NUEVA INFRAESTRUCTURA PARA UNA INDUSTRIA EXTRACTIVA

De la mina al Port de BCN

Inversión 8 Vista de la zona de carga del Port de Barcelona.

Inversión 8 Vista de la zona de carga del Port de Barcelona.

AGUSTÍ SALA
BARCELONA

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El grupo israelí ICL, propietario de Iberpotash, invertirá unos 100 millones en el traslado y ampliación de una terminal de carga en el Port de Barcelona. Las nuevas instalaciones, que funcionarán en el 2015, permitirán operar a barcos de hasta 60.000 toneladas. La actuación forma parte del Plan Phoenix de Iberpotash, que duplicará la capacidad y producción de potasa en la mina de Súria (Bages).

El plan de inversiones del grupo asciende a unos 160 millones de euros e incluye también la construcción de una planta de sal vacuum cerca de la mina. La sal es el residuo del proceso de producción de la potasa. También se realiza una rampa de acceso a la mina que alcanzará los 900 metros de profundidad. Esta infraestructura permitirá el transporte directo de sal y potasa desde el interior de la mina a la planta de tratamiento.

La terminal del puerto es fruto de un convenio de ICL con el Port de Barcelona. Las instalaciones estarán en la zona del muelle Álvarez de la Campa, con una superficie de siete hectáreas y 14 metros de calado. Eso permitirá operar a barcos de hasta 60.000 toneladas. El Port invertirá otros 10 millones en la reforma de los espacios que acogerán la nueva infraestructura. Las actuaciones abarcan desde reforzar el muelle y aumentar su calado hasta la prolongación de la red viaria y ferroviaria hasta la nueva terminal.

Las actuaciones «permitirán a Iberpotash disponer de 600 metros de línea de atraque en el Port de Barcelona, una infraestructura clave para la canalización de sus exportaciones», según la empresa.Además, el  grupo hace meses que trabaja con Ferrocarrils de la Generalitat para mejorar la actual infraestructura ferroviaria que sale de la mina de Súria y que debe garantizar el acceso de la sal y la potasa al Port. Un objetivo prioritario para el grupo minero es disponer en el futuro de acceso al corredor del Mediterráneo y al puerto de Tarragona, «mediante la construcción del tercer carril entre Súria y Martorell/Castellbisbal».

El plan de la compañía prevé la circulación de más de 200 vagones  diarios entre la localidad del Bages donde está la explotación de potasa y el puerto a partir del 2015. El grupo desarrolla a su vez con la Generalitat y administraciones territoriales de la zona una estrategia para «el aprovechamiento de los terrenos y de la explotación minera de Sallent, que dejarán de funcionar a principios del 2015». Toda la producción de esas instalaciones, cuya licencia para operar está en el aire por una sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, se concentrará en Súria.

Se trata de hallar «nuevos usos económicos y logísticos vinculados a la comercialización de la sal». También se busca consenso para la gestión integral de la montaña de sal del Cogulló, la mayor acumulación de residuos industriales de Catalunya, también en Sallent. La Generalitat elevó de 585.153 euros a 6,9 millones la fianza para paliar los efectos de la escombrera tras una resolución judicial. Pero, de todos modos, es una cantidad similar a la de la montaña de sal de Vilafruns, que en cambio es seis veces más pequeña.