Xavi tiene preparados varios cambios para el Cádiz-Barça

Como una piedra en el zapato aparece el Cádiz en el camino del Barça, la sombra que estorba en el foco colocado sobre el París Saint Germain. Insoslayable compromiso es el del Nuevo Mirandilla (21 h.) al que Xavi Hernández quiere dotar de la misma relevancia que el partido entraña para el Cádiz. Si ellos se juegan la permanencia, nosotros nos jugamos la Liga, vino a decir el entrenador ayer para tratar de equiparar la importancia que debe darle el Barça al duelo, pese a que el resultado no será definitivo en el futuro de ambos equipos.

Las estimaciones de Xavi indican que el equipo debe presentarse en el clásico del Bernabéu como máximo a ocho puntos (los que hay y los que habrá si los blancos vencen en Mallorca y los azulgranas en Cádiz al final de esta jornada) y ganar en Madrid para que los cinco puntos que habría de diferencia la próxima semana alimentaran las expectativas en el tramo final del campeonato.

El bien del club

“Hemos de tener el mismo nivel de activación o superior que en París", adelantaba Xavi, como punto de partida para alargar la racha de 12 partidos sin perder. La racha que comenzó después de la derrota por 3-5 ante el Villarreal y punto de inflexión en el transcurso de la temporada. Punto de inflexión que el entrenador atribuye fundamentalmente a su dimisión aquella noche, aplazada al 30 de junio.

“Si no hubiera decidido eso, sería un desastre. No estaríamos aquí, compitiendo como ahora”, dijo, aludiendo al segundo lugar en la tabla y a las perspectivas de meterse en la semifinal de la Champions tras el 2-3 del Parque de los Príncipes. Y como Xavi entiende que el anuncio de su marcha ha sido fundamental para la reacción del equipo, no la va a cambiar, repitió ayer. Se irá, aseguró. Pensó en aquel momento “en el bien del club, del equipo, de los jugadores”, y, comprobados los beneficios de aquella decisión, supuestamente, no habría motivos para interrumpir la “buena dinámica” del Barça.

Mejoría del colectivo

Hay otros motivos que explican la progresión operada a partir del cataclismo del 27 de enero. Tres partidos después reapareció Ter Stegen, y cuatro después volvió Raphinha. Pau Cubarsí comenzó a ser titular.

“La mejoría de las facetas del grupo, del trabajo colectivo, de la línea defensiva [la lacra hasta entonces del equipo por el gran número de goles encajados] ha permitido que las individualidades brillen más, no sucede al revés que la mejoría de las individualidades mejoren al colectivo”, explicó.

Ese trabajo, naturalmente, es el de los entrenamientos. En las 11 semanas transcurridas desde entonces, el Barça solo ha tenido cuatro partidos intersemanales: ante Osasuna, tres días después de la sonada debacle, los dos Champions con el Nápoles y el PSG.

Xavi se exige presentar en Cádiz un Barça con el grado de interés suficiente para batir a un adversario que solo ha ganado 4 de los 15 partidos en su casa y que está en zona de descenso. Aseguró que la alineación sería competitiva y sin estar condicionada por el crucial duelo con el PSG del martes.

Tres sancionados

De entrada, sin embargo, habrá tres ausentes por sanción: João Cancelo, Iñigo Martínez y Robert Lewandowski. El técnico tiene la tentación de preservar a algún titular para el martes, más allá de que empiece a parecer imperativo que Ilkay Gündogan descanse.

“Está haciendo un esfuerzo encomiable y no es un adolescente”, reconoció Xavi. El capitán de Alemania ha disputado los 44 partidos del Barça y solo ha sido suplente en seis: tres ellos, en víspera de Champions. Le toca en Cádiz. Como les toca jugar a Christensen y Sergi Roberto, castigados para el martes.

También debería tocarle a Vitor Roque en ausencia de Lewandowski. Los técnicos le están enseñando a jugar en el Barça, mediante vídeos para que aprenda a entender el juego de posición y los movimientos que debe hacer con y sin balón. Ferran Torres y João Félix aguardan ansiosos la entrada a la titularidad.