Cameron Diaz: "He tomado caminos equivocados y muy jodidos"

Contoneándose sobre sus altos tacones, a la carrera, pidiendo perdón y, claro, riéndose. Así entra Cameron Diaz (San Diego, 1972) en la habitación del hotel de Los Ángeles donde tiene lugar esta entrevista. Tal y como entraría cualquiera de esos personajes de comedias románticas responsables de que su nombre lleve figurando durante años en la lista de las actrices mejor pagadas. Pide perdón porque llega algo tarde, y se ríe porque es incapaz de no hacerlo durante toda la charla. “Soy una chica feliz”, dirá más tarde, seguido de una carcajada. 

Por eso en su carrera han tenido más peso los papeles de chica algo payasa y siempre encantadora. Desde 'Algo pasa con Mary' y aquel flequillo de gomina dudosa hasta 'No hay dos sin tres', la película que ahora estrena, junto a Leslie Mann y la modelo Kate Upton. “Hace exactamente 20 años estaba sentada en este mismo hotel y me preguntaron cómo me veía dentro de 20 años y si lees aquellas entrevistas, yo decía: ‘Me veo feliz, espero’. Ése es mi objetivo. Soy una persona que vive el momento, no proyecto, no planifico dónde voy ni qué voy a hacer”, asegura.

La actriz con más de 40 años mejor pagada

Hace exactamente 20 años promocionaba 'La máscara', su primera película, con la que abandonó su carrera de modelo y de la noche a la mañana (y de la mano de Jim Carrey) se convirtió en la actriz de moda en Hollywood. Entonces tenía 22 años. Hoy, sentada en este mismo hotel, 45 películas después (más tres en producción), con las que ha recaudado más de 2.000 millones de euros, ha alcanzado aquel objetivo y uno que quizá ni se planteó: ser la actriz con más de 40 años mejor pagada de Hollywood.

A diferencia de la mayoría de las actrices que ven cómo sus carreras se apagan según van cumpliendo años, ella aún puede elegir sus papeles, hacer entre una y tres películas al año y alcanzar taquillas millonarias. Diaz es el mejor ejemplo de que algo en la meca del cine está cambiando, de que ya no les buscan parejas de reparto veinteañeras a actores que superan los 50 y de que los buenos personajes femeninos no se acaban a los 30. Aunque tampoco hay que bajar la guardia. “Necesitamos replantear todo esto. Los papeles más interesantes son para mujeres mayores de 40 años. Y no lo vemos así porque no son papeles sexys. Pero mira las nominadas al Oscar de la última década: Meryl Streep, Helen Mirren, Judi Dench…”.

Desde su posición privilegiada en la industria, lucha por acabar con ese mito de la eterna juventud que, por supuesto, es especialmente duro con las mujeres. “Yo estoy deseando ser más mayor”, dice orgullosa y sonriendo. Y la crees cuando lo dice, comprobando que esta mañana no lleva ni gota de maquillaje. “Es como si hubiéramos fallado por no tener 25 años para el resto de nuestras vidas. ¡Oh, perdóname por no ir en contra de la naturaleza!”, bromeaba en el show de Oprah Winfrey mientras hablaba de su libro de autoayuda, 'The body book', en el que se presenta a sí misma como paladín del envejecimiento sin complejos: no (demasiada) cirugía, pero sí muchos cuidados.

Cuidarse, base para sentirse bien

“El libro se me ocurrió hace dos años –cuenta–. En aquel momento estaba muy centrada en entrenar cada día, porque creo que cuidarse es la base para sentirse bien, pero sin matarse a hacer ejercicio porque tengas que meterte en el biquini de turno… Yo me cuido a diario. Y las mujeres de mi entorno me preguntaban: ‘¿Cómo funciona?, ¿Qué haces para mantenerte…’?. Así que decidí unir mi pasión por el bienestar con mi deseo de ayudar a los demás a entenderlo. Encontré una editorial y a alguien que me ayudó a escribirlo, aunque todo lo que se dice en el libro es lo que yo pienso y siento. Es mi voz y estoy muy orgullosa del resultado”.

