Candela Peña: "No quiero que me vuelvan a dar un premio en la vida"

La polémica actriz, que protagoniza 'Ayer no termina nunca', la última película de Isabel Coixet, posa desnuda para la directora y habla sin tapujos con 'Dominical'

La portada del 'Dominical' del 28 de abril.

La portada del 'Dominical' del 28 de abril. / periodico

IMMA MUÑOZ / Barcelona

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Después de tres años lejos del foco, aCandela Peña se lo han acercado tanto a la cara que por poco le churruscan las ganas de seguir mirando a la gente sin máscara protectora. Lo que han hecho con ella algunos medios a raíz de sus palabras en la últimagala de los Goya tiene muy poco de intento de poner luz sobre lo que ha vivido en este tiempo y muy mucho de tercer grado destinado a eclipsar un discurso que a la derecha de este país le resulta incómodo.

El pasado febrero tenía que haber sido un mes de esplendorosa resurrección, con unpremio Gaudí y unGoya por su papel en'Una pistola en cada mano' y la presentación en la Berlinale de'Ayer no termina nunca', pero acabó convertido en un calvario para la actriz catalana. Su nombre apareció en todas partes, pero no para comentar el poderío interpretativo que demuestra en ambas películas, con las que ha puesto fin a esa inexplicable ausencia, sino para lanzar un rosario de especulaciones sobre la muerte de su padre, el nacimiento de su hijo, la relación con su pareja y su motivación para decir lo que dijo.

Abrir la boca la actriz de Gavà y que ardieran las redes sociales fue todo uno. Al bajar del escenario, la trituradora ya estaba en marcha. Candela se convirtió en la mujer más buscada por la prensa y ella se quitó de en medio. No tenía el cuerpo para portadas. ¿O sí? Porque aquí la tienen ustedes, de nuevo ante la cámara deIsabel Coixet, despojada de la ropa en la sesión de fotos y de los recelos en la charla que mantuvo con ella y conDominical.Al natural, libre y con los sentimientos a flor de piel como durante el rodaje de 'Ayer no termina nunca', la película que el pasado 20 de abril inauguró el Festival de Málaga y que casi una semana después llegó a las salas de toda España.

El eje de 'Ayer no termina nunca' es la tríada crisis-dolor-descomposición...

Candela Peña:Bueno, yo no lo veo así. Yo defiendo esta película como una historia de amor. Que el encuadre sea la crisis... podría ser cualquier otro que Isabel hubiera decidido darle. Que hay dolor detrás, es evidente, pero creo que lo más importante es cómo dos personas que se han amado tanto sufren un desencuentro tan grande. La gente, por amor, muere. Yo, Candela, creo que podría morir de amor. Mi personaje, por amor, hace una barbaridad, cinco años después de separarse y con la esperanza puesta en que él lo reciba como ella querría. Y el chascazo es que él lo recibe... bueno, como pasa en la realidad, en la que uno nunca se acaba convirtiendo en lo que había soñado ser. Luego está la forma tan diferente como hombres y mujeres pueden vivir lo mismo, algo que yo he hablado mucho con Javi [Javier Cámara, el otro 50% del filme], porque creo que en la película está muy presente.

Isabel Coixet:Sí, sí... Recuerdo, cuando empezábamos a ensayar la peli, una discusión entre Javier y tú sobre lo que sostiene cada uno de vuestros personajes en la película: "Es que no se puede ser adicto al dolor, te sumerges en él como en un baño caliente", y tú: "Es que es mi naturaleza, y ella me impulsa a vivirlo así"... Yo os entiendo a los dos porque he estado a cinco centímetros de alguien a quien le pasó lo mismo que a los protagonistas. Y vi la reacción de ella y la de él, y había un abismo. Y eso pasa incluso en parejas que compartían un amor muy profundo y una manera de ver el mundo muy similar. Pero, de repente, el equilibrio se rompe y uno vuelve a una especie de naturaleza primigenia, a lo que era antes de fundirse con el otro y... Uy, esto queda... ¡Estamos quedando muy hija dePunset! [Candela suelta una carcajada] Pero es que es así. Y sobre el marco de la peli, a mí me parece muy difícil abstraerme. Quizá porque estoy viviendo rodeada de gente que se tiene que ir al extranjero, o que se separa y tiene que vivir en el coche porque le da vergüenza volver a casa de los padres. Cuando a la ruina personal se une la ruina de un país es muy difícil salir adelante. Que se sale, sí; que estoy convencida de que ellos, en la película, van a salir reforzados, también; que la historia tiene unos ciclos muy chungos y que te toca vivir uno de esos, pues te toca... Ahora estoy leyendo acerca de algo que no conocía: cómo fue en Grecia el antes, el durante y el después de la II Guerra Mundial. Lees el caos moral y la violencia que hubo y piensas: "Bueno, vale, esto todavía no ha pasado, esta violencia no la estamos viviendo".

