La crónica del Girona-Granada: Goleada para la historia con triple del 'Pichichi' Dovbyk

Acabó la temporada en Montilivi que nunca debería acabar. Acabó con una goleada jamás vista antes –ese 7-0 a un desolado Granada es el registro más alto alcanzado por el Girona en Primera División- con Dovbyk firmando tres tantos (dos de penalti) y sumando 24, uno más que Sörloth, el jugador del Villarreal al quien le queda una última oportunidad ante Osasuna en Pamplona. A la vuelta del verano le espera la Champions.

Acabó la temporada con una exhibición que rozó la perfección, situando al inmortal equipo de Míchel no solo en la elite europea sino también que traspasa la barrera de los 80 puntos –tiene 81-, además de marcar 85 goles, el segundo máximo realizador de la Liga, por delante del Barça (77) y por detrás del Madrid (87), ambos con un partido menos. 

Donde no llegaba al inicio el fútbol preciosista, trabajado y deslumbrante del Girona –esos taconazos de Miguel, la clase de Tsygankov con controles deliciosos, el venenoso pase de Iván Martín, el golpeo de Aleix García o la furia de Yangel Herrera- emergió una acción a balón parado para iniciar la goleada a un ya descendido Granada.

La estrategia abre el festival

Era un córner desde el flanco izquierdo sacado en corto por Aleix para Tsygankov, quien con la derecha detectó la amenaza de Eric García irrumpiendo en el área pequeña andaluza. El centro fue una maravilla; el cabezazo del central cedido por el Barça, también. Quizá nadie lo sabía, pero hay algo de goleador en ese defensa al que expulsó el ‘fair play’ de Montjuïc. Sumó Eric su quinto tanto en las 30 jornadas de Liga que ha disputado.

A partir de ahí, y en medio de un ambiente extremadamente festivo (se hizo la ola en el minuto 24, antes incluso de los goles), el Girona se desató. Nada nuevo para una afición que ha disfrutado de una temporada inolvidable. En cuatro minutos, dos goles. Al cabezazo de Eric le vino después la llegada al área de Tsygankov, inteligente en la creación y, al mismo tiempo, en la finalización.

La noche de Viktor

Asistió en el 1-0 y marcó el 2-0, celebrado por Viktor con una espalda galáctica dirigiéndose a los miles de aficionados que inundaron las gradas de Montilivi. Pero había otra misión para el equipo de Míchel, solidario en la ayuda para que Dovbyk se acercara al Pichichi.

Todo nació de un prodigioso pase de Iván Martín, que desgarró a la defensa del Granada, castigada, además, con la velocidad de Portu, provocando un penalti. El gigante ucraniano no falló. Primer disparo a puerta y marcó. De penalti, pero marcó Artem. Acabada la primera parte, y con luminoso 3-0 en el marcador, Montilivi se puso, de nuevo, en pie para despedir a sus jugadores. 

Por cierto, Savinho y Yan Couto eran suplentes. Dio Míchel inicialmente descanso a los dos brasileños, convocados para la Copa América con la 'seleçao', a los que recurrió tras el descanso para dotar a Dovbyk de nuevas armas en la segunda mitad. Aunque lo hizo nada más reanudarse el partido porque Míchel quiso regalar una ovación de los 12.813 espectadores para Yangel Herrera, Portu y David López, los tres sustituidos.

Por encima de Stuani

El delantero ucranino anotó de penalti su vigésimo segundo gol en esta Liga, superando los 21 tantos firmados por Stuani (temporada 2017-18). Pero no era suficiente para Dovbyk, quien quería atrapar a Sörloth, el jugador del Villarreal, que lleva 23 tras los cuatro que anotó al Madrid.

Tuvo incluso un gol anulado al encontrarse en fuera de juego tras el pase de Yangel Herrera, previo a ser sustituido. Y el fútbol fluyó aún con más naturalidad cuando controló Eric, pasó Miguel y Savinho, ese demonio que se ha vonvertido en una de las grandes estrellas de la Liga, asistió para la aparición de Tsygankov, dueño de la noche en Montilivi con una asistencia y dos goles antes de que Míchel, atento a todos los detalles, lo quitara para hacerle hueco en la fiesta a Stuani. Recibido con el reconocimiento que merece una leyenda con el público cantándole "¡¡uruguayo, uruguayo!!".

Se quedó el Granada con 10 jugadores por la doble amarilla a Pellistri, con media hora por delante para ayudar a Dovbyk, quien estrelló un balón a la poste antes de firmar el 5-0. Otra jugada llena de clase. El giro de Pablo Torre, la asistencia de Stuani y el modo en que el tobillo de Dovbyk se conviertió de goma para engañar al meta del Granada y anotando el gol 23, los mismos que Sörloth. Luego, generoso como es el ucraniano, le regaló un tanto a Stuani, el sexto.

La fiesta era espectacular. No quería Montilivi que se acabara la noche. Ni la temporada. Embobados estaban todos por la nueva exhibición del Girona, que batió todos los registros anteriores. Andaba irritado el equipo andaluz, suplicando clemencia pero el Girona, obsesionado en llevar a su ‘nueve’ a la cima del Pichichi, no tenía piedad alguna en otra noche para el recuerdo. Savinho forzó el penalti y Dovbyk marcó el tercero, séptimo de una goleada que permanece ya en la historia del Girona.