La crónica del Espanyol-Albacete: Joan García y Jofre sitúan al Espanyol en ascenso directo

Con las manos, sólidas manos de Joan García, un portero que decidió el partido con dos paradas decisivas, y la clase de Jofre Carreras, gol del empate y asistencia a Nico Melamed en el segundo tanto que dio el triunfo, el Espanyol recupera una plaza de ascenso directo tras superar al Albacete (2-1).

Remontó el conjunto perico el tanto manchego y luego, en un digno ejercicio defensivo, obligado por la expulsión con roja directa de Álvaro Aguado, resistió para ganar en una tarde redonda porque quedó completada con la derrota del Eibar en Tenerife (2-1). 

El partido empezó con un Albacete atrevido. Atrevido y dominador con la pelota, siendo protagonista del arranque al punto de que minimizó a un sorprendido Espanyol. Ni 10 minutos y ya ganaba el conjunto manchego gracias al tanto de Alberto Quiles, un delantero que rasgó la defensa perica aprovechando que Joan García se quedó demasiado cerca de la sombra del larguero.

Del 0-1 al 2-1

Un mal despeje de Brian Oliván desencadenó el 0-1, tejido con inteligencia en esa precisa asistencia de Antonio Pacheco. Mal había empezado la tarde en Cornellà-El Prat para el Espanyol, que encontró, eso sí, un remedio urgente en una acción a balón parado. Un córner sacado en corto desde la izquierda del ataque blanquiazul dejó solo en la frontal del área a Jofre Carreras. Y el joven delantero (22 años) dibujó un inteligente y ajustado disparo que rozó incluso el poste derecho de la meta de Vaclik, el meta del Albacete. Un golazo.

Un gol tranquilizador para un accidentado partido que estuvo luego casi 10 minutos detenido porque se requirió la intervención de médicos y sanitarios para tratar a un aficionado con problemas de salud, que abandonó en camilla el estadio.Luego, todo se calmó aunque la primera mitad acabó con murmullos de la grada, descontenta con el rendimiento de sus jugadores después de que Joan García firmara una soberbia parada a un derechazo de Manu Fuster. Era parada aérea.

Y al comienzo de la segunda mitad rubricó otra soberbia intervención del meta blanquiazul ante idéntico rival. Manu Fuster soltó otro derechazo. Era terrestre. Y Joan se hizo interminablemente largo para estirar sus manos y evitar el 1-2 (m. 51), justo antes de que Jofre detectara un espacio en el área del Albacete para asistir a Nico Melamed y devolver la tranquilidad al pueblo perico (2-1, m. 53). Golazo y asistencia inteligente culminaban la extraordinaria tarde de Jofre, quien desestabilizó al Albacete arrancando con peligro desde la banda derecha.

Y cuando el partido parecía estar controlado para el Espanyol llegó una patada a destiempo de Álvaro Aguado por encima del tobillo derecho de Manu Fuster, que le costó la expulsión. Primero vio la tarjeta amarilla, pero revisada la jugada por el VAR se determinó que era roja dejando al equipo blanquiazul con 10 durante la media hora final, incluido el tiempo añadido.

A partir de aquí le tocó sufrir al Espanyol, pero resistió, consciente de que era un triunfo de enorme valor. Tuvo, eso sí, el corazón encogido cuando Fidel, ya en el último suspiro (m. 90+8), lanzó una falta que escupió el larguero por la parte superior. Entonces, resoplaron los pericos. Vuelven a estar en zona de ascenso directo.