¿Y podemos confiar en que no la viviremos?

I. C.: Espero que sí. A ver, la gente se va a seguir enamorando, seguirá teniendo niños...

C. P.: Labarbarie está soterrada, es de otra manera, se manifiesta de otra manera, pero la hay. Porque está quedando muy claro que en este país no hay libertad de expresión. La gente, frente al discurso de alguien, es capaz de coger lo que le interesa y tergiversarlo. Nos movemos en un terreno muy peligroso. ¿Que no hay esa barbarie de Grecia? Tal vez, pero hay otra: la ideológica, que es la peor.

I. C.: A la que te sales de la norma y dices lo que sientes, te dan de palos...

¿Tienen la sensación de que la gente del cine lo sufre especialmente?

C. P.: La de la cultura en general. Yo creo que se les pone ya la medallita de "los izquierdosos". Yo, por ejemplo, sí que me considero de izquierdas, pero no representada por ningún partido. Que de repente a los del cine nos vendan como los de este señor... ¡es que no es cierto! Además, un político tiene que mirar por todos los ciudadanos, le hayan votado o no, y proteger a quien aporta algo. Y apoyar lo nuestro. Yo vi los Oscar y que la señora deObamaabra un sobre y diga cuál es la película ganadora... Aquí tendrían que pasar tres vidas para que sucediera algo así.

I. C.: Es que la clase política de este país... Tendrían que dimitir todos en bloque. Tú dices que no te sientes representada. Yo tampoco, ni la mayoría de la gente que conozco. Por suerte están saliendo personas comoAda Colau, que molesta tanto a los políticos que la están calificando de etarra, que ya es el colmo.

Coixet se indigna. Candela intenta no encenderse y mide las palabras. No tiene ganas de entrar en un tema que habrá que abordar en algún momento: las consecuencias de su proclama en los Goya.

I. C.: ¡La que liaron por un comentario! ¡Si ni siquiera era un discurso! Era... Bueno, da igual, explícalo tú misma.

C. P.: No me preocupa lo que digan, que si te aprovechas del momento, que si... no. Lo que me preocupa es la carroña que hay detrás de todo. Que la gente sea tan poco respetuosa con el dolor ajeno. Que planteen que lo que dije de mi padre es mentira. Me preocupan esos carroñeros que han estirado el tema y que intentan hacer daño a nivel personal.

I. C.: Ha sido sucio, mezquino, repugnante e indigno. ¡Y una cortina de humo! En lugar de admitir que la realidad es que hay unos recortes tremendos. Mi padre también acaba de morir, hace dos meses en el Clínic. El personal del hospital, maravilloso, pero los ibuprofenos van contados. Y esto se lo digo yo y si quiere vaya a la puerta del Clínic y pregunte. Dejémonos de debates inútiles y vayamos a lo que importa.

C. P.: No podemos oír solo lo que nos interesa. Yo pediría a la gente que habló tantísimo que vuelva a escuchar lo que dije. Insisto, lo que más me preocupa es el carroñerío y la falta de libertad. Que estamos en medio de una promoción y lo veo: ha habido una revista femenina que me hizo una entrevista y, como no le gustaron mis respuestas, no la va a publicar. Como es para chicas de entre 15 y 25 años, mejor que sueñen con ser...

I. C.:¡Falete tirándose en 'Splash'!

C. P.:...alguien que no van a ser nunca, un cuerpo, que no que puedan leer a una persona que las anima a perseguir sus verdaderos sueños. Por eso también he querido hacerme estas fotos así, tal cual. Realmente, porque es la película de Isabel y yo a muerte con ella, porque te dan ganas de rendirte en la lucha: de meterte en la cueva y quedarte allí.

I. C.: Abres las revistas y no ves más que actrices que, sí, son monas, pero que no han hecho nada. Hay una glorificación de lamediocridad que llega también al cine. No les interesa, en general -incluso a la crítica-, la gente que dice algo. Les interesa la ciencia-ficción, la comedia, la cosa suave que no habla del ahora, que no intenta decir cosas.

