cumbre en Bruselas

Reino Unido y la República Checa se descuelgan del nuevo tratado de rigor presupuestario

Los líderes europeos alcanzan un acuerdo para reforzar la disciplina fiscal

AGENCIAS / Bruselas

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Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han alcanzado este lunes un acuerdo sobre el nuevo tratado para reforzar la disciplina fiscal en la eurozona. República Checa se ha sumado a Reino Unido y ha decidido quedarse fuera del pacto, que así cubrirá solo a 25 estados miembros, según ha anunciado el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt.

"Veinticinco estados miembros se suman y firmarán el tratado del pacto fiscal", ha anunciado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en su cuenta de Twitter. La firma se producirá en la próxima cumbre del 1 de marzo. El compromiso ha sido posible tras el acuerdo alcanzado entre Polonia y Francia para permitir a los países que todavía no han adoptado la moneda única que participen en algunas cumbres del Eurogrupo, que por primera vez se institucionalizan.

El tratado prevé sanciones automáticas para los países que superen el 3% de déficit excesivo y obliga a los Estados de la eurozona a incorporar a sus legislaciones nacionales, preferiblemente a nivel constitucional, una regla de oro que limite el déficit al 0,5% del PIB, como ya ha hecho España.

El Tribunal de Justicia de la UE verificará si la transposición es correcta y podrá imponer multas de hasta el 0,1% del PIB a los socios que no apliquen bien la regla de oro. Los países que no ratifiquen el tratado no tendrán acceso a ayudas del fondo de rescate.  El nuevo tratado es una exigencia de Alemania y del Banco Central Europeo (BCE), que alegan que servirá para generar confianza en los mercados y frenar la crisis de deuda. Los países periféricos esperan que el pacto sirva para que el BCE tenga más margen de maniobra para intervenir en los mercados y para que Berlín acepte aumentar la dotación del fondo de rescate permanente, que también ha sido ratificado por los líderes europeos.

Inicio, el 1 de julio

"Este tratado y el tratado sobre la estabilidad, coordinación y gobernanza en la Unión Económica y Monetaria (SCG, en sus siglas en inglés) son complementarios a la hora de impulsar la responsabilidad fiscal y la solidaridad" en el bloque, indicó Van Rompuy. Agregó que "se reconoce y se acuerda que la concesión de asistencia financiera en el marco de nuevos programas bajo el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) se condicionará, a partir del 1 de marzo del 2013, a la ratificación del SCG". El texto establece la máxima capacidad de préstamo del MEDE en 500.000 millones de euros, incluida la capacidad de intervención que queda del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) (unos 250.000 millones), aunque aclara que el techo se revaluará antes de la entrada en vigor del fondo de rescate permanente el 1 de julio del 2012 y, si corresponde, será aumentado por el Consejo de Gobernadores.

En concreto, el techo será revisado en la cumbre de marzo, según lo acordado por los jefes de Estado y de Gobierno en diciembre. El tratado prevé que, durante el periodo en el que ambos fondos coincidan, la capacidad de préstamo del MEDE y del FEEF no debe superar los 500.000 millones, lo que ha suscitado ya críticas, dado que hay países e instituciones como Italia, España, Austria y Luxemburgo, el FMI o el Banco Central Europeo (BCE) que consideran que la eurozona debe aumentar la dotación de los cortafuegos. Alemania sigue alegando que no es el momento de abordar esta cuestión, pero algunos observadores afirman que, después de haberse firmado el pacto fiscal, Berlín podría aceptar combinar los fondos del MEDE y del FEEF como proponen algunos países, de manera que la eurozona disponga de un "alcance de tiro" de 750.000 millones para rescatar a países con problemas.

Capital suscrito

El MEDE tendrá, tal y como estaba ya establecido, un capital suscrito de 700.000 millones, de los que 80.000 millones serán aportaciones directas de capital por parte de los Estados de la zona euro y los 620.000 millones restantes se darán como capital movilizable y garantías. El Consejo de Gobernadores podrá revisar regularmente y al menos cada cinco años el volumen máximo de préstamo. Las aportaciones directas deben ser realizadas en cinco pagos anuales equivalentes al 20% del monto total que corresponde a cada país. La primera transferencia ha de ser efectuada en los primeros 15 días desde la entrada en vigor del tratado.

El texto también introduce el punto acordado en la cumbre pasada de que, durante la aportación progresiva del capital desembolsado, se acelerarán los pagos de capital para mantener un coeficiente mínimo del 15% entre el capital desembolsado y el saldo vivo de emisiones del MEDE y para garantizar una capacidad de préstamo combinada con el FEEF de 500.000 millones de euros. También aclara que un Estado miembro puede acelerar el pago de sus pagos. Actualmente se debate si se deben pagar dos cuotas al año en lugar de una, una idea que apoya Alemania.

El caso griego, "único y excepcional"

Sobre las cláusulas de actuación colectiva, el tratado indica que se adherirá a las prácticas del FMI en el sentido de que solo en casos excepcionales y de forma proporcionada se puede considerar una participación del sector privado en un rescate vinculado a un programa de ajustes macroeconómicos, como pidieron los líderes en diciembre, cuando dijeron que el caso de Grecia es "único y excepcional". En lo que se refiere a la adopción de decisiones, se han modificado las normas de votación del MEDE, de modo que incluya un procedimiento de urgencia. La regla de mutuo acuerdo quedará sustituida por una mayoría cualificada del 85% en caso de que sea necesario tomar una decisión urgente en materia de asistencia financiera. Cuando se recurre a este procedimiento, un fondo de reservas será utilizado para cubrir los riesgos derivados del rescate.