Las turbulencias financieras

El mercado mantiene el castigo a España e Italia tras los tests de estrés

Un inversor sigue uno de los paneles de cotizaciones de la Bolsa de Madrid

Un inversor sigue uno de los paneles de cotizaciones de la Bolsa de Madrid

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS
BARCELONA

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Los mercados comenzaron la semana más preocupados por la falta de iniciativa política para resolver la crisis de la deuda griega que convencidos de que los resultados de los tests de estrés de la banca que se conocieron el viernes hayan resuelto dudas. «Los inversores muestran su desagrado porque cada día que pasa sin solución para Grecia, la pelota se hace más grande», dicho en palabras de la responsable de una gestora de banca privada. Ante la falta de resolución política, España vuelve a acercarse al abismo del rescate e Italia sigue sus pasos. En el caso de Grecia, Irlanda y Portugal, el tipo de interés de la deuda se situó en el 7% antes de que esos países tuvieran que solicitar la ayuda de la Unión Europea (UE).

La prima de riesgo española -el sobrecoste que debe pagarse por la deuda española con respecto a la alemana- alcazó un diferencial de 372 puntos básicos -aunque al cierre se moderó hasta los 364 puntos-, ya que la rentabilidad del bono español a 10 años alcanzó el 6,33%. El bono italiano se situó en una rentabilidad exageradamente poco habitual: el 6%, para ampliar la prima de riesgo hasta 335 puntos básicos, aunque antes del cierre se moderó el ascenso.

Asimismo, el coste de asegurar la deuda española contra el impago alcanzó un nuevo récord. El CDS (Credit Default Swap) se situó en un valor récord de 372 puntos básicos. Los mercados de renta variable se mantuvieron durante todo el día a la baja, con caídas pronunciadas, como consecuencia del castigo propiciado a los valores bancarios. El alud de ventas de títulos financieros provocó que las grandes bolsas se decantaron por las pérdidas. En Europa destacaron las caídas del parquet de Milán, que se dejó el 3,2% y la del CAC de París (-2,2%). Por detrás, Fráncfort cedió el 1,66% y el Ibex, el 1,44%.

Entre las acciones bancarias europeas que peor evolucionaron en la jornada figuran las de Unicredit e Intesa San Paolo. Los dos bancos italianos perdieron más del 6%. Curiosamente, los tests de estrés del viernes reflejaron que la banca italiana y la española, pese a los cinco suspensos, son las que cuentan con un mayor nivel de solvencia en Europa. Pero también pusieron de manifiesto que las entidades financieras poseen un elevado volumen de deuda pública, no solo griega, lo que en el actual escenario no ha hecho más que penalizar a los principales tenedores de títulos públicos sobre los que se cierne la desconfianza de los inversores. «Están descontando todo lo descontable. La tesis alemana de que la banca privada se haga cargo de una parte del coste de la deuda penaliza a las entidades al margen de la solvencia», comento José Ramón Iturriaga, de Abante Asesores.

No sirvió de mucho el comentario del secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, recordando que España ha hecho los deberes de las reformas. En su opinión, se ha desmarcado a tiempo de los países afectados por la crisis de la deuda europea «y los mercados deben reconocerlo», dijo Gurría. Mencionó las medidas adoptadas en términos de déficit presupuestario, flexibilización del mercado laboral, reformas en los sistema de jubilación y pensiones, así como en lo referente al sistema financiero.

MECÁNICOS Y CIEGOS / A pesar de todo lo avanzado por España para estabilizar su economía y transmitir confianza, los mercados son «muy mecánicos, ciegos y brutales», razón por la que «siempre hay que estar dando señales de una disposición al cambio», según Gurría.

Al margen de la situación que enturbia la renta fija europea, el mercado de renta variable se mueve pendiente de otros dos frentes: las dificultades del Gobierno de EEUU para aprobar un techo mayor de endeudamiento y las que tiene China para enfriar su economía y evitar que la inflación se dispare. «Da la impresión de que Obama no tendrá demasiados problemas para elevar el techo, pero pasan los días y no acaba de producirse, y eso acabará pasando factura al mercado», comentó una analista de un caja catalana.

Ante tanta duda, el dinero busca los refugios más seguros. El descenso de la rentabilidad del bono alemán al 2,65% se debe a la elevada demanda de deuda germana. Además, los inversores prefieran más que nunca comprar oro. La onza alcanzó un precio record de 1.600 dólares.