Aitana chuta el balón de oro hacia Bilbao: "Esta vez no era nada fácil"

Un balón de oro vuela hacia Bilbao. Hacia la final de la Champions, la cuarta consecutiva del Barça femenino, como si la estancia última de la competición fuera un lugar común. Lo es para este equipo de leyenda en la historia del club azulgrana, en camino de serlo para la historia de la competición, con las cinco finales seguidas del Olympique de Lyon (2016-2020) y que puede ser el rival de las azulgranas e el 25 de mayo.

Ese balón de oro que aterrizó ya simbólicamente en San Mamés lo chutó su propietaria. Aitana Bonmatí fue la MVP del partido -un premio más, el más irrelevante del último año, desde que obtuviera el de la final de 2023- con el gol que igualaba la eliminatoria y el penalti que brindaba la oportunidad de oro de remontarla. La fogosidad de Aitana se transformó en la frialdad sueca de Fridolina Rölfo, la última bota que había eliminado al Barça de la final de 2020, para colocar el 0-2, aún no definitivo a falta de 20 minutos.

La reivindicación de Giráldez

“Lo hemos conseguido de nuevo y no era fácil esta vez”, valoró Aitana, que vivió “con éxtasis” su gol que reparaba el daño de la ida. “No podemos negar que aquel resultado nos hizo daño”, reconoció minutos después Jonatan Giráldez de la ida de Montjuïc, la primera derrota de la temporada.

El técnico azulgrana se mostró reivindicativo y dejó traslucir cierto malestar como si se hubiera vivido una crisis tras ese tropiezo que, como se comprobó, no era irreversible. "En los momentos adversos el equipo se mantuvo unido. Esta clasificación se la dedicamos a la gente que nos apoya en los momentos que no son tan buenos", clamó Giráldez, sin citar a nadie.

Joan Laporta, el presidente, estuvo en Londres como en la semifinal del 2009. Antes del partido visitó a la plantilla para animarlas ante la gesta que debían emprender. "Tenéis a todo el barcelonismo pendiente de vosotros y tenéis toda la confianza del barcelonismo", dijo Laporta.

"Esta clasificación se la dedicamos a la gente que nos apoya en los momentos que no son tan buenos"

Jonatan Giráldez

— Entrenador del Barça

La expulsión que ayuda

“Este equipo se sobrepone a todas las dificultades y estoy muy orgullosa de él, de haber llegado a otra final”, seguía Aitana, antes de admitir que la expulsión de Kadeisha Buchanan allanó el tramo final del duelo.

Advertida a los 30 segundos de partido, junto con Salma Paralluelo en un roce que provocó la defensa canadiense en su deseo de intimidar a la delantera azulgrana, sus excesos le costaron la expulsión. Por imprudente y por desmedida, en dos cinco minutos vio dos tarjetas. Ambas por sendas entradas a destiempo, injustificadas, la primera a Salma y la segunda a Patri.

Buchanan socavó las expectativas del Chelsea. Sus compañeras se vieron perdidas: con 0-1, una menos y frente al campeón. Las esperanzas volaron hacia la nada en menos de un cuarto de hora. Aitana, otra vez ella, derribada entre Carter y Lawrence, forzaba el penalti que chutaría Rolfö, aunque Mariona Caldentey ya estaba sobre el césped.

"Me encantan estas situaciones. Sentía la presión, pero estaba tranquila, sabía lo que quería hacer, dónde chutarlo", dijo Rolfö del penalti.

"El mejor lugar posible"

"Me encantan estas situaciones, Sentía la presión, pero estaba tranquila, sabía lo que quería hacer, dónde chutarlo", explicó la polivalente Rolfö, que empezó de extremo izquierda y acabó de lateral, defendiendo el 0-2. "Los últimos minutos se hicieron larguísimos y hasta que no pitan el final has de continuar luchando", dijo una emocionada Rolfö con la convicción de que el Barça había sido superior al Chelsea en la eliminatoria y merecido el pase a la final del 25 de mayo en Bilbao. "El mejor lugar posible, ojalá sea como jugar en casa", apuntó Rolfö. 

Allí, en San Mamés, concluirá la temporada. Desde el primer día la plantilla alimenta un sueño. Otro hito de un equipo tan acostumbrado a ganar como inconformista. "Hemos conseguido tres títulos varias veces, pero nunca el póker y lo queremos", verbalizó Patri Guijarro. 

«Ahora no hay que pensar en la final, sino en disfrutar de la clasificación», apuntó Giráldez, deseoso de celebrar antes la conquista de la Liga.