"NO VOY A ESCOGER UNA DE LAS DOS"
Luis Enrique, el señor de las remontadas Barça-PSG: el 6-1 y el 1-4
El Barça vive una tragedia insoportable ante el PSG
La contracrónica del Barça-PSG: La heroicidad perdida
Joan Domènech
Periodista
Periodista. Título de Entrenador de fútbol nivel A. Deportista vocacional. Tras retirarme como futbolista, empecé a trabajar en Mundo Deportivo (12 años, 1988-2000). He asistido a cuatro Mundiales y cuatro Eurocopas. Coautor de varios libros. Miembro del colectivo ‘Periodistes Solidaris’ y 'Amics de Johan'.
El Barça de Luis Enrique firmó la remontada más grande de la historia con el 6-1 que endosó al Paris Saint Germain y que permitió sufragar el 4-0 del Parque de los Príncipes. En el reencuentro de los dos equipos, Luis Enrique estaba ahora en la otra orilla, y volvió a llevarse la gloria, con el 1-4 del enorme triunfo del PSG que levantaba el 2-3 encajado en París.
"No puedo escoger una de las dos, no quiero escoger ni seré tan estúpiudo de escoger una", adelantó Luis Enrique, pocos minutos después de reconocer que había sido muy difícil desde el plano sentimental enfrentarse al Barça. "Lo he pasado fatal y espero que no se repita", reconoció, aunque finalmente acabó celebrando los goles del PSG dada la tensión del duelo y la brillantez con que superaba una eliminatoria que estaba muy cuesta arriba y que le había granjeado las primeras críticas en Francia.
"Aquella remontada no nos sirvió para ganar la Champions y espero que esta nos ayude a pasar la semifinal", amplió Luis Enrique. Pero no quiso elegir porque cada una de ellas contenía la finalidad prioritaria de un entrenador. Las dos "hicieron felices a mucha gente, a los aficionados de tu club, y eso es lo que trato de transmitir a mis futbolistas".
El 8 de marzo de 2017
Recordemos: el 6-1 sucedió el 8 de marzo de 2017. El Barça había sucumbido tres semanas antes (el 15 de febrero) por 4-0 en la ida de los octavos de final ante el PSG que entrenaba Unai Emery. Ángel di María marcó dos goles, más uno Edinson Cavani y otro Julian Draxler, la delantera de aquella época, que tampoco estaba mal. Marquinhos y Kimpembe fueron la pareja de centrales y son los únicos de los convocados que siguen en el club.
La delantera del Barça era la que formaban Messi, Suárez y Neymar. La delantera del trienio de Luis Enrique, que renunció a renovar su contrato. Superó el Barça ese varapalo con un milagro, pero hubo otra andanada parecida en la siguiente eliminatoria con la Juventus que resultó definitiva: 3-0 en Turín y 0-0 en el Camp Nou.
Milagro gastado
El milagro se había gastado ante el PSG en un epílogo de partido de locura. Se colocó el Barça 3-0 con un gol de Suárez y un autogol de Kurzawa en el primer tiempo, y en el minuto 50 anotaba Messi de penalti. El 3-1 de Cavani en el minuto 62 convertía la empresa en una quimera. Necesitaba el Barça marcar tres goles, porque el 5-1 no le bastaba entonces con el valor doble de lo goles en campo contrario.
Marcó Neymar en el 88 de falta directo, y los azulgranas se entregaron a apurar todas sus opciones. En el 91 Suárez arañó un penalti que transformó Neymar, y en el 95, el mismísimo Neymar, que unos meses después se iba al PSG, colocaba el balón en el área para que Sergi Roberto se convirtiera en eterno.
El Barça ganaba por 3-1 en el minuto 87 y necesitaba tres goles: los marcó en el 88, el 91 y el 95.
Neymar, el héroe, se fue
Messi acuñó la imagen de la noche, la foto fija, aclamado por la hinchada azulgrana, pese a que Neymar tuvo una cuota mayor de protagonismo con dos goles y la asistencia de Sergi Roberto, uno de los dos supervivientes del Barça junto con Ter Stegen.
La decepción de no haberse llevado ni una portada fue el germen para que Neymar empezara a rumiar su salida. El PSG ya de Nasser Al Khelaïfi puso sobre la mesa 222 millones de euros, el montante de la cláusula, para llevarse al brasileño, que tardó unos meses en arrepentirse. A día de hoy, sigue siendo el traspaso más caro de la historia del fútbol.
Neymar (dos goles y la asistencia del 6-1) empezó a rumiar su salida por no llevarse ninguna portada, y cuatro meses después el PSG se lo llevaba a París pagando 222 millones
Otra adversidad
Esta vez, Luis Enrique estaba convencido de que el PSG superaría la eliminatoria y al final del encuentro sentía refrendada su sensación. Dijo que habría pasado igualmente si el Barça no se hubiera quedado con diez por la expulsión de Araujo.
Su equipo afrontó y venció, de nuevo, una adversidad. La desventaja a salvar era menor: un gol de la ida. Pero hubo otro gol en la vuelta, el de Raphinha, lo que obligaba al PSG a anotar dos para empatar la eliminatoria y llegar a la prórroga, y tres para clasificarse. Marcó cuatro.
El primero antes de acabar el primer tiempo, lo que apaciguó el estrés del cuadro parisino. El segundo, poco después de la reanudación. Mbappé selló el pase con un penalti y lo remató a un minuto del final.
Otro reencuentro
Superado el reencuentro con el Barça, Luis Enrique y el PSG vivieran otro reencuentro con el Borussia Dortmund y Edin Terzic. Mucho más terrenal, nada simbólico, puramente casual pero sintomático. Los dos equipos coincidieron en el grupo durante la primera fase -"el grupo de la muerte, con el Milan y Newcastle", subrayó Luis Enrique- y han sobrevivido ambos para disputar una de las semifinales.
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