EDAR EL PRAT DE LLOBREGAT

Una depuradora apta para asumir los retos del futuro

La estación elimina 80 toneladas de sólidos en suspensión cada día, tratando el 36% de recursos hídricos del Área Metropolitana de Barcelona

La estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de El Prat de Llobregat

La estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de El Prat de Llobregat

Lluís Muñoz / Barcelona

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El agua es indispensable para las personas, pero también para el discurrir de la vida cotidiana. Todo tipo de actividades diarias dependen del agua. Por ese motivo, las depuradoras se convierten en uno de los espacios más importantes para una ciudad. Hogares, oficinas, comercios, escuelas e industrias no podrían funcionar sin recursos hídricos, los cuales, una vez utilizados, necesitan ir a un lugar en el que ser tratados, con el fin de evitar la huella medioambiental derivada de la contaminación del ser humano. No hace tanto, en la Barcelona preolímpica, las aguas residuales eran vertidas a los ríos o al mar, sin pasar por un proceso de saneamiento, generando importantes focos de contaminación, infecciones y enfermedades.

Afortunadamente, la legislación obligó a tomar medidas, y en El Prat del Llobregat se construyó una de las plantas de saneamiento de aguas residuales más grandes y modernas de Europa. Es la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de El Prat de Llobregat, que lleva en funcionamiento desde el año 2002, con 37 hectáreas de terreno –y posibilidad de ampliar– y con la capacidad de tratar 420 millones de litros al día, es decir, el equivalente al uso de agua de dos millones de habitantes y las actividades económicas asociadas.

“La depuradora ha sido un gran beneficio para el Área Metropolitana de Barcelona. Es importante destacar como cada día estamos dejando de tirar 80 toneladas de sólidos en suspensión. Antes, estos residuos terminaban en el río o en el mar. Consecuentemente, el entorno ha visto como mejoraban sus condiciones: por ejemplo, antes de la depuradora, era difícil bañarse en la playa de El Prat, era prácticamente un estercolero. Hoy es una playa con bandera azul y una calidad del agua óptima”, explica Javier Santos, jefe de planta de la EDAR de El Prat de Llobregat. De hecho, la playa de El Prat hoy se ha convertido en uno de los tramos litorales con mayor riqueza de fauna y flora autóctonas de todo el territorio metropolitano, lo que ha permitido la recuperación de especies como el frailecillo blanco o la tortuga boba, así como mucha de la vegetación que habita en los recientemente recuperados ecosistemas de dunas.

Tratamiento de aguas residuales

En la depuradora se tratan aguas residuales domésticas y asimilables: son las aguas utilizadas en hogares, oficinas, comercios, escuelas y en los espacios donde no se vierten contaminantes especiales; también se tratan las aguas industriales pretratadas: son las aguas utilizadas en instalaciones industriales, que llegan después de recibir un tratamiento por parte de la misma industria para retirar los contaminantes específicos. En el proceso, sobre todo se extraen objetos arrastrados, palés, cajas de cartón, tampones, toallitas, preservativos, jabones, aceites, tierra y arena, hasta todo tipo de partículas contaminantes  desde materia orgánica, nitrógeno y otros contaminantes. Tras la eliminación, el agua está disponible para ser vertida al mar.

La depuradora está ubicada en el delta del río Llobregat y trata las aguas del sistema de saneamiento del Baix Llobregat, una zona con una elevada implantación industrial. A la estación llegan el 35% de las aguas de la ciudad de Barcelona, Cornellà de Llobregat, El Prat de Llobregat, Esplugues de Llobregat, L’Hospitalet de Llobregat, Sant Joan Despí, Sant Boi de Llobregat, Santa Coloma de Cervelló y, parcialmente, Sant Just Desvern, y supone el saneamiento de un 36% del total de los recursos hídricos tratados en el AMB.

Propiedades de la planta

<span style="font-size: 1.6rem;">-Fue construida en 2002, en 2003 se pusieron en funcionamiento las instalaciones de tratamiento biológico y de tratamiento de barros con digestión anaeróbica y en 2006 se puso en funcionamiento la Estación de Regeneración de Agua (ERA).</span>

Recorrido de las aguas

El ciclo de funcionamiento del agua residual doméstica y de las aguas industriales asimilables por las depuradoras es el siguiente: las aguas negras llegan a la planta a través de una red de 19 kilómetros de colectores y, en un primer momento, se someten a un pretratamiento, en el que se eliminan los grandes sólidos, que son decantados: desde latas de refrescos, a bolsas de plástico, cajas de cartón o cualquier otro objeto. Seguidamente se realiza la eliminación de sólidos en suspensión (tales como arena, grasas o polvo).