C. P.: El'bienquedismo' social. Pero que todo eso acabe derivando en ataques personales es injusto. Acaban haciendo daño a tu entorno, a tu familia... No sé, es como si fueras andando por la calle y te arrancaran la piel a cachos. Vuelvo al principio: no habrá la barbarie de Grecia en la II Guerra Mundial, pero la que hay soterrada da pavor. Vamos, es que yo no quiero que me vuelvan a dar un premio en la vida. Y eso que es algo que me he currado yo. Que llevaba tres años... Y ahora vamos a recordar cosas buenas: ¡lo bien que nos lo pasamos haciendo la película!

Cuesta creer que fuera así con lo mucho que se sufre viéndola, pero ambas aseguran que es de los rodajes en los que más se han divertido. Fue en septiembre de 2012 en el cementerio de Igualada que diseñóEnric Miralles, desolación futurista para aventurar la quebrada España de 2017. "Imagínate: dentro de una obra de arte dirigidos por La Obra de Arte", enfatiza Candela. "Oye, guapa, menos cachondeo...", finge enfadarse la directora. La actriz vuelve a coger carrerilla.

C. P.: Fue increíble. Además, a mí esta película -creo que a los tres, pero no puedo hablar por ellos dos- me llega en un punto bastante peculiar de la vida. Cuando leí el guion, me dije: "Yo no voy a ser capaz, pero si hay un momento en el que puedo hacerlo, es este. Entré con mucho miedo, pero una vez dentro transité con facilidad por el proyecto más difícil que he tenido. Me ha permitido darme cuenta de que no he de ser miedosa -lo soy- y de que a veces nos subestimamos. Y de que hay gente que convierte lo más difícil del mundo en fácil. En otro momento de mi vida yo esto lo habría vivido... uf. Porque yo soy muy dramática, muy sufriente, vivo las cosas con mucha intensidad. Pues he aprendido mucho de Isabel haciendo esta película. Ella es una tía que, por grave que sea la situación, la vive en plan "venga, p'alante, que hay que pasarlo".

I. C.: Es que, si decidimos seguir viviendo, tenemos que apechugar con lo que venga.

Ella ha apechugado con unas cuantas cosas para llevar a las pantallas 'Ayer no termina nunca', una película que ha financiado, enterita, de su bolsillo. "Se la ha levantado ella sola -destaca Candela-. Y aún habrá quien diga que es una pija, una hija de papá... Pues no, es una hija de un señor que ha currado en Fecsa toda la vida". Coixet asiente mientras se pone en pie y se aleja de la escalera en la que ha estado sentada toda la charla, un peldaño por debajo de Candela. Tiene que ir a atender una entrevista telefónica, una de las muchas que le va a tocar hacer durante una promoción que no se antoja fácil. Hay que tener cuidado con no desvelar demasiado, responder a algunas durísimas críticas cosechadas tras su paso por la Berlinale (también las hubo entusiastas: "O la amas o la odias", argumenta la directora) e intentar hacerse un hueco entre el más de lo mismo que puebla las carteleras y el miedo a un cine que se presenta con ecos de Bergman y Tarkovski. Y eso que volver a disfrutar del tándem de'Torremolinos 73' (la cinta con la que debutó en 2003 Pablo Berger) bien merece pasar por taquilla.

C. P.: A Javi y a mí la vida nos ha juntado en dos películas que yo, sin él, no habría podido hacer. Fue por 'Torremolinos' que Isabel pensó en nosotros para esta: se creyó ese matrimonio, lo vio. Y de eso han pasado 10 años. Ha sido como un reencuentro. Aunque yo a Javier lo veo como mi marido, la persona en la que me puedo apoyar, refugiar. Es un grandísimo actor y un grandísimo compañero. Fíjese que me daba como apuro trabajar con él y con Isabel porque ellos son muy amigos y temía sentirme al margen. Nunca me hicieron sentir así, para nada. Todo por mi inseguridad, ¿eh? Anda que no me regaño a mí misma por eso. Y también por los prejuicios que tenía con Isabel. Pensaba que no iba a encajar en su cine.

Sí, eso se lo he oído decir: que usted creía que Coixet la vería más cerca de El Fary que de Antony and the Johnsons.

Es curiosa la visión que tiene una de sí misma, ¿no?

Tal vez tres años de sequía fílmica hagan mella hasta en el ego mejor construido. Desde'La isla interior', en 2009, Candela Peña no había vuelto a rodar. "Me ha podido llegar algo, pero que no me aportaba nada. Intento no hacer trabajos porque esté sin un duro -que lo estoy-, en plan 'lo hice para comer'. Valoro mucho mi profesión, le tengo un respeto enorme, y para hacer trabajos alimenticios prefiero dedicarme a otra cosa. Aunque tampoco es cierto el bulo que hay en torno a mí: 'Candela siempre dice que no'. No es eso, pero yo quiero superarme como actriz. Y ser consecuente conmigo misma", explica. Con bulos peores que ese ha tenido que lidiar en los dos últimos meses, y en un momento de su vida en el que se sentía especialmente frágil. "La vida te pega unos 'cracas'... Por eso creo que la película de Isabel me ha ayudado tanto. Ahí he dejado mucho, como que he tocado el fondo de la piscina para subir para arriba. Estoy en un 'impasse' peculiar. Y necesito que me cuiden en este momento. Lo siento así".

