistas.