un vecino llamado... Manel Pousa, 'pare Manel', capellán

Manel Pousa: «Verdum y Roquetes me robaron el corazón»

Con tebeos de segunda mano y bocadillos, Manel Pousa llegó a Verdum en los años 50 como catequista de los maristas. Tenía 14 años. Ahora ya lleva 34 de sacerdote y ejerciendo de auténtico cristiano con los más vulnerables.

Más actividadesHistoria de una ayuda que crece NIÑOS Y NIÑAS JUEGAN Y REPASAN SUS TAREAS EN EL ANTIGUO LOCAL SOCIAL DE ROQUETES, EN LA CALLE DE JAUME PINENT

Más actividadesHistoria de una ayuda que crece NIÑOS Y NIÑAS JUEGAN Y REPASAN SUS TAREAS EN EL ANTIGUO LOCAL SOCIAL DE ROQUETES, EN LA CALLE DE JAUME PINENT

CARME ESCALES
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Quienquiera que conozca al pare Manel sabe que la religión que profesa este granadino, que llegó a Barcelona con 4 años, se escribe con mayúsculas en el corazón de presos, drogadictos y quienes poco tienen para llevarse a la boca y apenas nada que disfrutar. Su religión de los pobres viaja a pie y en moto, y se aprende en cada saludo que se le cruza en la calle. Para todos tiene una palabra que levanta la autoestima.«Yo soy igual que cada preso que visito en la cárcel y cada adicto a la droga. El hecho de ser personas nos hace iguales»,señala Pousa.

La parroquia de Sant Sebastià, en el barrio de Verdum, fue el gancho que lo vinculó a Nou Barris, a mitad de los 70 y ya como sacerdote.«Soy un enamorado de Barcelona, pero a mí, Roquetes y Verdum me robaron el corazón». «En estos barrios la heroína hizo mucho daño. He visto a chicas de 14 años pinchándose, y mucho tráfico de droga. Era la ciudad sin ley»,dice.

Excursiones

Pousa se encontraba prácticamente solo en aquellos inicios y los entierros, bodas, bautizos y las misas de rigor no saciaban su deseo de labor social. Y empezó a organizar excursiones, a buscar voluntarios y a montar los primeros equipos de fútbol sala. Hoy, hay 16 en marcha.«Txus Lahoz, actual responsable de fútbolsala base del Barça, nos ayudó»,recuerda Pousa.

Además de la socialización a través del deporte, garantizar la alimentación y educación de las criaturas fue y sigue siendo su principal objetivo. Hoy, allí donde la Administración no llega, la Fundació Pare Manel continúa becando comedores.«Para lograr todo eso, atraco», declara. Es su manera de explicar cómo busca fondos para subvencionar las actividades de un potente equipo humano.«Los niños necesitan vínculos, referentes y normas. Sin ellas, no pueden estructurar su vida y socializarse», apunta. Lo mismo les sucede a los drogadictos.«Lo único que rehabilita es la vida y la gente».

El pare Manel no asistió a la visita del Papa en Barcelona, pero sí estará el próximo jueves, 18, en la sala Luz de Gas. Su causa, la de todos los que están en riesgo de exclusión social, será la anfitriona de una fiesta solidaria, un platillo de misa acorde con el siglo XXI.