¿Y sabe por dónde saldrá?

No. Te dan un premio, pues te alegras, pero luego ves unas cosas, una necesidad de la gente de hacer daño... Estoy perpleja frente al ser humano. ¿Cómo puede ser que teniendo buena intención, y buen amor, y buen hacer, se tambalee todo de una manera tan extraña? Mi sueño ahora es volver a trabajar con Isabel, conFernando León, con tantos directores espectaculares que hay en España.

¿Y con Almodóvar?

Pues me encantaría. Pero yo a Pedro no lo veo como un director accesible. Lo veo como una fan. La primera peli que compré en mi vida fue 'Mujeres al borde de un ataque de nervios', y así le sigo viendo: como esa niña de Gavà, con la distancia de algo inalcanzable. Fíjese que tuve la oportunidad de ir con él a Los Ángeles, y lo viví como si me hubiese tocado en un bote de Nocilla: "Ha ganado usted dos entradas...". Nunca como una actriz de las suyas, de su entorno. Eso sería un sueño.

Me sorprende oírla hablar con esa sencillez. Había leído que a usted los premios la vuelven distante y altanera.

Me está hablando de un artículo en concreto que creo que es una de las cosas que más daño me han hecho en la vida. Es un tipo de prensa con la que jamás me he relacionado y no lo voy a hacer. Son cosas falsas... Este es mi tercer Goya, no el primero, y tengo premios a tutiplén... ¿Usted cree que se me va a subir a la cabeza? Además, han utilizado muy malas artes, engañando a mi entorno para escribir esas cosas. Pero yo, como las folclóricas: solo pienso en la gente que está a favor de mi arte. No quiero ni hablar de eso, porque me tengo que contener para no llorar... [el parpadeo no frena las lágrimas]. Perdone. No me cabe en la cabeza que la gente actúe así. Mire que llevo tiempo expuesta por mi trabajo, pero nunca había pensado que tendría que leer esas cosas. Las declaraciones que hice en losGoya fueron un impulso. Yo iba convencida de que ganabaÁngela Molina, y cuando subí al escenario me salió. No me explico tanta rabia. Por eso digo que estoy perpleja ante el ser humano.

Además de la serie para televisión que se lleva entre manos con Pilar Castro, ¿tiene alguna otra cosa en perspectiva?

Bueno, periodistas deIntereconomía me han ofrecido que cuide a sus madres por 1.200 euros. Y yo encantada de hacerlo. No, en serio: Pilar y yo llevamos trabajando para sacar adelante'Puerto y Camino' casi tres años. De productora en productora. Admiro muchísimo a la gente que levanta proyectos sola, porque esto es una chaladura. Ahora se nos ha unidoDaniel Sánchez Arévalo, que va a dirigir la serie, y Shine Iberia ha confiado en nosotras y hay una posibilidad de que esto salga. Será una serie de tías con mucho humor, para reírnos de nosotras mismas, que falta nos hace en este momento tan duro.

Sería su primera incursión en la tele. ¿Y el teatro?

Es mi asignatura pendiente. Es que me da pavor. Ya le digo que soy muy miedosa... Y es probable que ahora mucho más que antes. Dicen que el saber no ocupa lugar. Anda que no: ocupa mogollón de lugar. Y pesa muchísimo. Yo siempre pensaba: "Si el teatro fuera por la mañana, que tú te levantas y vas...". Pero yo estar todo el día: "Ay-madre-mía-que-yo-a-las-siete, ay-madre-mía-que-yo-a-las-siete, ay-madre-mía-que-yo..". Aunque después de hacer 'Ayer no termina nunca', donde he rodado planos de 30 minutos, creo que podría. Conseguiré ser la actriz que un día soñé ser. Esta película me ha ayudado a estar más cerca de eso. Hay un antes y un después de ella.

Coixet cuelga el teléfono y viene a llevarse a Candela. Si alguien parece haber escuchado su S.O.S., ese "necesito que me cuiden" que pronuncia entre la rotundidad y la candidez, es ella. "Es como que me he pasado la vida esperándola", sonríe la actriz. Y, cogidas del brazo y entre risas cómplices, se marchan a comer.