Anda p'allá, bobo

¿Vinicius Jr.? ¿Bellingham? ¿Haaland? ¿Foden? ¿Mba…qué? El Barça juega y gana como equipo

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

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Emilio Pérez de Rozas

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Me imagino la foto. No sé con quién. Desde luego, no con Gerard Piqué, pero se viene encima la foto de “se queda”. Ya verán. Este era ‘el partido’, se acabó la especulación, las mediocridades, los 1-0 y 0-1 de un Barça ramplón, habíamos decidido entre todos que este era el partido, la eliminatoria.

Cierto, queda otro partido, nada fácil. Puede pasar todo, todo, pero la noche en que se medía al nuevo Barça, los azulgrana estallaron a lo grande, a lo bestia, a lo candidato que camina por el lado fácil del cuadro de Champions.

Todo es sensatez, empezando por Xavi Hernández que no se fía ni del 2-3 ni de haber pasado el examen europeo pues, insisto, él sabe mejor que nadie que “90 minuti en Montjuïc son molto lungo”, pero la manera en que el Barça se presentó en París, donde ese estadio, esa afición (ultra), ese equipo, ese entrenador, esas estrellas, ese presidente, ese dueño milmillonario llevan años (casi décadas) construyendo un conjunto para ‘campeonar’, fue impresionante.

El Barça demostró lo mejor que tiene y, a ratos, lo peor que acumula. Siguen las pájaras que algún día lo matarán. Pero, anoche, jamás renunció a nada. Ni a defender ni atacar. Es más, acabó en el área del rival e, incluso, decidió recular en esa jugada definitiva para no tentar (más) a la suerte y acabar con ese fabuloso y más, más, que prometedor 2-3.

Kylian Mbappé del PSG durante el partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones entre Paris Saint-Germain y Barcelona

Kylian Mbappé del PSG durante el partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones entre Paris Saint-Germain y Barcelona / AP Photo/Lewis Joly

Todos, todos, incluido Xavi (“para mí, el PSG sigue siendo el favorito, sí, también ha hecho un gran partido”), al que le debió importar un bledo perder, de nuevo, la posesión (59% a favor de Luis Enrique), pues también la perdía en los partidazos que ganó ante Nápoles y Real Sociedad, jugaron a la altura de semifinales de la Champions. Fue todo (incluso lo malo), impresionante. Incluso los cambios de Xavi: primer balón que toca Pedri, segundo golazo de Raphinha; primer balón que toca Christensen, tanto de la victoria.

Fue un partido a la altura de cuartos, de Europa, de Champions y, sobre todo, a la altura de dos equipos que persiguen lo que los demás ya tienen: la ilusión de acceder a la final de la Copa de Europa. Fue, casi, casi, ¿a qué sí?, la repetición del más que impresionante Real Madrid-Manchester City (3-3).

Cuartos apoteósicos

Y estaría bien, muy bien, estupendamente bien, magníficamente bien, que alguien recordase hoy, tras el comportamiento de parisinos y catalanes (2-3), de ese apoteósico Madrid-City (3-3), del vistoso y eléctrico Arsenal-Bayern (2-2) e, incluso, del Atlético-Dormunt (2-1), que este es un deporte de 11 contra 11, hasta de 15 contra 15, donde las individualidades o juegan para el equipo, o juegan como un equipo, o no son nadie.

Hemos visto cuatro partidos de ida de cuartos inmejorables, imposibles de superar y, menuda casualidad, ni jugó De Bruyne, ni apareció Vinicius Jr., vaya, sí, le dio el centro a Valverde para el gol del empate en el Bernabéu, ni vimos a Bellingham, ni supimos de Haaland y ya ni hablemos de ese fenómeno, o eso dicen, que se llama Mbappé, que, en otro gran partido, tampoco compareció. Esa sí fue una decepción, un timo total, pues no hay que olvidar que llegó, incluso, a declarar hace dos días que no pensaba esconderse. Vaya.

Raphinha celebra su primer gol

Raphinha celebra su primer gol / Anne-Christine POUJOULAT / AFP

Duele y eso es fruto de la temporada tan irregular que llevan los azulgranas (recordemos que el Barça sigue sin haber ganado nada aún, ni pasado a semifinales de Champions) que, tras este impresionante triunfo en París, debamos encoger, minimizar, templar la euforia, la alegría porque quedan 90 minutos tremendos, pero, desde anoche, más tremendos para el PSG de Luis Enrique, que va camino de otro grandioso fracaso, más que europeo, mundial, pues Catar, que puede comprarlo todo, no acaba de saber qué precio tiene la ‘orejona’. Puede, sí, que la soberbia mostrada cada día por Al-Khelaïfi y, el martes, por Luis Enrique con la cornada a Xavi, forme parte de esa prepotencia.

¿Quieren conocer un dato que les va a sorprender y mucho?: El Barça nunca ha sido eliminado de la Copa de Europa (de la UEFA, sí, frente al Colonia) cuando ha ganado el partido de ida como visitante. Vale, cierto, absolutamente verdad, las mismas estadísticas, “son datos, números, no es opinable”, que esgrimió ‘Lucho’ para zarandear a Xavi, deben servir ahora, por descontado, para mantener la ilusión, la alegría y el orgullo de los culés.

Por cierto, me olvidaba, Xavi dijo, a las 23.25 horas de ayer, que este triunfo, esta exhibición, no cambia nada: se va. No habrá foto. Insiste.

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