Tras esto, llega un tratamiento secundario, en el que se eliminan del agua tanto el carbono como el nitrógeno (mediante la acción de microorganismos) y el fósforo (mediante una combinación de agentes biológicos y un aporte químico de coagulantes). Llegados a este punto, el agua está lista para poder ser enviada al mar en estado óptimo, a través de un emisario submarino de 3,7 kilómetros de longitud, 60 metros de profundidad y tres de diámetro.

En este proceso, es importante destacar algunos de los números de residuos que la EDAR elimina, y que antiguamente, terminaba en los ríos y mares, afectando a la calidad del agua y del medioambiente. Por ejemplo, son eliminadas 3.395 toneladas de sólidos en suspensión, 310 toneladas de nitrógeno y 67 toneladas de fósforo, que generan 2.803 toneladas de fangos deshidratados con destino a la agricultura.

Regeneración

Además, la depuradora incluye una de las Estaciones de Regeneración de Aguas (ERA) más importantes del mundo, esto quiere decir que prepara una parte del agua depurada para reutilizarla, y elimina las partículas de materia orgánica restantes, las bacterias y otros microorganismos. Los usos más frecuentes de este proceso son el riego, la limpieza de calles, el mantenimiento del caudal del río Llobregat y los usos industriales. La regeneración de agua aumenta los recursos hídricos de la región en 50 millones de litros al año, y se plantea como una de las principales soluciones para combatir las sequías del futuro. “La reutilización va a ser fundamental en el futuro para la depuradora. No se concibe otro escenario en el saneamiento. Un país mediterráneo de sequías continuas ha de regenerar el agua”, cuenta Javier Santos.

Para que el agua pueda ser reutilizada hay dos tratamientos: el terciario, que trata de eliminar los patógenos que aún contiene. Para ello pasa por unos microfiltros y se realiza una desinfección mediante lámparas ultravioletas e hipoclorito de sodio; y el cuaternario, que consiste en depurar aún más el agua resultante del tratamiento terciario. En esta fase final se realiza una ultrafiltración todavía más exhaustiva y se eliminan las sales residuales mediante ósmosis. A pesar de disponer de las instalaciones, todavía no se está regenerando prácticamente agua: “Estamos regenerando agua de forma terciaria a un 0,7%, es decir 60 millones de litros al mes, cuando tenemos potencial para 304.000 millones de litros al día.

Por su parte, el cuaternario tiene 15.000 millones de litros de potencial, y estamos sacando 1.000 millones de litros al mes”, expresa Javier Santos. La regeneración mediante el uso terciario se queda en la propia planta, mientras que de la del cuaternario, se hace infiltración en pozos, un día al mes con carácter preventivo. “Durante las sequías, puede haber intrusión salina en el acuífero, y el agua no será apta para el consumo humano, encareciendo los costes del agua. Por lo tanto, mediante la ultrafiltración y la ósmosis, se recargan los pozos para evitar esta filtración”, relata Santos.

Evitar la sequía

Las reservas de agua disminuyen cada año, y hay casos, como en zonas de Castilla-La Mancha, donde se está empezando a racionar el agua, mediante el corte del suministro en determinadas horas del día: “La regeneración evitaría la sobreexplotación de los medios naturales, en especial de los acuíferos de Barcelona. El problema de las sequías es grave, no hay que ahorrar dinero, esperando a que haya un momento en el que no se pueda más. Si no actuamos a tiempo, habrá consecuencias en un futuro cercano”, recalca Santos.

Durante la sequía del 2007-2008, las reservas en Catalunya llegaron a estar al 20%, y se tuvieron que fletar barcos para abastecer de agua a Barcelona. Las instituciones tras esa experiencia, se esforzaron en la construcción de infraestructuras, que en el futuro pudieran evitar que el agua no llegase a los hogares. “Hay que regenerar el agua, o nos quedaremos sin agua para consumo humano”, reclama Santos.