Opinión | APUNTE

Jordi Puntí

Jordi Puntí

Escritor. Autor de 'Confeti' y 'Todo Messi. Ejercicios de estilo'.

La Champions en Montilivi

Míchel, el técnico del Girona, celebra el pase a Europa con una camiseta conmemorativa en Montilivi.

Míchel, el técnico del Girona, celebra el pase a Europa con una camiseta conmemorativa en Montilivi. / David Borrat / Efe

Ahora que ya estamos en el tramo final de la temporada, más allá de los campeones ligueros previsibles, las dos grandes noticias de este año son para las ciudades de Leverkusen y Girona. En Alemania, el Bayer de Xabi Alonso ha ganado la primera Bundesliga de su historia, rompiendo la hegemonía aburrida del Bayern de Múnich, y lo ha hecho con un fútbol vistoso y efectivo, que ha activado la energía de toda una ciudad y una región —el norte de Westfalia— superpoblada por equipos de primera línea. La convicción generosa y contagiosa de Xabi Alonso es comparable a la que ha llevado a Míchel a Girona. Es esa rara habilidad de hacer crecer a un equipo, un club, y no caer en la autocomplacencia. Seguramente no se ganará la liga, pero en Montilivi ya saben que la próxima temporada estarán en Europa y, además, si no hay sorpresas desagradables, con muchas posibilidades de jugar la Champions.

Escribo esto porque últimamente he estado varias veces en Girona y, viendo las calles, los escaparates de las tiendas, los jóvenes que se visten con la camiseta rojiblanca, he detectado un sentimiento de optimismo y alegría que no tienen precio. Es el beneficio de la proximidad, el fútbol de a pie, que los grandes clubes ya no pueden vivir porque son demasiado globales, y el gran contraste es que uno paseas por el barrio viejo de Girona, atraviesa los puentes sobre el Onyar, y se da cuenta de la proeza que sería que allí mismo, en unos meses, se pueda ver un Girona-Machester City, un Girona-Inter de Milán —por pedir que no quede. Un ejemplo de esta alegría es que también ha impregnado el Sant Jordi, con libros como 100 motius per ser del Girona, de Eduard Solà, o Endavant, Girona!, de Xavier Masachs, y con los puntos de libro repartidos por el propio club, impresos con unos poemas breves de Josep M. Fonalleras que son como proclamas desde la grada: “Cap d’Stuani, / en bronze, immutable. / Lloa perenne”.

Quedan seis jornadas, 18 puntos en juego. Con toda probabilidad el Real Madrid ganará una Liga de aires antiguos, de cuando no había VAR, pero la modernidad y el entusiasmo los habrá puesto el Girona.

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