Cambios en el sistema financiero

Las incógnitas de Bankia

AGUSTÍ SALA

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1 ¿Corren peligro las cuentas y los depósitos?

Los más de 10 millones de clientes de Bankia no tienen por qué temer por sus ahorros. La entidad gestiona más de 150.000 millones en depósito. El Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que se nutre de las aportaciones de las entidades financieras para casos de insolvencia; garantiza hasta 100.000 euros por cliente y entidad. En las intervenciones que ha hecho hasta ahora el Banco de España, como las de Caja Castilla-La Mancha, la CAM, Cajasur o el Banco de Valencia, los depositantes no vieron peligrar su dinero. En Bankia, el Estado también participa en el saneamiento.

La entidad, participada en un 52% por el Banco Financiero y de Ahorros --BFA- (Caja Madrid, 52,06%; Bancaja, 37,7%; Caja Canarias, 2,45%; Caja Ávila, 2,33%; Caixa Laietana, 2,11%, Caja Segovia, 2,01% y Caja Rioja, 1,34%) aglutina a los clientes de las siete cajas que lo forman, que cedieron su negocio financiero a BFA.

2 ¿Han hecho negocio los accionistas?

La entidad salió a bolsa en julio del 2011 a un precio de 3,75 euros por título. Eso le daba un valor de 6.495 millones. Pocos días después alcanzó su precio máximo, 3,90 euros, que ya no recuperó, para desgracia de quienes han mantenido los títulos de esta entidad en su cartera. Ayer, las acciones de Bankia cerraron a 2,375 euros, la cotización más baja desde que se negocia en la bolsa, y arroja una capitalización de 4.735,6 millones, lo que supone una pérdida de más de un tercio del valor con respecto al precio de salida a bolsa.

La mayoría de los analistas han bajado el precio objetivo de la entidad hasta el entorno de los dos euros por acción frente a los más de tres euros en el que lo habían establecido con anterioridad. El nuevo objetivo se encuentra un 16% por debajo de la cotización a la que cerró ayer y situaría el precio total del grupo financiero en 3.987 millones de euros.

3 ¿Qué sucede con los titulares de preferentes?

Muchos accionistas de Bankia decidieron ayer dejar de serlo o reducir el peso de estos títulos en su cartera y hacer caja. Pero no todos disfrutan de tanta libertad. Es el caso de quienes canjearon en marzo sus participaciones preferentes por acciones de Bankia. Los inversores que aceptaron la propuesta, el 90%, solo recibirán el 75% del valor nominal de su inversión en acciones. Para llegar al 100% deben conservarlas hasta junio del 2013 y arriesgarse a que el valor aún caiga más.

Al precio de ayer en la bolsa y según las normas del canje, si uno de los afectados hubiera vendido obtendría 315 euros por cada 1.000 invertidos en preferentes. Aún hay otras tresventanasde salida para recuperar el 8,3% adicional cada vez del valor nominal de su inversión en acciones el próximo 14 de junio, el 14 de diciembre y el 14 de junio del 2013. Pero igual que los títulos pueden subir, también pueden bajar.

4 ¿Qué pasará con los 31.799 millones en activos tóxicos?

El mayor problema de Bankia o, para ser más precisos, de su matriz BFA, tiene que ver con el ladrillo. La compañía cerró el 2011 con un volumen de activos potencialmente problemáticos del sector promotor e inmobiliario de 31.799 millones de euros, según comunicó a última hora del viernes pasado. En esta cifra se incluyen los créditos inmobiliarios morosos y en riesgo de impago (17.847 millones) así como los activos (viviendas y otros inmuebles) recibidos por impago de préstamos (13.951 millones). Es la entidad que mayor exposición tiene al ladrillo.

Una de las opciones es transferir los activos tóxicos al denominado banco malo. Si es así, un día u otro eso acabará notándose en los precios de la vivienda, ya que esta nueva entidad tendrá que desprenderse de activos. Además, la mayoría de bancos, incluido Bankia, hacen ofertas para soltar lastre inmobiliario.

5 ¿Está politizada la entidad que aglutina a 7 cajas?

El PP y el PSOE desembarcaron en muchas cajas como si fueran de su propiedad. Ese aspecto apenas se notaba cuando la economía iba viento en popa, pero las cosas cambiaron con la crisis y quedó al descubierto una gestión dominada por los créditos hipotecarios.

Caja Madrid fue uno de los máximos exponentes de esa etapa politizada. De hecho, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, hizo valer sus poderes para acabar con el mandato de Miguel Blesa. Lo logró y eso acabó con la llegada de Rodrigo Rato en el 2010, cuando la crisis ya se cebaba en las cuentas de las entidades financieras. La herencia recibida fue compleja y aún se puso más difícil tras la creación de Bankia, con la valenciana Bancaja como segundo socio tras Caja Madrid. El perfil político de Rato es el que le ha apartado de la entidad ahora que, tras tantos avatares, recibirá inyecciones públicas.