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IVA

RAMON Salabert

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Ayer todos los ciudadanos nos levantamos con menos capacidad de consumo, debemos pagar más por los mismos productos que habitualmente consumimos, entró en vigor el aumento del Impuesto de Valor Añadido (IVA). La tarifa general pasó del 16% al 18%, la reducida del 7% al 8% y la superreducida se mantiene en el 4%.

Con esta medida, el Gobierno estima que recaudará 5.150 millones adicionales, aunque para que esto sea cierto debemos dar por sentado que se van a cumplir determinados requisitos. Aceptado que los recaudadores de este impuesto son las empresas y los profesionales, los cuales tienen la responsabilidad de liquidar lo cobrado a Hacienda, debemos exigir un riguroso control de posibles fraudes como prestar servicios o vender productos sin factura, de modo que quede excluido el IVA de la transacción. En el ciclo recesivo actual, la tentación de no perder una venta y abaratar el coste al consumidor es alta.

La caída de la demanda, la alta tasa de paro y las restricciones salariales pueden inducir a empresas y profesionales a compensar la subida del IVA, rebajando los precios, de forma que Hacienda recaude menos, ya que tipos más altos con precios más bajos producen menores ingresos.

Se genera así incerteza sobre que la estimación de recaudación se produzca, y certeza de que la medida incomode, y mucho, a todos los consumidores. El coste político asumido es alto y la compensación en ingresos, caso de producirse, será baja incidencia en términos relativos respecto al total de ingresos del Estado.

El Gobierno debe recaudar más, aunque la formula de aumentar impuestos en tiempos de crisis no es la formula más adecuada. Si gravan al consumo frenan la demanda, si gravan a las empresas frenan la inversión, y si gravan a los asalariados, limitan su capacidad de compra. Lo necesario es un riguroso y plan que ataque al fraude fiscal en todas sus vertientes, desde el pequeño comercio, al alegre tráfico de capitales con destino a paraísos fiscales. Para este objetivo todos debemos implicarnos, si nadie defraudara, recaudaríamos mucho más y todos podríamos pagar menos.