RESCATE PÚBLICO
La Generalitat compra la estación de esquí de Boí Taüll
La instalación paga la deuda de 7,3 millones con el IFC como dación en pago y el Govern aporta otro millón
La Generalitat será la propietaria de la estación de esquí de Boí Taüll (Alta Ribagorça) tras dos años acudiendo a su rescate mediante operaciones crediticias. El Govern aprobó ayer la adquisición, a través de la empresa pública Avançsa, de los activos de Promocions Turístiques de la Vall, la empresa que gestiona el complejo. El Ejecutivo catalán justifica esta operación alegando que mantendrá la actividad y todos los empleos de la instalación, que es el principal activo económico de la comarca.
Con este acuerdo, la sociedad Promocions Turístiques de la Vall pagará la deuda de 7,3 millones de euros con el Institut Català de Finances por medio de la dación en pago. La Generalitat aportará otro millón de euros para comprar activos de la estación. Promocions Turístiques de la Vall continuará gestionando la estación los próximos cinco años, a través de un contrato de arrendamiento con opción de compra a final de este lustro. Las dos partes se comprometen a elaborar un plan de negocio con inversiones conjuntas para modernizar la estación.
Seis de las 10 estaciones de esquí alpino que hay en Catalunya (La Molina, Port Ainé, Espot, Valter 2000, Vall de Núria y Tavascán) son de capital público.
- El de la Policía Nacional para los robos en las viviendas: "Si los ves, no toques nada
- Comprobar si mi número de La Grossa de Sant Jordi 2024 tiene premio
- ¿Dónde se baila en Barcelona a partir de los 40 años?
- El primer gran 'beach club' de Barcelona abrirá en junio: así será su oferta
- Pedro Sánchez, en directo | comparecencia y última hora de la posible dimisión
- Alerta de la Policía Nacional sobre una estafa que puede afecta a miles de personas
- Primera sentencia de un TSJ que aplica la doctrina europea y obliga a hacer fijo a un interino en fraude
- Un juzgado de Barcelona concede una incapacidad absoluta a una vendedora con fibromialgia y agorafobia