De Jong se marcha llorando y en camilla del Bernabéu tras sufrir su tercera lesión en el tobillo

Abandonó el Bernabéu en camilla, mientras el público del Madrid le tributaba una ovación. Abandonó Frenkie de Jong sin poder pisar el césped porque su tobillo, ese que le ha tenido mucho tiempo en la enfermería esta temporada, se había lesionado. Y por tercera vez en el mismo sitio: el tobillo derecho.

Un balón dividido en el centro del campo, ya en el tiempo añadido de la primera mitad y con igualada en el marcador (1-1), provocó ese percance. Entró con toda la energía del mundo Fede Valverde a esa pelota que golpeó con tal fuerza en el tobillo del centrocampista neerlandés, que ya no se pudo ni levantar. 

Horas más tarde, el club confirmaba en un escueto comunicado médico que De Jong sufrió "un esguince en el tobillo derecho", aunque no precisó el tiempo de baja. "Su evolución marcará la disponibilidad", se ha limitado a precisar el Barça. Pero será muy difícil que vuelva a jugar en las seis últimas jornadas esta temporada.

Se marchó De Jong entre aplausos del madridismo, abatido como estaba, temiéndose lo peor, consciente de que volvería a entrar en la enfermería. Se marchó con lágrimas en los ojos. Se le aparecieron en ese momento todos los malos recuerdos que nacieron a finales de septiembre cuando sufrió ante el Celta el primer percance, que le tuvo 10 partidos de baja. O sea, 61 días.

Luego, nada más reaparecer, volvió a sufrir otra lesión en el mismo tobillo, que le tuvo 35 días lejos del campo, por lo que se perdió cuatro encuentros. Y antes de que acabara la primera mitad del clásico, Xavi ordenó el primer y obligado cambio. Entró Pedri por De Jong.