La crisis del euro

París sube impuestos para retener su nota de solvencia

El segundo plan de austeridad francés acelera la reforma de las pensiones

Fillon abandona, ayer el Palacio del Elíseo en París.

Fillon abandona, ayer el Palacio del Elíseo en París.

ELIANNE ROS
PARÍS

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El concepto rigor ha dejado de ser un tabú en Francia. Con el objetivo de mantener la calificación de solvencia más alta (triple A), que Moody's ha puesto en vigilancia durante tres meses, y evitar correr la suerte de Italia, el primer ministro, François Fillon, expuso ayer las medidas del segundo plan de austeridad que aprueba el Gobierno en los últimos 4 meses. Destacan entre las medidas previstas el aumento del tipo del IVA reducido, que pasará del 5,5% al 7% en todos los productos a excepción de la alimentación, la energía y los servicios para los discapacitados; así como un incremento del impuesto de sociedades del 5% para las grandes empresas que superen los 250 millones de euros de cifra de negocios.

El plan, que es más ambicioso que el anunciado en agosto, responde a la necesidad de adaptar la reducción del déficit a la revisión a la baja del crecimiento. El Gobierno contaba con un crecimiento del 1,7% en el 2012, que ahora será del 1%. Estos esfuerzos adicionales establecidos por el Ejecutivo convertirán el presupuesto del 2012 en el «más riguroso desde 1945», con una reducción del gasto de 1.500 millones de euros. El objetivo es alcanzar el equilibrio de las cuentas públicas en el 2016.

PENSIONES / «La palabra quiebra no es una palabra abstracta, hay que apretarse el cinturón si no queremos una política impuesta por otros, lo hacemos por la nación y las generaciones futuras», argumentó Fillon para justificar las medidas, que incluyen un avance de la reforma de las pensiones. A seis meses de las elecciones presidenciales, el plan prevé también una reducción del gasto de las campañas electorales y la congelación del sueldo del presidente y de los miembros del Gobierno. Fillon ha pedido a los directivos de las principales empresas que sigan el ejemplo marcado por el Ejecutivo.

Según Fillon, en el 2016, el gasto del Estado se reducirá a la mitad. El plan que presentó el primer ministro combina los recortes de gastos y ayudas sociales con el aumento de determinados impuestos, con el objetivo de lograr el equilibrio de las cuentas en 2016.

De acuerdo con los cálculos del Gobierno, las nuevas medidas suponen un ahorro suplementario de 7.000 millones este año y de 64.700 millones de aquí al 2016.

Las medidas se añaden a los 12.000 millones de euros del plan aprobado a finales de agosto, en el que se impuso una tasa especial para los más ricos y se encareció el precio del tabaco y el alcohol.