Para alguien que lleva dos décadas eludiendo con la mejor de sus sonrisas las preguntas personales, escribir este libro en el que ha expuesto todos sus secretos ha sido un gran paso adelante. “Estoy muy orgullosa de ella –dice su amiga del alma desde los 16 años, Drew Barrymore–. “Cameron jamás ha hablado de ella misma, no sabemos mucho de su vida personal. Obviamente, cuando ha salido con alguien se acaba sabiendo, pero siempre ha sido muy reservada, de una manera muy inteligente, nada oscura, como es ella: el ser humano más dulce y efervescente. Estoy muy orgullosa de que haya puesto tanto ahí fuera [con el libro], es algo muy personal para ella”. 

Ne niego a pagar por un zapato lo que piden a veces las marcas

La confianza y la seguridad que le dan las dos décadas de trabajo sin descanso se lo ha permitido. Cameron Diaz vive la mejor época de su vida y lo deja caer a menudo a lo largo de la entrevista. “El año pasado hice tres películas, escribí un libro y diseñé una línea de zapatos”, explica riendo y suspirando, cansada pero no harta de la promoción que todo ese trabajo exige. Y añade sin pausa: “La línea de zapatos fue algo muy divertido también. Se me ocurrió porque soy la primera que me niego a pagar el dinero que a veces piden las marcas. Pero me encantan, así que pensé que estaría bien diseñar zapatos y bolsos bonitos y asequibles. Lo bueno del momento que vivo ahora es que puedo crear cosas para la gente, ayudar a otras mujeres con cosas tan sencillas como estas”.

Rodearse de mujeres es algo que a Diaz le gusta hacer tanto en su vida como en algunas películas (La cosa más dulce, Los ángeles de Charlie, La decisión de Anne o la que ahora estrena, No hay dos sin tres). “Odio la competitividad entre mujeres. Yo no soy nada competitiva, prefiero aplaudir los logros de la gente y que todo el mundo triunfe y definitivamente lo celebro cuando le pasa a otras. Nunca he estado celosa de otra mujer por su belleza o su talento”.

En 'No hay dos sin tres', interpreta a una abogada de éxito que, tras descubrir que su novio está casado, le deja y se hace amiga de la esposa (Leslie Mann) y de otra amante (Kate Upton). “Lo que me hizo aceptar ese papel fue, precisamente, esa celebración de las relaciones muy improbables entre tres mujeres. No la hice para profetizar sobre si los hombres engañan más que las mujeres. Es algo que pasa, todos lo hemos pasado. Esto es solo un vehículo para hablar de estas tres mujeres, de su amistad y, al final, una excusa para hacer el tonto”, dice. 

Como siempre, al final es de lo que se trata: reírse. Aunque en su filmografía también haya títulos serios ('Cómo ser John Malkovich', 'Gangs of York' y, más recientemente, 'El consejero'), Cameron Diaz está en este oficio y en esta vida para reírse y ser feliz. “La gratitud es la única actitud; ese es mi lema vital”, repite.

Estar agradecida por todo lo que le ha pasado en estos 20 años de carrera y ser feliz por ello es algo que difícilmente hubiera imaginado de pequeña. “Donde yo crecí [un barrio humilde de Long Beach], las opciones eran nulas. Cada año, 7 de cada 10 chicas de mi escuela se quedaban embarazadas, muchas dejaban de estudiar, algunas han acabado en la cárcel o han muerto por las drogas. Pero también hubo gente que salió adelante, como Snoop [Dogg, el rapero] y yo". 

Diaz tuvo la suerte de tener una familia que siempre le apoyó. “Mi padre [un cubano-americano, de ahí el apellido] me animó a hacer lo que quería. Tuve unos padres geniales. No éramos una familia privilegiada, más bien lo contrario. Recuerdo que juntábamos latas para venderlas, porque 20 dólares significaban mucho para nosotros. Pero éramos muy felices”. A ellos les atribuye esa actitud vital. 

“Sé agradecida, es lo que siempre digo. Si lo eres no necesitas nada más. Me siento afortunada con todo lo que tengo y no doy nada por sentado. He buscado mi propio camino hacia la felicidad, siendo auténtica, haciendo lo que me gusta. Y no soy perfecta. He tomado caminos equivocados, créeme, equivocados y muy jodidos [risas], pero siempre trato de encontrar el camino de vuelta. Es mi ecuación en la vida: más felicidad que tristeza”. También es su ecuación en el cine: ser la chica divertida de Hollywood (también en sus próximos filmes: 'Bad teacher 2', 'Sex tape' y la adaptación del musical 'Annie'). “Si me preguntas dónde me veo en los próximos 20 años, diré lo mismo: espero estar contenta y feliz haciendo lo que me apasiona, como ahora”.