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Cine tras las llamas

El alma de los Meliès 8 Carles Balagué en una de las dos salas de los cines, el día de su reinauguración.

El alma de los Meliès 8 Carles Balagué en una de las dos salas de los cines, el día de su reinauguración.

JORDI TRENZANO
BARCELONA

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El 2 de junio, un incendio quemaba parte de los cines Meliès.«Un cortocircuito en la cabina se propagó deprisa y dejó maltrecha prácticamente toda la instalación». Lo recuerda Carles Balagué, el propietario de las salas dedicadas al cine clásico, independiente y de autor, conceptos compartidos y combinados en cualquier orden. Empresario pero sobre todo cineasta, vive el cine con una gran intensidad. Por sus salas han pasado películas de Elia Kazan, Federico Fellini, David Lynch, Orson Welles...

Cuando se incendieron los Meliès, aún estaba reciente el cierre en abril de los cines Casablanca Kaplan. Tras unos últimos años dedicados a programar cine de autor reciente, el fuego parecía ser el fin de los Meliès.«Estaba convencido que no volveríamos a abrir. El incendió nos pilló en medio del tsunami económico», aclara Balagué. Pero con trabajo y un proyecto, la sala reabrió el pasado día 5 de enero con películas comoMelancolia, de Lars Von Trier y paredes con intenso olor a pintura. Era la meta de una carrera de obstáculos que empezó con un fuerte desembolso: dinero obtenido entre la compañía de seguros, un crédito de la Generalitat e inversores privados.

Tras las llamas, el local se ha renovado y se han comprado dos proyectores digitales:«Teníamos un hándicap considerable, solo los proyectores costaban cerca de 140.000 euros», aclara el propietario. Pero se mantiene otro de 35 milímetros, que conectará el presente digital con el legado de los cines Meliès. Nada de palomitas o 3D, un sistema caro y con el que, según Balagué,«muchos han perdido hasta la camisa».

Y es que estos cines de la calle Villarroel tienen su historia. Balaguè, vecino de Gràcia, los ideó en su barrio, pero problemas urbanísticos y un paseo por la zona le toparon con un local adecuado. La apertura llegó en diciembre de 1996, desde entonces han pasado centenares de títulos y algún idea desechada, como una posible ampliación con un local contiguo.«No salían las cuentas, ganábamos pocos espectadores», dice.

Balagué no ha apartado del todo su condición de director. Sus cuatro últimas películas fueron documentales, quizás la más celebradaLa casita blanca(2002), que con merecida lógica estuvo más de un año en la cartelera de los Meliès. Ahora trabaja en un documental y una película de ficción, proyectos que«tengo algo apartados, pero me gustaría retomar», puntualiza. Y preguntado sobre qué película le gustaría proyectar responde queLa evasión, el canto de cisne cinematográfico de Jacques Becker, en 1960. François Truffaut la consideró una obra maestra. Fue el mismo cineasta francés el que dijo:El cine de mañana será un acto de amor». Algo muy parecido ha sido el pasado, presente y futuro de los cines Meliès.