El nuevo 'superregulador' de la banca

El Banco de España ocupa un 25% de puestos del supervisor europeo

OLGA GRAU
BARCELONA

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España es un país experto en crisis bancarias. Las reestructuraciones de los años ochenta y noventa (Banca Catalana,  Rumasa, Banesto) y la actual debacle de las cajas de ahorros han sido una fuente única de experiencia para conocer las cloacas de las entidades financieras. Y aunque el prestigio del Banco de España no esté en su momento más álgido y su exgobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, haya sido profusamente criticado por no alertar de la burbuja a tiempo, los técnicos de la institución están desembarcando con fuerza en el superregulador europeo que entrará en funcionamiento en noviembre.

Por el momento, y a la espera de que se acabe de configurar toda la estructura del organismo durante este verano, los españoles pesan entre un 25%  y un 30% en el nuevo controlador de los bancos que empleará a mil personas y tendrá su sede en Fráncfort. Según fuentes financieras, el motivo de este embate es triple. En primer lugar, el regulador europeo se ha inspirado en el modelo de supervisión que ideó Luis Ángel Rojo, exgobernador del Banco de España entre 1992 y 2001, ya que otros países de la zona euro confían la supervisión bancaria a auditores externos que no son los bancos centrales y no han apostado por el modelo anticíclico de provisiones.

En segundo lugar, los técnicos del Banco de España sacan matrícula de honor en los examenes de acceso en Fráncfort gracias al máster de la crisis financiera española. Por último, estos profesionales se han presentado de forma más masiva atraídos por los salarios del BCE, que resultan más atractivos para los españoles que para alemanes o franceses, y seducidos por el prestigio de la institución.

GRAN HERMANO DE LA BANCA/ El Mecanismo Único de Supervisión (MUS), una especie de Gran Hermano de la banca europea, centralizará la supervisión y el control de los grandes bancos de la zona euro, alrededor de 130 entidades, con la posibilidad de colaborar con las autoridades de supervisión de los Estados cuya moneda no es el euro.

Cuando el Parlamento Europeo bendijo en septiembre del 2013 la creación del MUS, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, lo valoró como un paso muy significativo hacia la creación de la unión bancaria, «un elemento esencial de una unión económica y monetaria genuina», dijo.

El MUS, en la órbita del BCE, está dirigido por un Consejo Supervisor liderado por el eje franco-alemán: la francesa Danièle Nouy ocupa la presidencia, mientras que la vicepresidencia recae en Sabine Lautenschläger, que representa al BCE y procede del poderoso Bundesbank. El organigrama se compone de otros cuatro representantes del BCE y los de las autoridades nacionales, entre los que se está el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy.

Pero más allá de la cúpula, el cuadro de mando operativo cuenta con cuatro direcciones generales y siete direcciones generales adjuntas. En total, los técnicos españoles ocupan tres de once posiciones.

Una de las cuatro direcciones generales la desempeña Ramón Quintana, exdirector de Supervisión del Banco de España. Es responsable de un centenar de entidades financieras significativas y ha logrado el cargo tras pasar un examen competitivo en el que sacó un diez, según cuentan fuentes del sector financiero. Las pruebas de acceso son convocatorias públicas en las que se respeta «los principios de representación equilibrada entre sexos, experiencia y capacitación».

Tras este nivel, el segundo escalón está compuesto por siete direcciones generales adjuntas. Dos de siete puestos están ocupados por profesionales procedentes del Banco de España. Se trata de Margarita Delgado y Linette Field.

Delgado ingresó en el regulador español en 1988 y ha sido responsable directa de las cajas de ahorros. Su experiencia le ha valido para acceder a uno de los puestos más relevantes: será una de las dos personas que supervisarán directamente las 130 entidades de crédito más significativas en los 18 Estados de la zona del euro. Por su parte, Linette Field ingresó en el Banco de España en el 2002. Supervisará las entidades de crédito de los países participantes no controladas directamente por el MUS.

En el siguiente nivel, con 30 jefes de división, se han incorporado de momento tres españoles. Y en el sucesivo, con 60 jefes de grupo, ya hay contabilizados más de un 25% de técnicos del regulador español. «Una crisis como la española enseña mucho, es una escuela impresionante», explican fuentes del MUS.

Actualmente, en esta institución se trabaja a contrarreloj para realizar el gran examen a la banca, paso previo para que entre en funcionamiento la supervisión común. Para ello trabajan de forma coordinada con los bancos centrales de los países y las auditoras externas, en un ejercicio que moviliza a 6.000 personas en toda la zona euro.

«El peso de estos examenes va estar en los supervisiores nacionales», relatan fuentes del MUS en Fráncfort. Pero a partir de noviembre, los bancos españoles van a tener que aconstumbrarse a cambiar sus visitas al Banco de España por Fráncfort, donde deberán rendir cuentas para que no se repitan crisis bancarias como la española.