Historia y naturaleza

Tarragona, la fórmula para disfrutar todo el año

Mediterráneo, playas y calas tranquilas, clima suave y soleado, gastronomía con personalidad propia y un patrimonio histórico que le ha valido ser Patrimonio de la Humanidad: estos ingredientes convierten a esta ciudad en un destino cercano ideal

Amfiteatre romà, Patrimoni Mundial, UNESCO,Tarragona, Tarragonès, Tarragona

Amfiteatre romà, Patrimoni Mundial, UNESCO,Tarragona, Tarragonès, Tarragona / Rafael López-Monné

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A una hora de Barcelona y a dos horas y media en alta velocidad de Madrid,encontramos uno de los secretos mejor guardados del Mediterráneo. En Tarragona, ciudad bimilenaria fundada por los escipiones y convertida en ciudad imperial por Augusto, convive la huella romana de un conjunto arqueológico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000 con la vida cotidiana de esta localidad amable y tranquila, donde se puede degustar un arroz o un pescado con un vino de la zona entre vestigios de su pasado romano. 

Junto a la espectacularidad de su icónico anfiteatro a orillas del mar, su circo romano, excelentemente conservado, o su monumental acueducto de Les Ferreres (también conocido como Puente del Diablo), el pasado romano de Tarraco se funde con la Tarragona actual en las calles de su centro histórico o Part Alta, convirtiendo la ciudad en un verdadero museo al aire libre. Al conjunto arqueológico de la Tarraco romana se le unen el patrimonio paleocristiano más importante de la península Ibérica, un legado medieval capitaneado por su imponente catedral y numerosos edificios modernistas. Todo un conjunto patrimonial que le ha valido a Tarragona ser calificada en numerosas ocasiones como la ciudad de la historia.

Playas y naturaleza

Si algo sorprende de Tarragona, además de su patrimonio, es la posibilidad de disfrutar de parajes y playas naturales en la propia ciudad, algo cada vez menos frecuente. Dez playas y calas repartidas en quince kilómetros de costa escasamente urbanizada y sin masificaciones nos invitan a disfrutar durante todo el año de paisajes de incuestionable belleza como las recónditas Cala Fonda o Cala Jovera, auténticos paraísos del Mediterráneo; el exuberante bosque de la Marquesa; o el castillo medieval de Tamarit a pie de playa. La ciudad cuenta además con una amplia oferta de campings – con algunos de ellos situados entre los mejores de Europa en diferentes rankings— en los que disfrutar en familia del paraíso mediterráneo que es el litoral tarraconense.

Para completar la escapada natural, una red de vías verdes sin salir de la propia ciudad para recorrer andando o en bicicleta completan la oferta natural de un destino sorprendente.

La sorpresa culinaria

Pero Tarragona guarda aún muchas más sorpresas y una de ellas es su original gastronomía. Pocas ciudades pueden presumir de tener un plato propio y Tarragona es una de ellas.

En su barrio marinero, El Serrallo, se puede disfrutar del romesco de Tarragona –una salsa con multitud de variantes pero que básicamente se prepara a base de pimiento, frutos secos, ajo, pan, y aceite de oliva— en innumerables recetas y variedades, pero es especialmente recomendable degustarlo con el pescado local, de excelente calidad, y acompañado por uno de los vinos de la D.O. Tarragona, otra de las gratas sorpresas que aguardan al viajero en la ciudad.

El Serrallo y el Puerto de Tarragona son paradas imprescindibles para conocer la tradición pesquera y portuaria de la ciudad. El Museo del Puerto resulta, en ese sentido,una visita ineludible.

Un entorno por descubrir

Si los atractivos de la ciudad no fueran suficientemente suculentos, una escapada a Tarragona es una puerta abierta a conocer un entorno que alberga tesoros arquitectónicos y paisajísticos aún muy desconocidos pero que figuran entre los imprescindibles para conocer el sur de Cataluña por méritos propios. A menos de media hora en coche, desde Tarragona podemos acercarnos a los impresionantes monasterios medievales de Poblet y Santes Creus, pertenecientes a la ruta del Císter; al santuario de Montferri, también conocido como la pequeña Sagrada Familia; o conocer la cultura vinícola del territorio a través de la ruta del vino de la DO Tarragona, en la que bodegas como la de Nulles destacan por su impresionante arquitectura modernista.

Pilares de las cuatro 'colles castelleres' de Tarragona delante de la Catedral.

Pilares de las cuatro 'colles castelleres' de Tarragona delante de la Catedral. / Rafael López-Monné

'Tarragona, ciudad de castells', X aniversario

Los 'castells', espectaculares torres humanas de hasta 10 pisos, son una de las señas de identidad de la cultura tarraconense. Durante todo el verano, la ciudad regala al visitante numerosas exhibiciones de esta manifestación cultural que en Tarragona cuenta con cuatro 'colles castelleres' que mantienen viva una tradición declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en el año 2010.

A las exhibiciones se unen las diades tradicionales como la de Sant Joan, la de Sant Magí o las dos de Santa Tecla, la fiesta mayor de Tarragona, que a finales de septiembre llena la ciudad de tradición, música y bailes festivos que la convierten en una de las fiestas mayores con más personalidad de Catalunya.

La cita del 5 y 6 de octubre con el 'Concurs de Castells' en la Tarraco Arena pone la guinda a uno de los mejores espectáculos de 'castells' de Catalunya.