Xavi, furioso con el arbitraje del clásico: "Es una vergüenza que no haya tecnología de gol"

En ese gol de Bellingham, ya en el tiempo añadido que certificaba el alirón del Madrid en la Liga, quedó retratada la crueldad que asola al Barça, un equipo prometedor, instalado en la esperanza que le proporcionan dos jóvenes como Pau Cubarsí y Lamine Yamal, elegido el mejor del clásico. Promete e insinúa pero no cumple porque es tan frágil que se rompe en nada, dolido como quedó con el arbitraje.

"Es una injusticia total. Si queremos ser la mejor Liga del mundo hay que poner la tecnología. Pero tengo la sensaciónd de injusticia máxima"; ha dicho Xavi tras el gol fantasma no concedido a Lamine Yamal. "Es una auténtica vergüenza que no haya tecnología de gol. Tiene toda la razón Ter Stegen", ha explicado el entrenador.

Al Barça, además, ya le ocurrió ante el PSG cuando recibió, estando con 10 jugadores, hasta cuatro goles en 49 minutos. Y en el Bernabéu, más de lo mismo, encajando tres tantos, echando a perder hasta dos ventajas. El 0-1 de Christensen le duró 12 minutos. Y el 1-2 de Fermín todavía menos. Apenas cuatro.

Por ahí quedó desnudo el Barça, incapaz de sacar rentabilidad a esas rentas que habían silenciado el Bernabéu. Pero terminó como siempre le ha ocurrido en los cuatro últimos clásicos: rendido y abatido: 0-4 en la Copa en el Camp Nou, 1-2 en Montjuïc en la Liga; 4-1 en Arabia durante la Supercopa y ahora 3-2 en el Bernabéu. 

Cambian los escenarios, pero se mantiene la misma frustración, resumido en el despiste de Cancelo. Un despiste que por repetitivo no deja de ser desolador para el Barça. Ocurrió con Dembélé, a quien desatendió. Se clonó idéntica jugada con Lucas Vázquez, siendo, además, reincidiente.

La traidora espalda de Cancelo

 Saldrá Pau Cubarsí en la foto del penalti del 1-1, pero la autoría intelectual de esa acción pertenece al lateral portugués. Debía ser responsable de todo lo que sucede a su alrededor. Pero ocurrió lo mismo en el 2-2 de Lucas Vázquez, a quien ni perdió un segundo de su tiempo en mirar. Y permitió el cómodo centro del lateral derecho gallego, suplente de Carvajal, en la asistencia del decisivo 3-2. 

O sea, quien sale de verdad en la foto de cuatro de los siete goles encajados por el Barça es él . João Cancelo, alguien que se supone experto (tiene 29 años y ha jugado en Benfica, Valencia, Inter, en City, es su club, Juventus, Bayern Múnich y Barça), pero en el campo no lo parece.

"Me faltan palabras que no encuentren la tecnología para chequear el gol. Es una vergüenza. Este mundo mueve mucho dinero, pero no hay dinero para esto. ¡Esto es una vergüenza!"

Ter Stegen

— Portero del Barça

"Me faltan palabras que no encuentren la tecnología para chequear el gol. Es una vergüenza. Este mundo mueve mucho dinero, pero no hay dinero para esto. ¡Esto es una vergüenza!", dijo Ter Stegen, dolido por la ausencia de lo que ha ocurrido. "Sí, tiene toda la razón Ter Stegen. Es una auténtica vergüenza que no haya. ¡Qué quieres que te diga hijo!", le dijo recordando que solo quería que el árbitro pasara desaparecibido y no afectar al partido. "Pues ninguna de las cosas. Es una vergüenza", sentenció Xavi uniéndose así a las quejas de su capitán.

"Gündogan me pidió perdón"

Araujo

— Defensa del Barça

"Nos tenemos que mirar nosotros mismos. No hemos estado a la altura defensivamente ni al nivel de competitividad que deberíamos haber estado. Son cosas que no nos pueden pasar", confesó Ter Stegen, poniendo el foco donde más le duele al Barça. En su defensa. Por ahí, se desangró.

"Lo normal es que este partido lo teníamos que haber ganado.El equipo ha competido muy bien. Hemos merecido los tres puntos. Intento ser siempre honesto, no puedo engañar a mi afición, al barcelonismo. Se nos escapan estos tres puntos por circunstancias adversas. Lo normal era haber ganado", dijo Xavi, que perdió a Frenkie de Jong por su tercera lesión en el tobillo.

Y, además, Araujo confesó cómo se resolvió el conflicto con Gündogan: "Hablamos y me pidió perdón".